l arte volverá a colgar de las paredes de las galerías a partir de mañana, lunes 11 de mayo. Reabren, con todas las medidas sanitarias, en medio de un panorama todavía más difícil al que estaban habituadas, esperando recuperar la confianza del público y, también, lograr finalmente un apoyo institucional que siempre han necesitado.

Después de una semana ofreciendo la posibilidad de visitar bajo previa cita su actual exposición temporal -una colectiva montada con sus fondos-, el galerista Michel Menendez reabre mañana su espacio de la calle San Antón de Pamplona en el horario habitual. Reconoce que ha sido un parón "duro, duro". "En tiempos normales las ventas en galerías ya son difíciles, y ahora inexistentes. Algunas quizá después de esto no vuelvan a abrir", asegura sobre lo mucho que el confinamiento obligado ha afectado a las galerías. En este tiempo en que su espacio ha estado cerrado, Michel Menendez ha movido obras en subastas on line y en las redes sociales, "pero las ventas en subastas on line no son interesantes porque te aceptan los cuadros a precios ridículos. Esto está bien para artistas de poco renombre pero cuando tienes ya un caché € no se puede rebajar tanto. Y las ventas en redes sociales son prácticamente nulas", reconoce. "Las redes te mantienen vivo en forma de escaparate, eso sí", apunta.

En estos 53 días de confinamiento, a Maite Cengotitabengoa y su socia Maite Díaz, de Ormolú, les ha pasado "de todo" por la cabeza, "desde ya no volvemos a abrir hasta la ilusión de reinventarnos...". Mañana reabren con una exposición de Ángel Presencio y, quizá, con algún cambio de horario. "Ya no habrá inauguraciones como antes... Por nuestro espacio, no podremos estar más de seis personas a la vez en el local", dice Maite Cengotitabengoa. Cree que este "parón tremendo" va a ser, "más que un paréntesis, un quiebro". "Vamos a tener que buscar cauces y maneras diferentes. Sí defendemos que el espacio de galería como tal no se pierda, porque trabajar on line puede servir para mostrar la obra, para acercarla a un público más diverso y de cualquier sitio, pero para la venta...", dice desconfiando de esta opción.

Las galeristas reconocen estar "con ganas" de la vuelta pero también "asustadas". "Como está en general el sector, porque si ya suponía antes mucho esfuerzo montar una exposición, ahora... Y en Pamplona el mundo de la galería es muy pobre", dicen. Ormolú, junto con Michel Menendez, La Fábrica de Gomas y ArteA2 de Zizur Mayor, están en conversaciones con el departamento de Cultura del Gobierno de Navarra, al que le han transmitido sus preocupaciones y necesidades. "Mantuvimos una conversación on line hace unas dos semanas, y tenemos otra el día 22 de mayo. Hemos solicitado ayudas de difusión, crear algún tipo de campaña sobre nuestros proyectos expositivos... Pedimos algo más de atención, que el gobierno navarro de vez en cuando haga de cliente en las galerías de su capital... En definitiva, estar más presentes", cuenta Cengotitabengoa.

El arte debe "palparse"

Al frente de La Fábrica de Gomas, Alberto García y Olivia Blasco han llevado el confinamiento "con preocupación, como todo el mundo, y viendo la manera de adaptarnos tanto personal como profesionalmente". "El mundo del arte se encuentra en una situación complicada. Estamos desarrollando nuevos proyectos culturales que complementen nuestra actividad expositiva", cuentan. A partir de mañana reabrirán su espacio en el Soto de Lezkairu con la muestra Un mar de primaveras de Natxo Barberena, Alicia Osés y Daroca, que estaba prevista para el 14 de marzo, y modificando el horario, que pasa a ser de martes a sábados de 9 a 12.30 y de 19 a 21.30 horas. "Abriremos con cautela, guardando todos los protocolos y dosificando el público interesado. En nuestro caso, al tener bastante espacio físico, no suele haber problemas de aglomeración", reconocen.

Conscientes de que el mercado del arte se está ampliando en los últimos años a través del medio digital, y que "esta mayor difusión puede reflejarse en un aumento de las ventas", Alberto y Olivia llevan tiempo desarrollando una web que dé a conocer sus actividades así como parte de la obra en venta. Sin embargo, tienen claro que "nada puede suplir la sensación, la emoción y el diálogo frente a la obra en directo. Además de la atención personalizada con que se mima a los visitantes compartiendo nuestra experiencia y despejando sus dudas".

La Galería ArteA2 de Zizur Mayor tuvo que cancelar el pasado 13 de marzo la inauguración de una exposición de Iñigo Marchain, que a partir de mañana retoma en su horario habitual. "Cumpliremos con la distancia de seguridad y las personas mayores de 65 años tendrán un horario preferente para ser atendidas. Somos un sector pequeño y cercano por lo que la seguridad para los clientes es lo primero, y la cita previa es una forma de asegurar la atención", afirma Ana Álvarez García. Pensar en inauguraciones, dice, "es cosa del pasado". En su caso, el artista hablará de su obra vía on line en esta primera exposición postconfinamiento.

La galerista de ArteA2 reconoce que "son tiempos difíciles e inciertos". "El impactó económico es devastador, hay miedo, paro, y lo que es peor, la incertidumbre sobre qué pasos son los mejores para sobrellevar un sector que pasa al último escalón de necesidades sociales". Cree que las galerías son "las grandes desconocidas. Necesitamos un apoyo que nos haga visibles", afirma.

Con respecto a la venta de arte en plataformas on line, Ana Álvarez García no acaba de verlo claro. "Parece que nos lo quieren vender como la forma segura de movimiento en el sector. Y utilizamos las redes sociales e informamos en nuestras webs en la medida de lo posible desde hace tiempo, sin embargo son muy pocos los que se acercan a nosotros por estos medios", reconoce.

A quien le separa una gran brecha de todo lo digital es a Fermín Echauri. A sus 86 años, el veterano galerista navarro no puede entender que alguien pague un dinero por una obra que ve a través de una pantalla. "No es comprensible, el arte hay que verlo, palparlo, tenerlo cerca", asegura este resistente del arte que verá a partir de mañana reabrir las puertas tanto de la galería de Navas de Tolosa que lleva su nombre -con dos exposiciones, una figurativa y otra informalista- como de la Fundación Miguel Echauri de la calle San Antón. "Después, que la gente venga o no... Yo lo veo difícil, porque la actividad de las galerías ya era muy dudosa antes de la llegada del coronavirus. Era muy problemática, las ventas habían bajado notoriamente, la gente estaba muy desinteresada, todo estaba más o menos en contra, no hemos tenido apoyo de ningún tipo... incluso había casi unas ganas de ignorarnos a todos. Y eso ha perjudicado muchísimo a artistas y galerías. Porque si la gente pierde el interés por el arte, ¿qué hacen los artistas y qué hacemos los galeristas?", se lamenta.

El parón al que les ha forzado la crisis del coronavirus, dice, es "un torpedo que nos ha caído cuando ya estábamos en una situación de difícil resistencia. Nos ha generado pérdidas, claro, porque si no hay ninguna operación que te dé ingresos y sigues con gastos...". Echauri no entiende que en las subastas internacionales se manejen unos precios desorbitados y sin embargo no se cuide a los artistas que trabajan "a precios más asequibles". "No se entiende todavía que el artista tiene que comer, que no tiene por qué regalar su arte. Es frustrante". A pesar de todo, Echauri sigue adelante. "Reabriremos. Es nuestra meta. Yo empecé trabajando en esto hace más de 50 años en Pamplona y me duele dejarlo. Y aunque de momento nos esté costando algo de dinero, y nos cuesta que nos cueste, y estemos asustados, seguiremos", dice.