pamplona - Cuando el lunes 28 termine la edición actual de El conquistador del Caribe, Iantzi habrá cumplido 14 años como conductor de este reality de supervivencia y se prepara, aunque diga que aún no ha firmado nada, para enfrentarse a la siguiente. En esta ocasión será un número redondo: la 15. El presentador navarro reconoce que se divierte mucho, sufre un poco y que la adrenalina que le da esta aventura le mantiene fresco, tanto que no piensa en jubilarse, y se ve con fuerzas para llegar “hasta los 68 años” al frente de este longevo programa de ETB-2.
Estamos a siete días del final de esta edición de El conquistador. ¿Va a haber sorpresas?
-Siempre intentamos sorprender a los concursantes y, si conseguimos dejarles atónitos a ellos, a los espectadores también. En esta edición ha habido varias sorpresas y creo que han resultado muy interesantes para el público. Queda una semana de emociones, y se ha visto que gente muy fuerte ha tenido que abandonar.
¿Se han puesto más duros este año?
-El conquistador siempre es duro. Este año alguno no ha soportado las condiciones del entorno y se ha tenido que ir a casa. La gente está madurita para la final, y falta por saber quiénes van a estar. Solo puedo decir que el programa final va a ser espectacular.
Eso lo dice todos los años. Cuente un poco más, por favor.
-No puedo. Será muy dura y espectacular, eso es lo que puedo decir, y la guinda del pastel es saber quién gana: si un chico o una chica. Bastante tema hay para lo que queda de concurso.
¿Está pensando ya en la próxima edición del reality?
-No me entero de cómo se desarrollan estas cosas y tampoco me lo comentan a mí; eso es solo entre la productora y la cadena. Pero si tengo que hacer caso a lo que ha dicho Patxi (Alonso), parece que la decimoquinta edición está en marcha y va a ser más potente que nunca. Sé lo que tú sabes, no más. Viendo las audiencias y lo que sale en las redes, se puede decir que es un producto que sigue funcionando y que a la cadena le puede venir bien.
¿Y a usted?
-También. Pero te estoy hablando sin saber nada, porque a mí ni Patxi ni la cadena me han dicho una palabra sobre el tema. Yo el contrato no lo he firmado, pero puedo confirmarte que dispuesto a hacerlo sí que estoy.
¿Dispuesto a jubilarse como presentador de este programa?
-¿Jubilarme? No, hasta los 68 años también llegaría yo en El conquistador. Después ya me lo pensaría y a lo mejor dejaría paso a otras u otros. Hoy, sin embargo, quiero seguir. Yo me lo paso muy bien; sufro, pero disfruto muchísimo del programa.
¿Sufrir?
-Bueno, yo voy a El conquistador a trabajar y las condiciones no son las de un hotel de cinco estrellas. Se trata de un programa de aventura en la naturaleza y, por ello, te ayuda a conocer los comportamientos de la gente y también está lleno de retos personales para mí. Es un reality tan vivo que no puedes aburrirte. ¿Sufrir? Claro, pero por muchas cosas: quieres hacerlo bien y te esfuerzas al límite, las condiciones en la zona en la que estamos no son buenas y es un trabajo muy intenso.
Da la sensación de que El conquistador es sota, caballo y rey.
-Hay concursantes, pruebas y presentador; puede que eso sea sota, caballo y rey. Pero Joxan (Goñi), Txema (Montoya) y Patxi (Alonso) siempre consiguen hacerlo diferente y que cada edición tenga muchas sorpresas. Yo me divierto, y eso que el trabajo es duro y hay momentos chungos; hay de todo, pero como nos va la marcha y a veces con el sufrimiento también gozamos...
¿Masoquista? No me lo creo, le veo más bien disfrutón.
-Ja, ja, ja? En el fondo todos somos un poco masocas. La lectura que hacemos es súper positiva. Si además le añades que yo vivo de esto, qué te voy a decir. Para mí es más que un trabajo, me divierte y me siento muy desarrollado.
Y encima le pagan por divertirse mucho y sufrir poco.
-Eso está muy bien. Pero no sólo hay que pensar en el tema económico y en qué día me voy a jubilar. Si ves que tienes cosas que aportar, que puedes entretener al público, le puedes hacer reír, y llorar? tienes que seguir.
¿Le importan las críticas?
-No, en estos años se me ha criticado varias veces; a mí no me importa que me pongan a parir o me feliciten porque lo importante es que generemos algo en el público.
¿Generar qué? Amor, odio?
-No importa. Amor u odio, qué más da; lo importante es generar algo. Eso significa que lo estamos haciendo bien; cuando en un programa se produce un encefalograma plano, es una situación peligrosa, ya que significa que no estás llegando a la gente. Nosotros estamos satisfechos: solamente viendo las redes sociales y el guirigay que se arma, significa que estamos llegando a la gente, y eso me llena. Por eso te digo que, para mí, esto va más allá de un trabajo o de un sueldo.
Una idea muy romántica de su labor en la televisión.
-Es que a la gente le pones, de mala leche o de buena, pero le pones. La gente está deseando que llegue el lunes y el miércoles para evadirse dos o tres horas viendo el programa. Así que, por mi parte, el programa puede contar conmigo el tiempo que quieran. Hasta los 68 años voy a estar disponible.
No se pase. ¿Qué cree que genera Julian Iantzi, más amor o más odio?
-Si me tengo que fiar de las redes sociales, más amor que odio. Me siento querido: no llego a la categoría de J.R. en cuestión de odio. A veces soy duro: pongo todas las cartas encima de la mesa, meto algunos zascas, les aprieto, les digo cuatro cosas?
¿Solo cuatro cosas? A veces muestra usted muy mala leche...
-Sólo para que no se me suban a las barbas. Soy un tío simpático, ¿o no?