La consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, ha presentado el programa de actividades que el Gobierno Foral ha coordinado en torno a las Jornadas europeas de patrimonio, que se celebrarán desde el 23 de septiembre hasta el 2 de octubre bajo el lema Patrimonio sostenible. Se trata de alrededor de 100 acciones en 40 localidades, que ya se pueden consultar en la web de Cultura Navarra y en la web propia de las Jornadas, desde donde, además, se podrá descargar un documento interactivo con todas las citas organizadas por localidades.

Con el mensaje de este año, el Consejo de Europa ha buscado “enlazar con la Agenda 2030 y el compromiso de transmitir el patrimonio vivo de generación en generación como una fuente de resiliencia comunitaria”. En el ámbito del patrimonio cultural, ha puesto de manifiesto que “en muchas ocasiones los bienes culturales heredados de nuestros antepasados responden a técnicas y materiales que son ejemplos de sostenibilidad”.

En este sentido, desde el servicio de Patrimonio Histórico destacan el énfasis que la Comisión Europea ha puesto en que los fondos Next Generation cumplan con el principio el DNSH (Do no significant harm / No causar un perjuicio significativo), obligando a todos los proyectos subvencionados a contemplar y respetar este principio.

El objetivo de las jornadas es, según Patrimonio Histórico, “abarcar una gran diversidad de públicos, a través de actividades dirigidas a grupos de diferentes edades e intereses, especialistas y aficionados, vecinos y turistas, familias, estudiantes, grupos de niños, y sobre todo personas con capacidades diferentes, para hacer posible la implicación de toda la ciudadanía en el disfrute del patrimonio”. “Queremos poner de relieve, una vez más, el papel de asociaciones, fundaciones y otras entidades sociales, además del de las administraciones públicas, en la gestión del patrimonio cultural”, ha añadido.

Actividades

Las actividades organizadas por el Servicio de Patrimonio se han enfocado a dos cuestiones relacionadas con los programas de difusión desarrollados a lo largo de este año. Así, se han programado la celebración del Año Internacional de Vidrio 2022, inaugurado en Bertiz el pasado 7 de septiembre, con una exposición centrada en el vidrio soplado A la manera de Venecia, en la que se pone en valor la técnica del soplado del vidrio, declarada en 2021 patrimonio cultural inmaterial, además de tratarse de material sostenible.

El otro ámbito de difusión está ligado a la exposición Guardianes de piedra. Pasado y presente de los castillos de Navarra, que puede visitarse hasta el 2 de octubre. Además, se han programado visitas guiadas a diferentes recintos defensivos con el fin de presentar los trabajos realizados en la recuperación del patrimonio arqueológico y contextualización en el entorno geográfico.

Patrimonio Histórico añade que el lema de Patrimonio Sostenible pretende “fomentar una mayor apreciación del patrimonio natural, con eventos que combinan en armonía el patrimonio construido con patrimonio natural o el patrimonio inmaterial de música y danza”. También se quiere considerar el papel del turismo responsable, alentando “alentando a los visitantes a tomar decisiones comprometidas con la reducción de desechos, el cuidado de los monumentos o la conservación de las tradiciones”.

El Convenio Marco del Consejo de Europa sobre el valor del Patrimonio Cultural para la sociedad, también conocido como Convención de Faro, propone “un nuevo paradigma de gestión del patrimonio cultural” en el que las personas y los valores humanos “ocupan un lugar central”. Destaca “el valor y el potencial del patrimonio cultural como palanca para el desarrollo sostenible y mejora de la calidad de vida de las personas”, y “defiende el derecho de todas a establecer vínculos con el patrimonio cultural de su elección, respetando los derechos y libertades de los demás.

“Celebrar el Patrimonio sostenible significa vincular a la sociedad con la conservación del patrimonio cultural y natural de su entorno”, explica el Consejo de Europa. “En este sentido es importante abrir los edificios históricos como símbolo visible de la preservación de las identidades locales, ya que permite conocer cómo lugares patrimoniales en riesgo pueden restaurarse o reutilizarse utilizando técnicas, habilidades y materiales de renovación tradicionales como parte del desarrollo urbano social y ambientalmente sostenible”.