Pamplona - El libro La Iglesia de San Julián de Ororbia, Historia y Restauración se presentó ayer en la Sala Pamplona del Museo de Navarra. En él se analizan dos de las obras más importantes dentro del panorama del arte navarro que se encuentran en el citado templo, se trata de su retablo mayor, considerado el primer retablo renacentista de la Comunidad Foral, y de una serie de pinturas góticas protegidas por el mismo y relacionadas con el mural del Refectorio de la Catedral de Pamplona.

La obra fue presentada por el consejero de Cultura del Gobierno de Navarra, Juan Luis Sánchez de Muniáin, el presidente del Concejo de Ororbia, Daniel Beunza, y el director de Recursos Humanos de GrafTech, Miguel Celaya.

Tanto el Concejo de Ororbia como la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra y GrafTech Ibérica han participado en la edición de los textos de tres especialistas conocidos: los historiadores Carlos Martínez Álava y María Josefa Tarifa Castilla y el restaurador Javier Latorre Zubiri.

Los trabajos de restauración y conservación del retablo y las pinturas, acometidos en 2007 y 2008, permitieron, gracias a la “alta calidad” de los métodos aplicados, “subrayar el alto significado que desde el punto de vista del patrimonio de Navarra tiene la iglesia de Ororbia”, comentó Sánchez de Muniáin.

Las actuaciones implicaron a un equipo de más de 20 personas entre técnicos del Gobierno, restauradores, historiadores, químicos, biólogos, fotógrafos y otros técnicos y artesanos. El trabajo de todos ellos ha dado lugar a este ejemplar de 166 páginas con 300 imágenes y gráficos que se pondrá a la venta en el Concejo de Ororbia por 15 euros.

Las pinturas murales Las obras góticas están localizadas en la parroquia de San Julián y son un conjunto de pinturas murales preservadas de su destrucción por el propio retablo. Datan del siglo XIV y están realizadas por Juan Oliver. Se leen de izquierda a derecha y narran los distintos episodios de la Pasión y Resurrección de Cristo.

El retablo Esta obra, declarada Bien de Interés Cultural, contiene pinturas sobre tabla que recogen la vida de San Julián. Es un retablo mixto de esculturas de bulto redondo y tablas pintadas, cuyo autor todavía no está identificado.