No ve mejor manera que empezar 2021 con un nuevo programa. Nunca había hecho un reality y confiesa abiertamente que era un formato que estaba deseoso de hacer. Lo combina con el espacio que lidera de lunes a jueves, Eztabaidan. Dice que es un hombre que se descubre día a día y que ha descubierto que haciendo Baserria se ha divertido y se ha sorprendido, dos circunstancias que le dan alas para seguir entusiasmado en el mundo de la televisión.

Vamos a empezar con un tópico. Año nuevo, programa nuevo.

-Que vivan los tópicos. Este es de verdad. Efectivamente tengo nuevo programa, Baserria, y ya tenía ganas de hacer un programa así. Estoy encantado, feliz y deseando que haya más tópicos de este tipo.

Cuéntenos cómo va a ser.

-Por encima porque no solo es contarlo, hay que verlo. Baserria es el epicentro de un concurso en el que se juntan diez baserritarras y diez kaletarras, urbanitas. Es la unión de gente de ciudad y de campo. Se forman parejas entre un baserritarra y un kaletarra para participar en una aventura que me ha sorprendido.

¿Habrá pruebas?

-Habrá pruebas y expulsiones cada semana hasta llegar a tener la pareja ganadora. Estas pruebas asegurarán a cada pareja la permanencia o no en el concurso y condicionan la vida que van a tener en el baserri.

¿Son parejas aleatorias o lo son también fuera del concurso?

-Se forman entre los concursantes, no se conocen entre sí y es una de las circunstancias que condiciona la convivencia. Vienen individualmente y cuando formamos esas diez parejas hay muchas sorpresas entre ellos a la hora de convivir porque no tienen datos de cómo es cada uno.

A los espectadores les gusta el morbo, a todos no pero sí a muchos. ¿Va a haber?

-Vamos a tener muchos elementos para entretenernos, pero destacaría la convivencia, que genera muchísimas dinámicas y muy diferentes.

No me está diciendo mucho.

-Ja, ja, ja… Vamos a tener desde grandes alegrías a auténticos dramas pasando por momentos de tensión, competitividad, enfados, frustraciones y eclosión de la amistad. ¿Qué te parece?

Intenso.

-Ya ves. Te he hecho un resumen de toda esta montaña rusa de sentimientos que supone la convivencia de estas 20 personas en el reality.

Juegan en desventaja los urbanitas, kaletarras. Se desarrolla en un entorno rural y los de ciudad tendrán que adaptarse más.

-Esa será una de las sorpresas. El programa está lleno de ellas. Te juro que es una de las experiencias profesionales y personales que no voy a olvidar nunca. Baserria va a romper muchos prejuicios.

¿Se los ha roto a usted?

-Sí, claro. Hoy no hay tantas diferencias entre la gente que vive en un medio rural y los urbanitas. El casting ha sido estupendo y los concursantes han sido elegidos de una forma exquisita. Hay gente de diferentes edades. Me he dado cuenta de que los tópicos de los perfiles urbanitas o baserritarras se caen en este programa. Hay pluralidad de personalidades, pero los arquetipos que podríamos pensar se deshacen. Me parece que es una de las conclusiones más interesantes. Las sorpresas que veremos son bastante jugosas.

Ha comentado que era un formato que tenía muchas ganas de hacer. ¿Es un hombre de reality?

-¿Un hombre de reality? No sé ni lo que soy, me voy descubriendo día a día. Ojalá que descubra más cosas. He descubierto un formato que antes no había hecho nunca y que miraba con interés profesional…

Pero, ¿le gustan?

-Me remito al interés profesional. Hay de todo en los formatos relacionados con el mundo del reality. Es la primera vez que hago uno y me ha apasionado, pero creo que es porque me he enfrentado a un reality diferente. Hay algunos que están principalmente basados en ejercicios físicos y otros solo por la convivencia. Baserria tiene una combinación perfecta de esos dos modelos, pero tiene personalidad propia y aporta más elementos.

¿Qué elementos?

-Es un reality en euskera y eso ya es muy importante. Tiene identidad propia. Para mí son dos cosas muy interesantes.

¿Ha nacido el Jorge Javier vasco?

-¡Oye! Eso lo dices tú, ¿no? Yo no veo punto de comparación con Jorge Javier Vázquez, que conste. No sé por qué me dices estas cosas.

¿Le sorprendió que se lo ofrecieran?

-Me alegré. Tenía muchos puntos a su favor. Era para ETB 1, por lo tanto en euskera. Era una aventura profesional, algo totalmente nuevo y un formato que estaba deseando probar…

Así que ni se lo pensó.

-Sabía que iba a aceptar. Me costó muy poco tiempo decir que sí, que adelante; y creo que no me he equivocado. No, no me he equivocado. Estoy disfrutando a tope.

¿Tiene algún proyecto más?

-¿Te parecen pocos? De lunes a jueves hago un directo, Eztabaidan. Es otra maravilla que tengo entre manos y un programa del que estoy muy orgulloso. Son dos espacios en ETB 1 y eso me satisface mucho. De momento tengo bastante.

Parece que le ha tocado la lotería, lo digo por el trabajo.

-Ja, ja, ja… Siempre acabamos hablando de lotería tú y yo, será que nos hace mucha falta.

Por supuesto.

-Falta sí nos hace, y a mucha gente. Fíjate cómo estoy de trabajo que con la promoción de Baserria ni compré para El Niño…

Eso que se ha ahorrado.

-Cada vez creo menos en ella. No soy un gran comprador, la de EITB y porque es la del trabajo…

Y no les vaya a tocar a todos menos a usted.

-Ja, ja, ja… Cierto. Pero en serio, yo creo en otras cosas más allá de la lotería. Creo en estos trabajos tan maravillosos que me está tocando hacer. Poder trabajar teniendo en cuenta cómo está la situación es una gran suerte.

¿Cómo vive la pandemia?

-Todo es muy relativo y se vive según te vaya a ti, a tu entorno cercano, a los tuyos. Veo gente que lo está pasando muy mal, gente que se ha ido. Eztabaidan surgió en los momentos de la pandemia y hemos hecho un seguimiento exhaustivo. No he tenido parón salvo para descansar un poco en vacaciones. No me puedo quejar porque de momento el bicho no ha aparecido ni en mí, ni en mi entorno más próximo. He visto casos a mi alrededor, pero no han sido graves. Cada vez tengo más en cuenta el valor de la salud. Espero que me llegue pronto la vacuna…

¿No le da miedo?

-No. Digo “sí” a la vacuna, además de otras medidas: la mascarilla, la distancia y tener cautela para acabar de una vez con el bicho.

¿Volveremos a respirar sin la mascarilla puesta?

-Un compañero me acaba de decir: “Este año me parece que no”. No sé cuándo volveremos a un mundo sin mascarillas. Se puede hacer incómoda, pero me he dado cuenta de que me protege y también a la gente que está a mí alrededor. Voy a pensar que es una etapa y ya pasará. Llegará el día que se pueda ir sin ellas y quiero pensar en ese momento y en que lo celebraremos.

Además de la pandemia, quedan nueve días en Eztabaidan mirando a Estados Unidos y a la salida de Trump de la Casa Blanca.

-El programa, ya lo he dicho, nació con la pandemia. Pero Eztabaidan es actualidad y ha ido evolucionando. Se han ido incorporando otros temas y ha sufrido una evolución natural. En Eztabaidan se hablará de lo que está ocurriendo con Trump…

No pensaba que algún día iba a ver el asalto al Capitolio.

-Ni tú, ni nadie. Es algo que da para muchos análisis y para muchas eztabaidak (debates).

“En ‘Baserria’ se juntan diez baserritarras y diez kaletarras, urbanitas; en resumen, es la unión de gente de ciudad y de campo”

“Los tópicos de los perfiles urbanitas o baserritarras se caen en este programa. Los arquetipos que podríamos pensar se deshacen”