Hace unos siete años, la Federación Navarra de Caza (FNC), continuando con el ejemplo de los cazadores gallegos, comenzó a organizar en la Comunidad foral una variante de la prueba de los perros de rastro atraillados, en la que los animales, en lugar de seguir los indicios de un jabalí adiestrado, perseguían las marcas de jabalíes salvajes. Sin embargo, en los últimos tres años, no se pudo celebrar. Este 2022, sin embargo, termina ese parón, y la intención de la entidad es retomar su celebración anual, para que los aficionados a esta modalidad disfruten de una jornada en la que el contacto con el perro es total.

El sábado 16 de abril, la finca de Sabaiza, perteneciente a Ezprogui, en la merindad de Sangüesa, acogerá a una veintena de cazadores (tanto navarros, como llegados de fuera de la región), que demostrarán la pasión que tienen sobre esta actividad, una de las modalidades deportivas que más se asemeja a la caza real. Sobre todo, a esos primeros momentos de la labor cinegética, en la que los perros han de encontrar el rastro de un jabalí. Con ella, se pretende fomentar entre el colectivo el uso del método de rastreo a traílla para dar caza al jabalí, además de potenciar la deportividad dentro del extenso grupo de aficionados a esta disciplina.

Así lo define la Real Federación Española de Caza, pese a que, en su caso, organiza todos los años el Campeonato de España con jabalíes adiestrados, que es cómo se suele realizar esta prueba en la mayor parte del país. No obstante, la escasez de estos animales en algunas zonas de la vertiente cantábrica hizo que los cazadores de esas provincias sacaran adelante competiciones con animales salvajes, ya que, para ellos, era esencial que los perros supiesen emplazar jabalíes para que las batidas se saldaran con éxito. Por ello, no es raro que cazadores de Galicia, Asturias o Cantabria lideren en casi todas las ediciones las clasificaciones de los torneos nacionales.

En Navarra, tras tres años de desaparición de esta prueba del calendario de competiciones, los cazadores más aficionados a esta disciplina tienen muchas ganas de volver a demostrar la máxima conexión que poseen con sus perros y la habilidad que sus animales han ido adquiriendo con la práctica. Además de que sepan hallar el rastro del jabalí, es importante que los canes no se distraigan con los indicios de otros animales, por lo que han de estar habituados a la caza de estos ungulados.

En la Comunidad foral, una de las personas que más se ha dedicado a sacar adelante esta prueba es Eduardo Urmeneta, que ha ejercido como juez en más de media docena de campeonatos de España. El pamplonés reconoce que llevaban tiempo tratando de reanudar la celebración de esta prueba, que, aunque es diferente a la que se realiza en las competiciones nacionales, tiene bastante aceptación entre parte de los cazadores navarros. "Sabemos que van a venir también cazadores de fuera de Navarra, porque es una prueba que gusta mucho y, como lleva varios años sin organizarse, hay más ganas", expone.

El planteamiento es sencillo: a primera hora de la mañana y acompañados de varios perros de confianza, salen al terreno para marcar una decena de rastros que hayan dejado jabalíes salvajes. Una vez hecho esto, y tras el sorteo entre los participantes, los perros comienzan a disputar la competición. Cada uno de ellos dispone de un máximo de diez minutos para emplazar al animal. Los jueces (este año, acudirán a Navarra dos de Cantabria) disponen de una hoja con diferentes parámetros, en la que van marcando las puntuaciones de cada perro. Y el propósito es que los cinco mejores pasen a una final, que se realizaría después de la comida.

"Es algo que estamos valorando, pero que dependerá del número total de participantes, porque no queremos que la prueba dure todo el día. Nuestra intención es desarrollar una jornada en la que todos estemos a gusto y pasemos un gran día en compañía de nuestros perros", apunta Urmeneta. Además, llevar a cabo una final es más complejo, debido a que los rastros tienen más horas y es más difícil seguirlos. A diferencia de otros años, añade, en esta ocasión opina que les será sencillo dar con una decena de rastros, porque hay bastantes ejemplares en la zona. "Como allí no se caza de forma habitual, hay mucha cantidad de animales a los que poder seguir el rastro. El problema es que, a veces, es un terreno muy seco, lo que, aunque al perro no le afecta, a los jueces nos dificulta el trabajo", alega.

lo más parecido a la caza Haciendo hincapié en esa visión romántica que todavía perdura en Navarra de la labor del perro atraillado, que en otras regiones es muy necesaria para dar con los jabalíes, Urmeneta subraya que es lo más parecido a la caza. "Cuando un cazador quiere emplazar a un jabalí con su perro, se hace exactamente de la misma manera en la que lo hacemos nosotros durante la prueba. Con la salvedad de que nuestra función termina al dar con el rastro, ya que no se abate ningún animal", destaca.

Por esa misma razón, el ambiente entre los participantes suele ser muy bueno, ya que se trata de una competición sana, en la que no hay grandes premios y en la que los cazadores que se inscriben lo hacen para disfrutar de un día junto a su perro. "Es lo principal, el contacto total con el animal", incide Urmeneta. Para esta prueba, las inscripciones finalizarán el día 13 de abril, para los cazadores navarros, y dos días antes, para los de otras regiones. Para apuntarse, es necesario ponerse en contacto con la Federación Navarra de Caza a través del correo electrónico (administracion@fncaza.tv) o del teléfono (948207964).

Urmeneta incide en que la meta que se han propuesto es recuperar esta prueba y celebrarla regularmente. "Es una competición muy bonita y, además, no requiere de un gran esfuerzo, más allá de tramitar los permisos. Eso sí, es importante contar con ayuda de personas a las que les guste mucho este tipo de modalidad. Nosotros tenemos el apoyo de Íñigo Celayeta, de Oronoz-Mugaire, que es muy aficionado a los perros empleados en estas pruebas y que nos ayuda muchísimo", reconoce.

El futuro de la prueba dependerá del análisis posterior del número de participantes. "Igual con el máximo de 20 perros que hemos puesto nos quedamos cortos, así que podríamos valorar ampliarlo en años venideros. Lo importante es que salga todo bien y que los participantes pasen un día magnífico compartiendo su pasión con sus perros", sentencia.