madrid. María Asquerino ha muerto a los 85 años tras una vida que ella definía como "inconstante", pero que fue más bien insobornable. Ganadora de un Goya, de la Medalla del Mérito de las Bellas Artes o el Mayte de Teatro, ha sido reconocida por José María Pou como "la actriz más libre de España y pagó por ello".

María Asquerino, una de las más sobresalientes en el teatro y cine español de la posguerra, murió la pasada noche del martes en Madrid, su ciudad natal, por una enfermedad pulmonar, cuando era trasladada anoche por los servicios de emergencias a la Fundación Jiménez Díaz de la capital.

Asquerino, nacida en noviembre de 1927, pasó siete décadas sobre los escenarios y se retiró a finales de 2008 tras representar Tío Vania en el Teatro María Guerrero, informó ayer en una nota la asociación de Artistas Intérpretes AISGE, de la que era miembro. En la trayectoria profesional de María Serrano Muro, su nombre real, destacan sus trabajos en el teatro o personajes como el de Pili en el largometraje Surcos (1951), además de distinguirse por su carácter de mujer "fatal, decidida e independiente", continúa la nota.

Asquerino sufría desde hace algún tiempo una enfermedad pulmonar de la que tuvo "una grave recaída" en octubre de 2012 por lo que, tras pasar varias semanas ingresada en un hospital, decidió abandonar su casa y trasladarse a una residencia de ancianos en El Plantío, en el distrito de Aravaca, indicaron ayer a Efe fuentes de AISGE. La noche del martes falleció en la ambulancia que la trasladaba a la Fundación Jiménez Díaz, tras sufrir una nueva crisis pulmonar. La actriz, que no tenía familia, pasó sus últimos años, "leyendo la prensa y saliendo con amigos", ya que se consideraba "muy callejera, desde niña", según relató en la entrevista que concedió a mediados de 2009 a la revista AISGE Actúa.

María Asquerino atribuía su fuerte carácter a sus ascendientes familiares "de actores y militares". Sólo estuvo casada una vez, de los 17 a los 19 años con un hombre al que consideró "un maltratador", no tuvo hijos, y abrió camino a las mujeres: "Fui de las primeras en llevar pantalones", decía en sus Memorias (1986). También fundó una tertulia en el mítico Bocaccio, de Madrid.

Debutó en el Teatro de la Comedia a los once años con un papel masculino, de botones, en Eloísa está debajo de un almendro, y en 1944 en el cine con Aventura. Durante siete décadas combinó cine y teatro con papeles memorables como el de Pili en el largometraje Surcos (1951) o Jimena en la producción teatral Anillos para una dama. Entre los premios que ganó se incluyen un Goya a la mejor interpretación femenina de reparto en 1989 por El mar y el tiempo, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o el galardón a Toda Una Vida que le concedió en 2008 la Unión de Actores.

adelantada a su tiempo Una mujer moderna adelantada a su tiempo, "sincera, comprometida y libre". Así era María Asquerino, en palabras de Gerardo Vera. Con el "pagó por ello", José María Pou se refería a lo insobornable de su carácter, a lo intenso de su mirada, a lo ardiente de su vida sentimental y a, como ella decía, "ser la primera española que llevó pantalones". "María es el más claro ejemplo de una mujer libre que pagó con la soledad y el olvido no haber querido estar atada a determinadas cosas. Era una fuerza de la naturaleza en el escenario. Una auténtica reina", continuaba Pou. Libre en el trabajo y en el amor, acabó sin dinero y sin familia. Ella misma se lamentaba de haber acabado "sola, como un pobre perro en la carretera". La Casa del Actor, de hecho, denunciaba que había sido una de las víctimas de la paralización de su proyecto de jubilación para los actores, pues Asquerino, quien estuvo en brazos de tantos hombres y que sedujo hasta a Orson Welles -al que dio largas en el Festival de Cannes de 1952-, acabó sus días en una residencia.