Sergei (Josema Yuste) es un asesino a sueldo que se hospeda en un hotel para poder cumplir, con su rifle desde la ventana, uno de sus “encargos”. Pero su tarea se verá constantemente interrumpida por Ramón (Santiago Urrialde), el huésped de la habitación contigua. Un hombre muy, pero que muy pesado que pretende suicidarse después de que su mujer le haya abandonado. 

Con este argumento, dos actores de la talla de Yuste y Urrialde se unen al elenco formado por Maribel Lara, Vicente Renovell, Arturo Venegas y Kiko Ortega para representar, bajo la dirección de Marcelo Casas, una comedia de situación escrita por Francis Veber, uno de los dramaturgos más reconocidos en Francia y Europa.

El equipo lo completan Javier Ruiz de Alegría (escenografía), Carlos Alzueta (iluminación), Tuti Fernández (espacio sonoro), Javier Naval (fotografía y diseño gráfico), Kiko Ortega (regiduría) y José Montero y Ernesto Torregrosa (maquinistas). 

“El público se va a encontrar una comedia de situación de las de siempre”, afirmó Marcelo Casas, actor que debuta como director con El aguafiestas. “Un género muy complicado de hacer, pero que el público está deseando ver y funciona siempre: una obra divertida y amena de enredo, una comedia cómica”, añadió. 

“El aguafiestas tiene en sus personajes todo lo que muchas comedias desearían tener: generosidad, ternura, maldad, ingenuidad, surrealismo, estupidez aparente y profundidad desaparente”, afirmó Josema Yuste.

Se trata de una pieza que enfrenta un tema tan delicado como la muerte con el humor y la risa, haciendo al público partícipe de la historia. Una comedia cómica que presenta un enredo, una situación complicada con escenas inesperadas que el autor engrana con fluidez para provocar la risa y mantener el ritmo. Con una escenografía sencilla pero “elegante” que cuenta con una pared divisoria, se representan dos habitaciones contiguas de hotel en las que se desarrolla toda la trama.

El proceso de producción duró siete meses, empezando con la labor de adaptación del texto francés de Veber. “Josema ha tenido que modernizar la obra y darle un doble giro de tuerca para hacerla más fácil y hacia lo quiere el público”, explicó Casas. Después, “mirar y remirar cómo el texto está más adecuado y resulta más fluido y más orgánico para el actor, porque a veces las traducciones son difíciles”. Una labor titánica que hicieron “con una ilusión muy grande, para que la gente sienta el gusto de ver una obra tan bien encajada y estructurada”.

En la comedia “hay que tener unos tiempos, hay que estar respirando y viendo cómo respira el público”, porque se trata de una “simbiosis” entre el patio de butacas y el escenario. “Esta compenetración hace todo más fácil y más fluido en los ensayos. Y los ensayos, si no son un divertimento, son una ruina”, enfatizó el director. 

“El resultado de todo este trabajo es la risa, que el público se ría y se lo pase bien. Es lo que pretendemos”, afirmó Casas, y por ello la muerte se trata en esta obra “con una sutileza especial para no cargar al público y restarle tensión al drama y a lo macabro”.

Sin embargo, lo negro siempre tiene un punto de humor porque, como dijoCasas, “las desgracias del otro siempre nos resultan graciosas”, y por eso El aguafiestas busca el humor y la comedia en cada escena, para restarle importancia a la muerte. “Aquí el fuerte es la risa y cómo se va a sentir mejor el público”, apuntó el director. 

Para Casas fue, desde el principo, “un reto muy grande” enfrentarse a la dirección de una obra por primera vez. Pero terminó por ser muy llevadero, porque siempre ha habido “una conexión máxima” en el equipo de trabajo: “Hasta con miradas sabemos lo que nos gusta, lo que no nos gusta, cuál es el pulso que hay que llevar”. Añadió además que, “cuando hay un engranaje perfecto de comunicación, se hace todo más fácil”. 

El director relató que en el equipo todos son “muy quisquillosos” a la hora de conseguir los mejores resultados: “Afinamos mucho el lápiz, queremos que el trabajo sea muy fino”. También quiso subrayar el potencial actoral de Josema Yuste y del resto del elenco. 

 La obra, que lleva más de 60 bolos de recorrido desde su estreno y llega a Iruña con el peso de un rodaje considerable, está teniendo “una aceptación formidable y un éxito espantoso” entre el público. También entre los actores, ya que “lo más divertido del teatro y donde mejor se lo pasan es la gira”, segúnCasas. “Un actor hace teatro para viajar y hacer gira”, bromeó. Y tras este recorrido por el territorio nacional, El aguafiestas llegará al Teatro Reina Victoria de Madrid para quedarse una temporada a partir de enero.