- Ya estaba en La Hormiga Atómica, y desde que abrió Katakrak es una de las libreras de este proyecto "colectivo", resalta, en el que la librería ha sido desde el inicio "pieza fundamental". "Porque entendemos que los libros son fundamentales para el empuje del pensamiento crítico y de la imaginación política", asegura Nerea Fillat.

Cuando tomaron colectivamente la decisión de abrir un espacio que tuviera librería, además de otra serie de cosas, se lanzaron a aprender el oficio haciéndolo. "Nadie venía con la experiencia, y nos apoyamos en otros proyectos similares, como Traficantes de Sueños, y en librerías que había en Iruña entonces, como Auzolan. Y aprendimos en diálogo con esa gente qué es una librería, cómo se hace, cómo se gestiona, cómo se piensa", recuerda.

Katakrak abrió el 31 de diciembre de 2013, pero antes estuvo La Hormiga Atómica en la calle Curia desde diciembre de 2007. "Así que llevamos una trayectoria en el sector del libro de casi ya 15 años", dice Nerea Fillat. Una labor que, como sus compañeros y compañeras de proyecto, entiende "desde la colectividad y en diálogo con otras patas, que son la editorial, la producción de textos propios, la relación con la sala de arriba para generar otros proyectos...". En Katakrak la individualidad no existe. "En toda la pandemia hemos gestionado la librería entre cuatro personas, y valoramos lo que cada una pueda aportar al espacio desde sus intereses y sus conocimientos", cuenta Fillat, también editora.

"Así, en el intercambio, nos enriquecemos. Ponemos en valor el hacernos fuertes en lo bueno que tiene lo colectivo, que es sumar, tener una mirada más compleja sobre los textos, los libros, los discursos", apunta. De esta manera, concibe la librería como "un espacio vivo de experiencias comunes donde pasan muchas cosas".

"Aquí viene mucha gente con autoediciones, o viene gente que te pide un libro pero le puedes ofrecer otra cosa... es un espacio vivo en el que se generan muchas cosas e intentamos que nuestra mirada esté presente, pero también hay mucha circulación de los libros que en el momento concreto que vivimos tienen su sentido", explica.

En cuanto a cómo valora el papel de los libreros y las libreras hoy, en este tiempo en el que hay tanta compra-venta on line y tanto algoritmo que trata de dirigirnos al son de intereses que no son precisamente los nuestros, Nerea Fillat resalta que, "aunque sea obvio, hay algo fundamental, y es que la interacción humana es insustituible".

"Si quieres asesoramiento, conversación, una librería es imprescindible, no hay nada que lo sustituya. De eso no te nutren las plataformas de compra-venta on line, ahí te pierdes algo muy valioso. Porque un algoritmo te puede proponer una serie de mezclas, pero solamente de los libros que esa empresa tenga en su almacén. En nuestro caso, en que hay un cuidado importante por editoriales pequeñas y por discursos que no están tanto en el maistream, la librería es una puerta abierta hacia una mirada más múltiple y más compleja, menos monocromática", dice.

Genera, en este sentido, oportunidades para "ampliar miradas y criterios, acompañar y complementar intereses; yo creo que la mezcla entre lectura y personas a las que les gusta leer y tienen interés por ello produce cosas que nunca jamás podría producir una plataforma de compra-venta".

Por eso, concluye, para Katakrak "la librería es un pequeño tesoro que hay que cuidar y que es fundamental para producir pensamiento y mirada crítica, y poder remar en colectivo hacia un mundo un poco más justo".

"La librería tiene el valor de la conversación y el asesoramiento humanos, y eso es insustituible"

"Entendemos la librería como una puerta abierta hacia miradas al mundo múltiples y complejas"

Librera y editora de Katakrak