La migración de las aves consiste en los viajes estacionales que cada año realizan muchas especies de aves, entre ellas la Paloma Torcaz, lo cual no es más que una adaptación evolutiva que tienen las aves ocasionada por los cambios estacionales y la disponibilidad de alimento. Huyendo del invierno las palomas se desplazan en otoño desde el norte de Europa, donde han pasado la primavera y el verano y han criado, hasta las dehesas del centro y sur de España y Portugal, encontrando en ellas reposo y abundante alimento con las bellotas de las encinas y alcornoques. En este viaje, un importante número de ellas cruzan por el Pirineo navarro, siendo un motivo de ilusión y esperanza para muchos cazadores y una importante fuente de ingresos para algunos Ayuntamientos.

Si bien las fechas más propicias para la caza de la paloma torcaz tradicionalmente ha sido las fechas cercanas al 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, decreciendo paulatinamente conforme se acerca el fin de mes, desde hace unos 30 años cada vez es más frecuente que el grueso de la pasa se atrase a finales de mes y principios de noviembre con golpes de pasa muy fuertes aprovechando los días de viento norte, estando constatado que cada vez se está desplazando cada vez más hacia el pirineo occidental, como ocurre en los cotos de la regata del Bidasoa, incluso utilizando el mar para entrar por Gipuzkoa, desde donde se dirigen hacia las Sierras de Burgos y la Demanda en busca de sus cuarteles de invierno en el centro y sur de la península.

En la caza de la paloma también tiene mucha importancia su aspecto social, compartir esos momentos con los amigos, en íntimo contacto con la naturaleza y disfrutar con los almuerzos y comidas que se organizan, siendo esto un elemento que incrementa el disfrute de nuestra afición.

Existen diferentes modalidades para cazar estas aves, como son los puestos de pasa o a vuelo, las chozas, o una modalidad tradicional que data del año 1378, como son las redes de Etxalar.

Puestos de pasa

Actualmente la mayor parte de la caza de paloma en Navarra se realiza desde puestos de tiro “al vuelo”, “al paso”. Estos puestos, que pueden ser de suelo o elevados, están perfecta y legalmente localizados en los POC, y en ellos se abate un número insignificante de palomas en relación con las que pasan, pues tan solo son efectivos sobre aves que vuelen a no más de 40 o 50 metros.

Chozas

Antiguamente, en Navarra había mucha tradición de caza desde chozas, con cimbel, sobre palomas que paraban y se quedaban para alimentarse y descansar. Actualmente, al cerrarse la vegetación de los montes tienen más difícil encontrar en el suelo los hayucos y bellotas para alimentarse, deteniéndose menos en nuestros bosques.

Quedan unos pocos aficionados a esta modalidad que con gran esfuerzo mantienen y cuidan sus chozas tradicionales. También crían y seleccionan a las palomas que utilizan como cimbel.

Palomeras de Etxalar

Se mantienen tradiciones seculares, como la caza con red en Etxalar, es una modalidad única que forma parte de nuestro acervo cultural, que supone un pequeño número de capturas y que debemos preservar.

Prudencia

Desde ADECANA también queremos recordar el cumplimiento de todas las normas legales que afectan a esta modalidad de caza y la aplicación de las medidas de prudencia necesarias para evitar accidentes. En las palomeras situadas en altura, todos los años ocurre alguno por caída, antes del comienzo de la temporada debemos revisar la estabilidad de las estructuras y de las escaleras o trepas y reemplazar los elementos que lo necesiten. Debemos ser muy prudentes al ascender o descender de ellas, siempre con las armas enfundadas y descargadas, utilizando para ello una cuerda, nunca llevándolas al hombro, pues se pueden enganchar y desestabilizarnos.