- Alex de la Iglesia transforma Pedraza, un pequeño pueblo de Segovia, en el epicentro de la lucha entre el bien y el mal en 30 monedas, la nueva serie de HBO cuyo primer capítulo llega el próximo domingo 28 de noviembre. Monstruos, posesiones, exorcismos, reliquias e incluso el mismísimo diablo se dan cita en esta ficción en la que el director de El Día de la Bestia o Las brujas de Zugarramurdi vuelve a combinar la iconografía religiosa con oscuros elementos sobrenaturales para destapar una demoníaca conspiración global que busca hacerse con las 30 monedas por las que Judas traicionó a Jesús.

Álex de la Iglesia: "En los evangelios hay información que no conviene ser transmitida"

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Compuesta por ocho desmesurados episodios, que se estrenaran semanalmente en la plataforma HBO, 30 monedas supone la segunda incursión de Alex de la Iglesia en el mundo de las series después de Plutón BRB Nero, una comedia futurista que emitió La 2 entre septiembre de 2008 y diciembre de 2009.

Desde entonces, la irrupción de las plataformas ha modificado sustancialmente el mercado audiovisual que vive, según el realizador bilbaíno, una "edad de oro" al que se ha llegado gracias al empuje de los servicios de streaming. Y, fiel a la postura de "compatibilizar ventanas" que viene defendiendo desde hace años, De la Iglesia señala en una entrevista con Europa Press que esto tampoco supone abandonar a su suerte a las salas de cine, que atraviesan una situación crítica lastradas por la pandemia de coronavirus.

"Por supuesto que quiero que los cines sobrevivan, y estoy absolutamente de acuerdo con todos los que quieren mantener las salas. Pero eso no significa que no piense que en este momento existen otras ventanas y que crea que las plataformas han ayudado a que el audiovisual esté viviendo una auténtica edad de oro", argumenta al ser preguntado por la carta firmada por numerosos representantes del cine español -como Almodóvar, Trueba, Coixet o Bayona- en la que reclaman al Gobierno un "plan de supervivencia" para las salas de cine.

El cineasta, que no se encuentra entre los firmantes de la misiva hecha pública el pasado viernes, insiste en que su amor por el cine, por la salas y por la experiencia cinematográfica no es incompatible con reconocer que "las cosas han cambiado gracias a las plataformas" y que lo han hecho "de forma increíblemente positiva".

"Los formatos son absolutamente compatibles, y negarse a la compatibilidad es negar el avance. Esto podría haber ocurrido hace 10 o 15 años, y no se hizo porque la industria no lo entendía, ahora lo tiene delante y es lamentable que algunos sigan sin verlo", proclama De la Iglesia, quien ya defendió esta "compatibilidad" de ventanas durante su etapa como presidente de la Academia de Cine, cargo que ocupó de junio de 2009 a abril de 2011.

En 30 monedas -serie que celebró su puesta de largo mundial como Proyección Especial Fuera de Competición en el 77º Festival Internacional de Cine de Venecia en septiembre y también pasó por Sitges el pasado mes de octubre- viaja de Segovia al Vaticano de la mano de tres improbables héroes: un cura exconvicto y boxeador (Eduard Fernández), una veterinaria (Megan Montaner) y un alcalde algo atolondrado (Miguel Ángel Silvestre). Tres singulares personajes que se enfrentan a demoníacas y poderosas fuerzas que buscan reunir la reliquia más codiciada, las 30 monedas de Judas. Y una de ellas ha acabado en Pedraza. Y también tres, curiosamente, son los motivos que llevaron a Alex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría, su colaborador habitual y cocreador de la serie, a elegir este pueblo segoviano como escenario de una serie en la que la localización tiene "un papel importantísimo".

El primero viene dado por la propia naturaleza de la historia combinada con las peculiaridades culinarias de la zona. "Hablamos del cordero de Dios y Segovia es tierra de corderos", dice con una sonrisa. El segundo es esa sensación de "encierro" que inevitablemente desprende un pueblo al que "solo se puede entrar o salir por un lugar, el arco de entrada", algo que lo convierte, según De la Iglesia, en "una cárcel de piedra". Y la tercera es, precisamente, que se trata de un pueblo construido totalmente de piedra.

"No hay una casa de ladrillo, todo es piedra. Esa sensación de pueblo medieval le venía muy bien a la historia porque de eso estamos hablando, de unas ideas, de un concepto de la religión que proviene de tiempos antiquísimos pero que sobrevive hoy en día, igual que Pedraza".