pamplona - Lo primero y más evidente, ¿por qué decide dar el salto a la ficción literaria después de haber practicado otro género como el ensayo?

-Creo que el ensayo es un género minoritario y la forma de acceder a un mayor número de lectores es la narrativa. La novela permite abordar y escribir sobre el tema que a uno le interesa tratar haciéndolo menos denso, más ameno y comprensible para el lector.

El tema del nazismo es algo que le interesa y sobre el que has escrito varios textos, ¿qué es lo que le llama la atención y en cierto modo le atrae de esta cuestión?

-Llevo trabajando desde hace más de quince años sobre temas de nazismo. He presentado comunicaciones a congresos internacionales, he escrito capítulos de libros y he coordinado una monografía en el que colaboran diez profesores de universidades nacionales y extranjeras. Pero considero que hay muchos temas que todavía no han sido investigados suficientemente, tales como las prácticas eutanásicas de las que trato en la novela.

¿Cree que algo así o similar podría suceder en el mundo actual?

-El motivo principal del asesinato de miles de personas enfermas durante el nazismo, tanto físicos como mentales fue debido principalmente a cuestiones raciales. Hitler no tenía piedad ni conmiseración con los más débiles. Era muy deficiente en todos los órdenes de la vida. Consideraba que los enfermos mentales no debían sobrevivir. Eran para él como sobres vacíos, personas sin alma. Además resultaban improductivos y muy costosos de mantener. Por todo ello debían ser exterminados. Esa decisión fue impuesta en aquel momento por un sistema político totalitario, el nazismo, que además era racista. Ahora es muy difícil que eso pueda suceder. El liberalismo defiende justamente lo contrario: la libertad y autonomía del individuo a la hora de decidir.

¿Cómo ha creado al protagonista, Philippe; en quién se ha inspirado para ello y qué destacaría especialmente de él?

-El protagonista es un profesor belga que vive en Bruselas y que realiza su tesis doctoral. Investiga sobre el racismo biológico durante el nacional socialismo. No me ha sido difícil imaginármelo porque yo viví cuatro años en Bélgica mientras realizaba mi investigación doctoral en la Universidad de Lovaina. Philippe, el protagonista, es metódico y perseverante. Sabe recabar información valiosa, pacientemente, así como establecer conexiones. Al final acaba descubriendo las claves del Aktion T4, que era el nombre del programa que los dirigentes nazis concibieron y aplicaron en secreto para asesinar a decenas de millares de ciudadanos alemanes.

¿Por qué le pone a hacer el Camino de Santiago?

-Yo era muy consciente de que el tema de las prácticas eutanásicas es duro de asimilar, y necesitaba enmarcarlo en un entorno natural que lo suavizara. El Camino de Santiago me permitía hablar de viaje y, por tanto, de aventura en un ambiente muy propicio para la conversación mientras los protagonistas disfrutaban de etapas que discurren sin prisas entre montes y valles, ríos y arroyos.

¿Quién son el resto de personajes de la novela?

-Son peregrinos alemanes que por sus respectivas profesiones -médico de familia, psiquiatra, biólogo, periodista y enfermera- han tenido relación con familiares de pacientes que padecieron el Programa Aktion T4. En las sobremesas, tras las respectivas etapas, mientras descansan y comen, charlan con Philippe, que se hace amigo de ellos. Esa comunicación fluida facilita el trasvase de información. Además Philippe, protagonsita, se encuentra con una joven holandesa, Betariz, con la que acaba manteniendo una estrecha relación sentimental.

¿Qué estructura narrativa ha empleado?

-En la primera parte me he servido de las etapas del camino navarras y riojanas como marco para plantear el tema central. Después, Philippe vuelve a Bruselas y realiza indagaciones por su cuenta. En la tercera parte regresa Beatriz, y al desvelarle sus secretos de familia, Philippe consigue encontrar la respuesta a sus interrogantes.

¿La novela se enmarca en algún género concreto?

-Podría decirse que es una novela histórica en la medida en que plantea unos hechos constatados que tuvieron lugar en Alemania en los años 40. Hechos de los que hay constancia, y respecto a los cuales tuvieron lugar juicios con sentencias condenatorias para los responsables. Hechos que, sin embargo, durante mucho tiempo apenas fueron conocidos en el país germano, y respecto a los cuales en España apenas hay bibliografía, probablemente por afinidad ideológica en aquel momento. Por ese motivo tuve que conseguir bibliografía francesa, principalmente, para poder documentarme.

Como lector, ¿qué tipo de narrativa le interesa?

-Me atrae mucho la novela histórica, pero no únicamente. Los autores rusos son mis preferidos, Dostoyevski, Tolstoy, Chejov. También siento predilección desde hace tiempo por la obra de Stefan Zweig, y por autores franceses como Victor Hugo o del siglo XIX entre otros. En castellano, los autores clásicos especialmente.

¿Qué espera de este libro?

-Que tenga larga vida y que contribuya, humildemente, a desvelar la lógica y estrategia que seguía el nazismo. También a denunciar el riesgo del racismo, a condenar la xenofobia, y a prevenir ante la manipulación del lenguaje. Este es uno de los peligros mayores en la actualidad: los discursos simplistas y falaces que incurren fácilmente en demagogia. La creación de una neolengua como ya denunciaba Orwell en su obra famosa 1984. A este respecto los casos frecuentes del Brexit británico y la reciente elección de Trump en EEUU son fieles exponentes de esa realidad que ya convive con nosotros.