“El cómic es un arte de vanguardia y es el lenguaje del futuro”. Así, al menos, lo entiende Asier Mensuro, comisario de la exposición Arte en el cómic que se muestra, desde ayer y hasta el 27 de octubre, en el Palacio del Condestable. Se trata de una exhibición de los trabajos de 70 historietistas e ilustradores contemporáneos centrada en la reinterpretación de estos artistas sobre grandes maestros de la pintura universal. Además, se realiza un homenaje a los grandes museos que han abierto sus salas y sus fondos al llamado noveno arte.

Laura Fernández, responsable de Colecciones e Itinerancias de Fundación Telefónica, que ayer presente durante la inauguración de la exposición, señaló que se trata de una muestra que “está en continua evolución porque siempre va incorporando nuevos nombres, lo cual es estimulante para ver cómo es el estado de salud del cómic en el Estado y la verdad es que goza de muy buena salud”. En este sentido, el comisario añadió que los últimos trabajos que ha incorporado a la muestra son de “este mismo año”.

Entusiasta con la exposición, Mensuro explicó que está dividida en dos bloques diferenciales. El primero de ellos aborda la presencia del cómic en grandes museos. “El Museo del Louvre fue el primero en dejar entrar a dibujantes en sus salas” y la colaboración de Fabrice Douar, editor del museo, “tuvo como resultado en 2005 una colección de cómics sobre las obras del museo que se materializó en una exposición en 2009”. Después, “como si se tratase de una piedra que se tira al agua y genera una serie de ondas, museos cercanos, como el Museo de Orsay de París, y otros museos europeos empezaron a hacer exposiciones similares”.

El Museo Thyssen-Bornemisza fue el primer museo en el Estado “en editar un cómic”, indicó. Además, agregó que otras pinacotecas, como el Museo Nacional del Prado, han comenzado a editar su propia colección de cómics. Esta muestra incluye nuevas páginas procedentes de los últimos volúmenes de las colecciones de cómic del Museo del Prado y el Thyssen de Madrid. A ellas suma, además, muestras de cómic de museos que en fechas recientes han puesto en marca sus respectivas colecciones, como el Museo Nacional de Arte de Cataluña y el Instituto Valenciano de Arte Moderno.

Segundo bloque

Pintura universal

En la segunda sala de la exposición se encuentran grandes obras de la pintura que aparecen en el cómic. Se trata de un acercamiento novedoso gracias a una mirada personal, y un homenaje de los historietistas a los pintores que está alejada de las líneas de análisis que emplean habitualmente críticos y teóricos del arte. “Resulta que había dibujantes de cómic a los que les gusta la pintura y que en algún momento de su trabajo han querido homenajear a algún artista que les gustaba”, señaló el comisario de la exposición, que añadió: “Aquí se ve cómo tanto la pintura como el cómic son dos artes hermanas que se influyen continuamente”.

Esta parte de la exposición cuenta con piezas como tres páginas sobre el Guernica de Javier Olivares y Santiago García; una obra de Gustavo Rico y Jorge García que recrea La carga de los mamelucos de Goya o versiones de los principales lienzos de movimiento impresionista, además de los trabajos de muchísimos autores como Milo Manara, Don Julio, Daniel Torres o Luis Durán, entre otros.