La voz de las mujeres suena con fuerza entre las finalistas al Premio Planeta
El grupo editorial, que mantiene su sede social en Madrid, falla en Barcelona esta noche su galardón, que bate récord de participación con 642 novelas presentadas
barcelona - La literatura volvió a ocupar ayer el papel protagonista en la presentación de los textos finalistas del Premio Planeta que se falla esta noche en Barcelona, disputando su espacio a la política y a la situación económica del sector. El año pasado, tras el 1 de Octubre, el grupo editorial anunciaba en estas mismas fechas el traslado de su sede social a Madrid, una decisión a día de hoy “irrevocable” ya que según el presidente del grupo, José Creuheras, “todavía no se dan las condiciones” para volver a ubicar su sede social en Catalunya. “Mantenemos firme la decisión de continuar fuera de Barcelona”, aseguró ayer durante la rueda de prensa de presentación del Premio Planeta de novela. Un encuentro con los medios en el que el grupo se mostró satisfecho por la buena marcha del sector que cerrará 2018 con una facturación cercana a los mil millones de euros al tiempo que alertaron del aumento de la piratería en el Estado, donde cada minuto se descargan más de 800 libros de manera ilegal.
Sin embargo, no fue esta vez la situación política la que centró el acto, sino el contenido de las diez novelas finalistas de las que hoy saldrá la ganadora del galardón de las letras con mayor dotación económica del Estado. Una edición con voz femenina, según coincidieron ayer los miembros del jurado, ya que la mujer es la gran protagonista de las historias de gran parte de las novelas presentadas al Planeta. Así, la editorial se hace eco del clamor social que ha marcado este 2018 y se suma desde la literatura a la reivindicación de los derechos de las mujeres. El escritor y miembro del jurado Juan Eslava Galán destacó que “la Guerra Civil y la novela histórica están perdiendo terreno en favor de novelas de orientación femenina”, quien quiso destacar el crecimiento de una nueva novela social, un tipo de novela “que se acerca a la visión de la mujer en la sociedad y a algunas vicisitudes actuales”. Para él, en las diez novelas finalistas y en general en otras muchas de las presentadas, la voz de la mujer está enormemente presente “incluso cuando el narrador es un hombre”.
Por su parte, Rosa Regàs quiso aclarar que los miembros del jurado no saben si los autores son hombres o mujeres, algo que sin embargo pueden detectar por experiencia, aunque “cada vez es más difícil adivinar”; pero pese a ello destacó que la voz femenina está más presente que nunca. “Esto se debe a que se avanza cada vez más hacia la igualdad, desde el punto de vista social y político, pero también desde el punto de vista del propio placer de la vida, como muchos de los personajes de estas novelas”, señaló.
diez novelas finalistas En las diez novelas finalistas es donde se aprecia este protagonismo de las voces femeninas, no por sus autores, que se desconoce si son hombres o mujeres, ya que la mayoría presenta bajo seudónimo, sino por los argumentos. Diez obras de las que saldrán esta noche la ganadora y finalista del premio 2018 que está dotado con 601.000 euros para la obra ganadora y 150.250 euros para la finalista.
El adiós, de Sandra Glasser (seudónimo) es una historia de lucha, superación y supervivencia de tres generaciones de mujeres que “demuestra la evolución de la imagen social de la mujer”. Es una novela coral con un fondo social de la lucha de las mujeres por sus derechos. Violencia de género, de Paulina Ayerza (seudónimo), trata sobre las relaciones lésbicas de una pintora argentina afincada en París y una sofisticada parisina, una novela psicológica que aborda estas relaciones desde las dificultades de aceptación social. Mirando a un cielo silencioso, de Elena Francis (seudónimo) es un thriller de misterio y ciencia ficción con un argumento inquietante en el que se produce el bloqueo masivo de los ordenadores. El ascenso, de James Sussex (seudónimo), cuenta el ascenso fulgurante de una mujer de condición humilde en un mundo de hombres inmersos por la lucha política. La historia El arte de la fuga, de Daniel Tordera, vuelve a la ciencia ficción con un relato donde los personajes deben morir por propia voluntad. Los perdedores, de María Díez (seudónimo), un relato policiaco y psicológico, está protagonizada por una detective privada especializada en infidelidades. La sombra del cerezo, de Ariane Onna (seudónimo), es una novela policíaca que refleja la asfixia y soledad que en ocasiones acompaña a la maternidad; está ambientado en un pequeño pueblo de Iparralde. La novela Mate, de Hatshepsut (seudónimo) es la única con un contenido más histórico. Su argumento viaja a la Valencia del siglo XVI donde una mujer encuentra el primer códice de ajedrez, la obra da un salto en el tiempo hasta el Nueva York del siglo XXI donde una doctora sigue con la búsqueda. Ángela, de Leticia Conti Falconi, es una clásica novela policiaca, mientras que El amante de la viuda negra, de Ray Collins (seudónimo) tiene como protagonista a un paseador de perros argentino involucrado en el caso de una asesina de clientes de prostitución.
la anécdota de rosa regàs El Grupo Planeta reiteró ayer que considera que no se dan las condiciones para volver a ubicar su sede social en Catalunya. Según el presidente, “las condiciones no han cambiado, y ante la inseguridad jurídica y por la defensa de los intereses de nuestros accionistas y colaboradores seguiremos con la sede social en Madrid”. Una decisión que según reconoció es “jurídica” ya que no afecta a los centros de trabajo. Precisamente el Gobierno central ha anunciado esta semana pasada su intención de revertir el decreto con el que se facilitó hace un año a algunas empresas la modificación de su domicilio social y fiscal, de forma que pudieran agilizar su traslado fuera de Catalunya.
Como el tema de la posible vuelta a Catalunya surgió durante una pregunta a la escritora Rosa Regàs, miembro del jurado, ésta declinó responder y matizó que delegaba ese aspecto “a mi vecino de mesa, porque creo que tenemos opiniones muy distintas”, en referencia al presidente del grupo, quien públicamente la invitó a expresarse, algo que ella no hizo. Al final del acto, Creuheras y la escritora intercambiaron opiniones en privado.
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