on la intención de dar a conocer la historia de Tudela y la Ribera y su relevancia en el devenir de Navarra y de todo el Estado, la peña Beterri, con la ayuda de la Fundación Nabarralde, el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Tudela (ningún representante del Consistorio asistió a la presentación), organizó el pasado sábado unas jornadas en la que, en diferentes ponencias, se fue desgranando la evolución de la segunda ciudad de Navarra. En estas jornadas se presentó también el libro Lugares de Memoria de Tudela y la Ribera, donde se plasman las ocho ponencias que arrojaron luz sobre el origen y desarrollo de una ciudad que a lo largo de sus casi 2.000 años de vida ha pasado del esplendor económico y cultural, a la oscuridad, para volver a vivir etapas de luz. Los diferentes ponentes pusieron negro sobre blanco aspectos como la relevancia de Tudela en la cultura musulmana y hebrea, en las guerras civiles de Navarra, en el desarrollo del euskera y su influencia o en la Segunda República, entre otros.

Elegir la palabra lugar para hablar de historia no es casual, según explican en el libro, "se entiende por lugar de memoria cualquier entidad que por la voluntad humana o la mano del tiempo se haya convertido en un elemento de patrimonio memorial de cualquier comunidad".

Como explicó uno de los organizadores, José María Blanzako, "Tudela ha tenido una historia importante a lo largo de los siglos y queríamos extractarla y reunirla en 200 páginas para dar a conocer a la ciudadanía los hechos que han ocurrido aquí y la importancia que ha tenido Tudela y la Ribera, para bien o para mal". En este sentido, las 200 páginas que plasman las interesantes e intensas ponencias de historiadores ilustres buscan dar semblanza a los acontecimientos sucedidos en nuestra ciudad desde los Banu Qasi y Eneko Ariza, pasando por Sancho VII el Fuerte y su hermana doña Berenguela, a la pérdida de Navarra, las Guerras Carlistas, La Gamazada, sin faltar un repaso a las conclusiones que ofrece la arqueología de la capital ribera o la toponimia del euskera o un análisis de los lugares de un extenso municipio que cuenta con 215 km2 (Pamplona cuenta con 25 km2).

La obra (al precio de 12 euros en las librerías y que pretende divulgarse por colegios, sociedades y otras entidades para su divulgación) cuenta con la participación de Iosu Osta (Personas ilustres en la Tudela de la alta Edad Media); Peio J. Monteano (Tudela durante la conquista de Navarra 1512-1529); Jose Mari Esparza (Del Tubalismo a los estatutos. La Ribera navarra y la unidad vasca); Emilio Majuelo (Historia y memorias de la Tudela republicana); Jabier Sainz Pezonaga (Toponimia y euskera en la merindad de Tudela), Juanjo Bienes (La fortificación y el templo como representación del poder político y religioso en la Tudela medieval); Alfonso Aranda (Recorrido por la muga perimetral del término municipal de Tudela) y Ángel Rekalde (Tudela y la Ribera. Hablamos de memoria).

Uno de los objetivos de recorrer la historia de la ciudad es "cubrir el vacío cultural que había respecto a la historia de Tudela. Nos han enseñado en las escuelas la historia de los Reyes Católicos o de otras cosas, pero nunca la de nuestra ciudad".

Así Lugares de memoria de Tudela y la Ribera recupera vidas de personajes tan insignes como olvidados como los de el Ciego de Tudela, Abraham Ibn Ezra que evidencian que "a veces se ha idealizado la convivencia de las tres culturas, pero hay testimonios que avalan el respeto, el diálogo y el entendimiento entre judíos, cristianos y musulmanes", relata Osta.

Monteano destaca en su ponencia como la capital ribera fue el estandarte de los agramonteses, en la guerra civil del siglo XVI, frente a la Pamplona beamontesa y eso le costó perder sus defensas y murallas, mientras la capital mantuvo y mejoró las suyas.

Esparza bucea en el origen de las poblaciones de la Ribera y para ello se basa en la teoría del hijo de Noé, Tubal, creador de Vasconia y Cantabria y como tal la influencia y existencia del vasquismo a lo largo de la historia. Esparza habla de Pedro de Agramont (tudelano de 1567-1635) que hablaba del nieto de Noé como fundador de Sangüesa, Tafalla y Tudela.

El historiador Majuelo habla de la represión en la Ribera tras el golpe de Estado de 1936, de su ausencia en relatos históricos de algunos personajes claves como José María Iribarren, de la contribución de otros como Julio García o José María Jimeno y de la relevancia de los testimonios orales para preservar la represión en la zona más izquierdista de Navarra durante aquellos años.

En su trabajo, Sáinz Pezonaga relata cómo los topónimos de las localidades riberas están íntimamente ligados al latín y al euskera, mientras Bienes hace un recorrido por las profundidades de la tierra tudelana. El arqueólogo tudelano narra la llegada de las primeras poblaciones al cerro de Santa Bárbara hacia el siglo I y II después de Cristo, cuando la localidad más relevante del entorno era la Caiscantum romana, ya que Tudela, sin un puente que le comunicara con la ora orilla, contaba con unas pocas viviendas y familias. Hasta el siglo IX, con la llegada de los musulmanes y convertida en medina, no comenzó a crecer y prosperar. En este contesto, Bienes narra la relevancia de los espacios religiosos de las tres culturas y de su relevancia a la hora de tejer las fortificaciones de la ciudad.

Cierra el libro el tudelano Alfonso Aranda que describe y analiza los términos del entorno de Tudela, que tiene un perímetro de más de 111 kms (Pamplona tiene 36) y que tiene una gran cantidad de accidentes geográficos desconocidos como elevaciones de hasta 737 metros, más de 200 caminos y más de 1.100 topónimos. Si una ciudad tiene nombres de lugares como Venta de los cojones, la balsa de Dios o la Rotonda de la Antártida es que esconde una gran cantidad de historias entre sus tierras. Su ponencia es solo un resumen de un extenso trabajo que ha realizado y que cuenta con más de 200 páginas. Tal es la relevancia del término que tiene muga con Cascante, Bardenas, Murchante, Arguedas, Cintruénigo, Cabanillas, Castejón, Corella, Fontellas, Fitero, Ablitas, Tarazona y Valtierra.

Los precursores querían "cubrir el vacío cultural que había respecto a la historia de Tudela" y se pone a la venta por 12 euros

Un término que tiene lugares como Venta de los cojones, Rotonda de la Antártida o la Balsa de Dios, ha de tener una gran historia