pamplona - El festival Pamplona Negra, celebrado entre el 16 y el 20 de enero y organizado por Baluarte, Filmoteca de Navarra y Planetario, cerró su cuarta edición con una asistencia de 4.400 personas a las más de 20 actividades programadas. Marcada por la expansión espacial y temporal, la inmersión en el ámbito educativo y en las nuevas tecnologías, esta edición ha supuesto además el adiós de Carlos Bassas como director artístico del evento, que ahora contará con la autora y periodista pamplonesa Susana Rodríguez Lezaun al mando.
Según anunció ayer el propio Bassas en una rueda de prensa, se despide Pamplona Negra con “la satisfacción del trabajo bien hecho” desde un festival que nació “por y para los lectores navarros”. En cuanto al balance de este año, Bassas lo calificó de “magnífico” y resaltó la llegada de visitantes de comunidades limítrofes y la importancia de que “este festival supere fronteras y se convierta en un referente en el Estado”.
Cifras como la 800 personas que asistieron a los encuentros con escritores como Alicia Giménez Bartlett, Alexis Ravelo, Marcelo Luján o Eugenio Fuentes “son un rotundo éxito”, apuntó. Acerca de uno de los espacios estrella, El crimen a escena, Bassas manifestó que hasta “1.200 personas han escuchado a profesionales, como Paco Etxeberria o Vicente Garrido, exponer su trabajo relacionado con el género”. Además, una de las innovaciones de esta edición, el enigma El ahorcado de realidad virtual, agotó los 125 turnos ofertados.
Sobre estos cuatro años al mando del festival, Carlos Bassas reivindicó que se ha crecido “con inteligencia”. Por último, quiso dar la bienvenida a la nueva directora, desde ayer, de Pamplona Negra, Susana Rodríguez Lezaun, “una persona con un enorme talento”.
Por su parte, Susana Rodríguez afirmó que “va a ser muy difícil alcanzar el listón” que Bassas ha alcanzado con Pamplona Negra y en cuanto a líneas de trabajo, adelantó que “no tocará” el espacio El crimen a escena, los encuentros entre autores y lectores; y manifestó su interés por aumentar la faceta educativa del evento.
más espacios, más tiempo El presupuesto de esta edición ha rondado los 30.000 euros, detalló Javier Lacunza, director de NICDO, que deseó que en futuras ediciones pueda haber “ampliaciones presupuestarias”. En cuanto a los ejes fundamentales de cara a la evolución de Pamplona Negra, Lacunza apuntó hacia un componente transfronterizo del festival, a incidir en los ámbitos educativos y tecnológicos; y también barajó un posible cambio de fecha, trasladándose el evento de la tercera semana de enero a la cuarta semana.
Por su parte, Alberto Cañada, responsable de la programación de la Filmoteca de Navarra, calculó que se vendieron alrededor de 1.600 entradas para el ciclo Serial Killers, y una proyección especial de la película de Psicosis, de Alfred Hitchcok, con la Orquesta Sinfónica de Navarra interpretando en directo la banda sonora, una sesión que calificó de “histórica”.
La directora del Servicio de Acción Cultural del Gobierno de Navarra, Dori López, destacó la labor educativa realizada este año, con talleres y actividades con escritores en los que han participado más de 500 alumnos de siete centros educativos.
Por último, Maider Beloki, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona, avanzó la colaboración entre el Consistorio y el festival mediante una convocatoria de ayudas y remarcó “la sinergía entre cultura y educación”, materializada en proyectos como la app o la web del festival, realizadas por alumnos de los centros Politécnico de Estella y Cuatro Vientos de Pamplona. - D.N.