Secaderos, una historia rural donde se mezclan los problemas agrarios (la crisis del cultivo del tabaco y como afecta a las familias) con el mundo de una niña que va de veraneo al pueblo de su madre y sus abuelos, fue la protagonista ayer en el Festival de Cine Ópera Prima de Tudela. Su directora, Rocío Mesa se crió en un pueblo de Granada por lo que su primer largometraje de ficción destila también cierto aire autobiográfico, no por los hechos, sino por los recuerdos que ella misma inserta en la historia. “La idea surge porque los secaderos forman parte de mi imaginario desde que soy muy pequeña y aunque ahora se cultiven otras cosas y el tabaco queda de forma residual, en un momento dado fue un monocultivo y, por ende, una forma de vida que implica una cultura para toda esa gente que se dedicaba a la agricultura”.
Mesa, que reside en la actualidad en Los Ángeles y ha realizado ya un documental sobre el mundo cultural en Nueva York Oresanz, trata de rendir cierto homenaje a su tierra con una historia en lo que se mezcla cierto realismo mágico con el drama real de una familia que vive de la agricultura en los ojos de una adolescente con ganas de salir de su pueblo aunque solo sea para ver la nieve que ve en los montes desde su casa. “La película se ha hecho desde un lugar de homenaje a nuestra tierra y a mí me hacía ilusión tener el acento granadino en la gran pantalla y transmitir una historia cercana a nuestra idiosincrasia que raras veces o ninguna se ha visto en una producción grande a nivel de ficción”.
La desaparición del cultivo del tabaco, a diferencia de otros, deja un rastro arquitectónico, los secaderos, “que son como fantasmas que vemos en el paisaje. Cuando era pequeña se me antojaban como guaridas de criaturas mágicas porque tienen esa pinta de cabaña gigante que invita mucho a la imaginación de los niños y de ahí surge la semilla del realismo mágico”.
En el mundo creado por la granadina está la criatura mágica, hecha de hojas de tabaco, que cuida de la tierra de la vega e interactúa con los personajes, y por otro, el resto de capas. Una de ella es la historia generacional de distintas mujeres, otra el comparar la infancia con la adolescencia y otra “es una reflexión acerca de qué es lo que está amenazando nuestros campos hoy en día y en el caso de la vega es claramente la expansión inmobiliaria con la construcción de casas unifamiliares. Al final, todas se entrelazan formando una especie de tapiz en el que todo encaja”.
El cine Moncayo de Tudela acogerá este martes la proyección de la película Matria, dirigida por Álvaro Gago Díaz y llegará así al ecuador del festival Ópera Prima de la capital ribera.