Fecha: 04/09/2020. Lugar: La Ciudadela. Incidencias: Primera jornada del festival Pim Pam Ville, con las actuaciones de Exnovios, J’aime, Pelomono y The Limboos.

uenas noticias: a pesar de la pandemia, el festival Pim Pam Ville ha sacado adelante una nueva edición. Como todos los años, un buen puñado de grupos que militan en los márgenes de la industria, feligreses del garage, la psicodelia y todos aquellos estilos que habitualmente vuelen por debajo del radar de las radio fórmulas, se dio cita en Pamplona, donde habita un público ávido por escuchar sus singulares propuestas. Y es que la afición de esta tierra por este tipo de sonidos no solo se constata en la afluencia a los conciertos, sino también en la gran cantidad de bandas que proliferan ajenas a la omnipresente sombra del rock urbano.

Buen ejemplo de ello puede ser el de Exnovios. El grupo se sumó al cartel en el último momento, tras la caída de los gallegos de Bifannah. Fue una lástima no haber podido disfrutar de su tropicalismo atlántico y lisérgico, pero, en su defecto, tuvimos la oportunidad de escuchar al cuarteto local. Siempre es un placer dejarse aplastar por su maraña de guitarras: ellos se definen como un grupo de pop, y por intención e influencias posiblemente lo sean, pero el filtro ruidista que aplican a sus canciones les escora hacia el rock, aunque, bien pensado, la frontera entre uno y otro término siempre fue difusa. En cualquier caso, canciones como Han venido a por ti o Las cosas que yo quiero con dinero no se pueden comprar funcionaron a las mil maravillas. Un único “pero”: el público se vio obligado a reprimir sus ganas de bailar y tuvo que quedarse sentado.

Después llegaba J’aime, una inusual y hermosa anomalía en cualquier panorama musical. Conocíamos su exquisitez por la huella que dejó en antiguos proyectos (Souvenir o The Brillantina’s, entre tantas otras aventuras junto a su amigo Roberto C. Meyer). El pamplonica anda presentando su nuevo disco, Love and squalor. A diferencia de exnovios, su música se disfruta incluso mejor sentado, pues así pueden paladearse todos los matices que encierran sus canciones: del pop al country, del rock o a la chanson francesa (precioso el dúo con Patricia en Toutes les femmes et aucune). Sublime actuación.

La tercera banda fue Pelomono, proyecto de Pedro De Dios (de Guadalupe Plata), y Antonio Pelomono. El dúo (guitarra y batería) luce sendas máscaras: una, de gorila; otra, un antifaz como de lucha libre mexicana. La pareja practica un blues no ya asilvestrado, sino directamente salvaje, en forma de violentos zarpazos instrumentales: no necesitan palabras para comunicarse, les basta con unas pocas carcajadas siniestras y algún que otro aullido. Invitaron a tocar a Juan Carlos González (Charly), el único miembro que queda vivo de Los Bichos, que se marcó un gran duelo de guitarras con Pedro.

Y para terminar, The Limboos, garantía infalible de buena música y fiesta a raudales con su sabrosa y elegante mezcla de rockabilly y swing. Volvían a Pamplona con su flamante nuevo disco, Baia, y no defraudaron. Inmejorable colofón para la primera jornada.