Desde tiempos inmemoriales Bruce Springsteen tiene a sueldo a una fiel plantilla de trabajadores en la que destacan nombres ilustres como Steve Van Zandt, Nils Lofgren o Max Weinberg. Sin embargo, su E Street Band crece en cada concierto gracias a la contratación temporal de algunos empleados que trabajan para él durante unos pocos minutos. Por supuesto, el concierto del martes no fue una excepción y el Jefe

Una de ellas fue una jovencísima pero vieja conocida del rockero de Nueva Jersey. Su nombre es Noa Gay y tiene 11 años, pero hace cuatro ya subió a cantar con Springsteen la luminosa Waiting On a Sunny Day. Anteayer reincidió con ese mismo título que llevaba escrito en un cartel. The Boss la avistó y la ficho en el acto para dejarle cantar el estribillo sobre el escenario. Con un insólito desparpajo, la niña donostiarra se atrevió incluso a esploear a la banda con un sonoro “C’mon!” antes de que Springsteen la paseara a hombros por el escenario ante 43.000 personas.

Otro de sus empleados eventuales fue el malagueño Gonzalo, de 24 años, que subió a bailar Dancing in The Dark hacia el final del concierto. Hace cuatro años, Bruce le firmó su autógrafo en el brazo y no dudó en ir directamente a tatuarse su firma.