Fecha: sábado, 29 de diciembre. Lugar: Hatortxurock 14, Burlata-Atarrabia. Intérpretes: Koma, formación integrada por Brigi Duque, a la guitarra y a las voces; Natxo Zabala, a la guitarra y a la voz; Rafa Redín, al bajo, a las voces y a los coros; y Juan Carlos Aizpún, a la batería. Incidencias: concierto de despedida de la banda, celebrado en el marco de Hatortxurock 14. Hora y 1/2 de duración, bises incluidos.
KOMA, banda que desde el comienzo de su carrera fue punto y aparte en el metal, puso punto final a su trayectoria el último sábado de diciembre, protagonizando un concierto que quienes lo vieron tardarán en olvidar. Una actuación que perfectamente podría ser calificada de épica, a tenor de las agridulces sensaciones; de los sentimientos encontrados vividos: cosa de la perfección exhibida en su última noche como banda -se mire como se mire, incluso desde el buen rollo transmitido por los músicos-? y de ello, precisamente. De que fuese su última noche.
En el mejor de los marcos posibles, en total loor de multitudes; frente a un auténtico gentío que llevó a Brigi, Rafa, Natxo y Juancar en volandas, los comandados por ese insustituible frontman que es Brigi Duque salieron a por todas, dando inicio a tan histórico concierto con Tío Sam. Tras tratar de desdramatizar este último la disolución del grupo ("Gabon, Hatortxu; hemos venido aquí con la única intención de pasar un buen rato"), el cuarteto, imparable; a quemarropa, prosiguió disparando hits como Vaya carrera que llevas, chaval o Imagínatelos, encontrando pronto su espacio piedras de toque del calibre de El Pobre o Caer, dentro de un repertorio que aglutinó temas de todos sus álbumes. ¿Más canciones a destacar? El sonajero, perfecto punto de encuentro de tres de las constantes vitales de la banda durante sus 18 años de existencia: letras irónicas, metal ultra contundente y espíritu festivo; Marea gora! (banda sonora del verano de 1997 tras su inclusión en el seminal CD Aurtengo GORakada I) o Bienvenidos a Degüelto, brindado con la presencia de Kutxi Romero y de una sección de vientos y último en sonar; pero, evidentemente, tratándose de una noche como esta, la cosa no podía quedar así, quedando para los bises Menos mal, Sakeo y un medley que agrupó los mejores momentos de El marqués, Aquí huele como que han fumao, Mi jefe y El infarto, antes de quedar echada la persiana de forma definitiva con La almohada cervical: señera reivindicación del heavy metal como base del ADN musical del grupo. ¿Que quedaron clásicos sin sonar? Pues sí, pero no hay que olvidar lo siguiente: que el presente concierto estaba anunciado en el marco de un festival, y en marcos como estos el tiempo de actuación es el que es; así las cosas, nada que objetar.
Koma, 1994-2012. Punto final. Y, ¿qué queréis que digamos al respecto? Que, habida cuenta de los motivos que han llevado al cuarteto a tomar la difícil decisión de separarse (verse abocados a cambiar dos piezas clave de su engranaje: Brigi -en primera instancia-, y Juan Carlos); que, debido a ello, y más en una banda como esta, que nunca con anterioridad había visto marcharse a ninguno de sus fundadores? Mejor así. Mejor, a la vista de posibles riesgos derivados de sustituir a los citados. Mejor, sí, y dicho sea de paso, ahorrando a los seguidores en el peor de los casos polémicas gratuitas que no llevan a nada bueno. Así pues, adiós, Koma. Una pena, pero bueno. Año nuevo... y, no todo van a ser despedidas, para Natxo y para Rafa, grupo nuevo, Sakeo. ¿Koma sin Brigi y sin Juan Carlos? ¿Sin el carisma y la magia aportada principalmente por el primero? Algo harto difícil de imaginar para el firmante de estas líneas, alguien que, por cierto, comenzó a escribir con continuidad de música a una con los primeros ensayos de la banda, otoño de 1994. Así las cosas, beti arte, Koma; ongi etorri, Sakeo. Ah, y hasta dentro de doce meses, Hatortxurock!