Una vez comenzado el mes de febrero, quedan pocas fechas para que a finales de mes y principios de marzo comience en Navarra la contrapasa de la paloma torcaz, la cual, aunque actualmente esté prohibida por una directiva de la Comunidad económica Europea, desde Adecana opinamos que nunca debía haberse negado este ancestral derecho que tenemos los cazadores navarros, más si cabe, cuando en base a la excepcionalidad que permite la normativa y a que en Navarra, tal como viene dispuesto en la Ley 2 del Fuero Nuevo, “la Costumbre es la primera fuente del derecho”, y según la 3, “la costumbre que no se oponga a la moral o al orden público, aunque sea contra Ley, prevalece sobre el derecho escrito”. Es decir, que al ser una caza tradicional y muy limitada se podría autorizar a pesar de la normativa europea.

Se trata de una modalidad tradicional de caza que se ha practicado en Navarra desde tiempos inmemoriales aprovechando la migración de las aves en su viaje de regreso a sus lugares de cría en el centro y el norte de Europa. Si bien hoy en día prohibida por la legislación europea y la desidia de nuestros políticos, en tiempos pasados se podían cazar en esta modalidad.

Los que llevamos ya unos cuantos años cazando recordamos las inolvidables jornadas en los puestos de toda la vida en lo alto de los collados del puerto de Belate, o en tantos lugares de la barranca y resto de Navarra, pasando frío y disfrutando de la maravilla que suponía la observación de la migración de todo tipo de aves en sus viajes migratorios.

En Francia se autorizó

Los cazadores navarros reiteramos nuestra indignación cuando fue prohibida en base a lo dispuesto en la Directiva Europea 79/409 de Conservación de las Especies Silvestres, la cual, al trasponerla a la Normativa Española en la Ley de Conservación de Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres nuestros políticos del extinto ICONA no quisieron aprovechar la puerta que utilizó Francia, que gracias a la implicación de sus políticos con el mundo de la caza, consiguieron que se siguiera practicando en base a la “excepcionalidad que se permitía el seguir realizándola en aquellos lugares tradicionales mediante una explotación prudente de determinadas aves en pequeñas cantidades”. La contrapasa no se ha prohibido en Navarra por razones de la conservación de las especies, ya que el número de palomas que se abatieron en la contrapasa en los últimos años en Navarra al tener unos cupos limitados era insignificante (solo unos cientos de ellas) respecto al grueso de sus poblaciones, sino por causas estrictamente políticas.

En Navarra, gracias al apoyo del por entonces Consejero de Medio Ambiente Andrés Burguete, al cual agradecemos su labor, a finales de los años 90 consiguió que se volviera a permitir. Eso sí, de forma muy descafeinada a como se practicaba anteriormente, al permitir únicamente el cazar un número limitado de palomas torcaces y prohibiendo el resto de las especies que antes se cazaban.

Capturas insignificantes

De los 1.800 puestos que antiguamente existían en Navarra, se permitió cazar en 500, desde mediados del mes de febrero a la tercera semana del mes de marzo, con un máximo de dos cazadores por puesto, estableciéndose un cupo de 4 palomas por cazador y día, no pudiendo superar el número de capturas anuales los 3.000 ejemplares, teniendo que informar semanalmente a Medio Ambiente de las capturas para cortar si se superaran algo que no ocurrió ningún año que fue permitida. De hecho en el año 1999 se capturaron 752 ejemplares, en el 2.000 1.086, y en el 2.001 1.560 ejemplares. Adecana no puede entender que daño puede hacer cazar cada año entre 2.000 y 3.000 palomas, cuando en Europa se estima que hay entre 30 y 40 millones de ejemplares, pudiendo cruzar el Pirineo en estas fechas 6 u 8 millones. Es decir una máxima extracción de un 0,07 % de sus efectivos.

Para el que piense que la contrapasa pueda ser una caza abusiva, hemos de decir que en su mes clave, en marzo, días con probabilidades de cazar el cupo hay muy pocos, ya que tenía que coincidir que saldría un día despejado y con viento norte tras varias jornadas de temporal que paralizasen la migración en el prepirineo. En esta época del año la mayor parte de los días por el mal tiempo no se puede ir a cazar, y aunque un día propicio pasan miles de palomas por los collados, el límite era de 4 palomas por cazador y día, por lo que la mayoría de los días se volvía a casa de vacío.

Caza social

De la contrapasa destacamos su carácter eminentemente social y nada amable que solo practican los verdaderos aficionados dispuestos a soportar el frío, la lluvia y la nieve que suele haber en esta época del año en los collados querenciosos donde están instalados los puestos, más si cabe porque los días más idóneos son aquellos en los que despeja después de los temporales con un fuerte viento norte que silbando a nuestras espaldas obliga a los bandos de palomas a faldear las laderas de las montañas consiguiendo que algunas pasen a tiro de los puestos. En cambio, si existe viento sur y bonanza de las temperaturas, lo único que haremos será disfrutar del paso de los bandos a distancias inverosímiles al alcance de nuestras escopetas.

Desde Adecana, que siempre hemos defendido una caza natural y respetuosa con la conservación de las especies, la contrapasa es una de ellas, por lo que seguiremos luchando para que esta modalidad de caza tan tradicional en Navarra se vuelva a permitir, pero para ello necesitaremos el apoyo de nuestros políticos y de la Comunidad Económica Europea. No estaría mal que ahora que estamos en periodo preelectoral algun grupo político lo propondría en su programa. Se llevaría el aplauso del colectivo de cazadores.