Navarra es el escenario principal del rodaje del documental Todos lo sabían, la película de la directora estellesa Iratxe Pérez Barandalla que aborda los abusos a menores denunciados en el ámbito de la Iglesia católica en España. El proyecto cuenta con las ayudas Generazinema Desarrollo 2021/22 y Generazinema Producción 2023/25 y tiene previsto su estreno a mediados del 2024.
Desde que en febrero del 2019 los medios de comunicación se hicieran eco de la primera denuncia pública de abusos sufridos en un colegio religioso en Navarra, son ya 87 los casos registrados en la Comunidad Foral convirtiéndose en la segunda provincia donde más casos se han denunciado por detrás de Madrid.
El primer relato fue el de José Luis Pérez, que, según relatan, “sufrió abusos junto a uno de sus hermanos, cuando fue alumno interno en el centro escolar Padres Reparadores de Puente la Reina-Gares”. José Luis es uno de los protagonistas junto a otros navarros como Jesús Zudaire, Javier Solano o Juan Arbizu, víctimas de abusos en el Colegio del Puy de Estella-Lizarra. Fueron ellos los que se pusieron en contacto hace tres años con la directora de cine navarra, con la idea de contar sus casos en un documental. El proyecto se inició con la recogida de testimonios en Pamplona, Estella y Vitoria y ha trasladado al equipo de rodaje hasta localizaciones navarras como Noain, Huarte, Beriain, Gazolaz, Tiebas, Améscoa y Villatuerta, para la grabación de recursos. Cuenta con la colaboración de DIARIO DE NOTICIAS, por ser uno de los medios principales en sacar a la luz los casos de abusos denunciados en Navarra,.
El documental aborda los recuerdos de los abusos sufridos siendo niños, acompañados por animaciones en blanco y negro y el archivo fotográfico personal de los participantes, además relata el trabajo de activismo que están llevando a cabo desde las asociaciones de víctimas, en la lucha por la búsqueda de verdad, justicia y reparación. Esta actividad ha llevado al equipo de rodaje a grabar en el Parlamento de Navarra, el Congreso de los Diputados en Madrid o el Parlamento Europeo en Bruselas. Otras de las localizaciones son la Sede del Consejo General de la Psicología, el Espacio O_Lumen (antigua iglesia de Santo Domingo El Real) convertido en espacio artístico-cultural o el Museo de Arte Sacro y la Catedral de Bilbao.
En palabras de la directora “el objetivo principal del documental es dar voz a personas que han permanecido, en su mayoría, cincuenta años en silencio y se han atrevido a contar, ya de mayores, los abusos sufridos durante la infancia. A pesar de los años, no sólo esas heridas permanecen abiertas, sino que el silencio y la ocultación en muchos casos ha provocado un dolor aún mayor”. La directora considera que en estos tres años de trabajo “nos hemos dado cuenta del enorme tabú que supone todavía este tema en la sociedad, parece que preferimos mirar para otro lado en vez de mirarlo de frente y abordarlo, que es precisamente lo que necesitan las víctimas: ser escuchadas y acompañadas”.
Numerosos testimonios
Además del relato de una veintena de víctimas de diferentes puntos del país como Navarra, Álava, Vizcaya, Salamanca, Valladolid, Valencia o Barcelona y otros países como Portugal, Alemania o Italia, en el documental participan periodistas, entre ellos Enrique Conde, de DIARIO DE NOTICIAS, psicólogos y psiquiatras, juristas y abogados, miembros de la Iglesia, diputados, parlamentarios y miembros de la comisión de reconocimiento de víctimas del Gobierno de Navarra y de la comisión de investigación del Defensor del Pueblo.
Para Pérez Barandalla “es importante relatar los sucesos para no blanquear los abusos, pero el documental se centra sobre todo en el después, en las consecuencias que genera en las personas el haber pasado por episodios así durante la infancia. Muchos necesitan años e incluso décadas de tratamiento psicológico y psiquiátrico o dependen de fármacos de por vida”.
Otro de los puntos que toca el documental es “la odisea que tienen que pasar muchos de ellos una vez que denuncian, así como lo injusto que resulta que la mayoría de los casos ya hayan prescrito”. Sobre la postura que mantiene la Iglesia respecto a los casos que se han ido denunciando, en palabras de la directora “las víctimas opinan mayormente que se están dando pasos, sobre todo por parte de algunas diócesis, aunque siguen siendo minoría. La respuesta por parte de los colegios y las órdenes religiosas tampoco está siendo igual en todos los casos: algunas se muestran colaborativas mientras que otras siguen haciendo caso omiso a las peticiones de colaboración. Esta negación a colaborar e incluso omisión de los hechos, genera una revictimización que es muy dolorosa”, concluye la directora.