pamplona. Albaro Arizaleta, una de las piedras angulares de El Columpio Asesino, se muestra exultante ante el cierre de la última gira del grupo, marcada por el brutal éxito de la canción Toro.

'Diamantes' vio la luz en febrero de 2011 y, tras casi dos años en la carretera, la gira toca a su fin. ¿Qué valoración hacéis de un disco que os ha traído innumerables reconocimientos y que se presentaba como un punto de inflexión para la banda?

Este disco iba a marcar la relación que teníamos con la música. Hasta ahora, más que vivir de la música, vivíamos con ella, sobrevivíamos, lo que, con los años, nos llevó a plantearnos la relación con esta profesión. Diamantes, en este sentido, iba a marcar el futuro. Y, la realidad, es que ha sido un disco que ha vivido un in crescendo constante, hasta llegar al momento actual que es en el que más fuerte se ve a la banda, a pesar de todo lo que hemos girado; de hecho, casi no había manera de acabar la gira porque no paraban de llamar. Pero nosotros necesitábamos parar y poder centrarnos en el siguiente disco. En resumen, ha sido un álbum que nos ha sorprendido muchísimo, por los premios y un montón de cosas más que, y eso ha sido lo bueno, se han sucedido de forma escalonada manteniendo al grupo en todo momento vigente.

Gran parte de ese éxito ha sido culpa de 'Toro',

Toro fue una canción que ya nos volvió majaras en el estudio, porque aunque confiaba mucho en este tema, otra gente no tanto, no sabíamos qué enfoque darle. Cuando terminamos el disco e hicimos las primeras escuchas con amigos, todos nos decían que la canción era la bomba pero nosotros todavía la escuchábamos con los oídos intoxicados por el proceso de grabación. Una vez pasó algo de tiempo, Toro se convirtió en un hit, algo para lo que no tenía ni pretensiones ni intenciones, ya que se trata de un tema muy anárquico, con un estribillo que entra el minuto casi tres, no se repite... ¿Qué tiene la canción? Yo creo que conecta con el lado más oscuro y salvaje de la gente, algo que el rock últimamente ha perdido: drogas, velocidad, sexo... Por otra parte, creo que el éxito también ha venido dado por la estabilidad de la banda, que suena como nunca. Hay que tener en cuenta que con la salida del álbum la revolución fue casi total, con bajista nuevo (Dani), Iñigo que pasó a los teclados y Cristina que estaba en las teclas pasó a la guitarra y a tomar mucho más protagonismo como frontwoman. En este sentido, Cristina le ha dado a la banda ese punto que necesitaba.

El lado negativo de este 'boom', si es que lo tiene, es que en algunos conciertos parte del público busca escuchar únicamente 'Toro'.

Sí, nos ha pasado en varios concierto que para la tercera canción ya hay gente pidiendo Toro. Pero es que las cosas son así, y las tienes que aceptar; me jodería mucho más no tener un Toro. Además, es una forma de pescar a mucha peña, aunque quizás otros se descuelguen. También hemos tenido alguna crítica, como los que nos dijeron que el estribillo sonaba a Amaral... Pues que suene a lo que quieran. Nos han dicho muchas cosas, algunas desde el cariño y otras desde la envidia. Pero esto es así y lo tienes que aceptar, cuando haces canciones te expones a las críticas.

Una de las enseñas de la banda ha sido la reinvención de sí misma que hacía en cada disco. En esta ocasión, la presión para poder hacerlo será mucho mayor ya que mucha gente buscará un 'Toro 2'.

Aunque no nos hemos metido de lleno, ya estamos trabajando en el nuevo disco. Está claro que hay una presión, no la voy a negar, ya que, aunque tenemos cuatro discos, el siguiente quizá sea el más importante para la banda, porque es el que más expectación va a generar. Lo que está claro es no nos planteamos hacer un Toro 2, sobre todo porque fue una canción que no la pensamos; este tipo de canciones nos las buscas, las encuentras, y por lo tanto buscarla ahora me parecería un error. Por otra parte, a nuestra manera siempre conseguimos reinventarnos porque forma parte de nuestra esencia, lo que está claro es que va a ser el disco más difícil. Eso sí, una vez que te metes en el estudio, estas cosas se te olvidan y solo piensas en la canción.

Con algunas ideas y canciones ya en la cabeza, ¿hacia dónde apunta el nuevo compacto?

La experiencia me dicta, después de cuatro discos, que no lo sabemos, y aunque lo sepamos, no va a ser así, porque entramos al estudio con un rumbo y, en mitad del proceso, siempre da todo un giro. Sí que tenemos canciones y alguna letra, y creo que la crisis y la situación actual marcarán el disco, porque me parece importante reflejar el momento que estamos viviendo.

En cuanto al concierto de mañana, ¿qué tendrá de especial en cuanto al repertorio y a las posibles colaboraciones?

Hemos querido enfocar el concierto como si fuera una fiesta, por eso hemos invitado a un par de bandas como aperitivo: Polyester y Cabezafuego con su nueva propuesta. Para nuestra actuación habíamos pensado alguna colaboración pero al final no se han podido realizar. Lo que sí hemos hecho ha sido rescatar canciones que no hemos tocado en estos dos últimos años.

La gira finaliza el 25 de este mes en Barcelona, ¿tenéis fechas previstas de entrada en el estudio y salida del nuevo álbum?

No, lo que sí tenemos intención es, por primera vez, trabajar de otra manera, aunque ya veremos como acaba esto (risas). En lugar de pegarnos el atracón de entrar en el estudio y no salir hasta terminar el disco, queremos grabar en bloques de tres canciones. La intención sería sacarlo en diciembre, pero hasta que no estemos seguros de lo que tenemos, no saldrá; no hay prisa.

Con el éxito rezumando por los poros, ¿qué queda en el Columpio de aquel grupo que se atrevía a vacilar afirmado que su nombre lo había toma de un corto checo?

Creo que muchas cosas. Quizá has perdido, con el paso de los años, cierta ingenuidad, pero el espíritu gamberro no ha desparecido en nosotros.