El filme Akelarre, producida por Iker Ganuza, se llevó 5 Goyas: Mejor diseño de vestuario; Mejor dirección artística; Mejores efectos especiales; Mejor maquillaje y peluquería y Mejor música original.

La película Akelarre

-Si te soy sincero no me lo esperaba para nada. Después de acudir a los premios Feroz y no llevarnos ninguno, no me esperaba que nos fuésemos a casa con 5 galardones. Sabía que estábamos nominados a 9 premios pero para nada pensaba que nos llevaríamos tantos. He recibido estos Goya con mucha ilusión y alegría.

Este año, debido a la pandemia, la mítica gala de los premios Goya se ha visto obligada a llevarse a un formato on line

-Desde luego ha sido una experiencia diferente y una pena no poder haber estado de forma presencial en la gala. En principio pensábamos verlos cada uno desde casa pero al final nos juntamos con parte del equipo en un hotel ubicado en Bilbao. Fue una noche muy emocionante y todos la vivimos de forma muy especial.

La pandemia ha traído muchas restricciones que han afectado al sector cultural ¿Cómo es producir en tiempos tan difíciles?

-La película Akelarre se rodó en 2019 por lo que la producción en si no se vio afectada. Lo que sí que se ha visto golpeada por ella ha sido la postproducción de la película y el lanzamiento de ella en cines. Muchos cines estaban y aún están cerrados, y eso al final se nota. Hemos tenido, entre comillas, un poco de suerte en este aspecto porque otras películas que estaban en pleno funcionamiento se paralizaron.

Tras haber recibido estos premios, ¿Tiene entre manos algún nuevo proyecto?

-Sí. Se trata de un filme sobre Félix Viscarret, que se titula Una vida no tan simple. Es una comedia urbana que habla de la crisis generacional de unos padres jóvenes, con bastantes tintes autobiográficos del propio Félix. Pero, es cierto, que las cosas están bastante paradas debido a la la pandemia.