madrid - Lorenzo Silva cierra con Los cuerpos extraños una suerte de trilogía sobre la corrupción, un problema que sufren España y otros países y para el que los ciudadanos necesitan un paladín que les ayude a enfrentarse a "jugadores sin escrúpulos". "Es una fatalidad de la que hoy por hoy no es posible librarse", afirmó Silva en la presentación de su nueva novela, que es la octava entrega de las investigaciones de la pareja de guardias civiles formada por brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro. Es, ha explicado el escritor (Madrid, 1966), "una reflexión sobre la corrupción como fenómeno espontáneo y natural que anida en todas partes" con la que cierra un trilogía "camuflada" que no pretendía hacer y que comenzó con El alquimista impaciente (2000) y continuó con La marca del meridiano (2012, Premio Planeta). Silva analizó primero la corrupción de los representantes de la ciudadanía, luego la de los agentes del orden para cerrar ahora el estudio con la que afecta a la sociedad en su conjunto, a nivel empresarial y económica e imbricada con el poder político.

"Me niego a aceptar, y esta novela está construida sobre ese planteamiento quijotesco, que frente a ese fenómeno -de la corrupción- no quepa otra reacción que la que observamos entre nosotros, una reacción que muchas veces es ineficaz, precaria e incluso laxa o clemente, incluso contemporizadora". Unos comportamientos que son algo más que delitos, que constituyen "un factor de disolución y devastación de una comunidad". - Efe