Veinticinco años encima de los escenarios, una discografía intachable, miles de seguidores acérrimos y el respeto de todos los que le conocen. Ese podría ser el balance de lo que ha dado de sí, hasta el día de hoy, la fructífera carrera de Quique González.

Veinticinco años de carrera. ¿Qué siente cuando mira hacia atrás?

Sobre todo, agradecimiento. Agradecimiento por todas las cosas que han pasado y por lo que hay hoy en día, en esta celebración, después de veinticinco años: gente muy fiel, siento respeto y cariño. Recibir eso después de haber hecho las cosas a mi manera y saliéndome un poco de lo habitual, quedándome al margen en muchos sentidos, me hace sentir agradecido. He visto a muchos compañeros con mucho talento y mucha tenacidad, y creo que merecen la suerte que he tenido yo. Soy consciente de que esto tiene mucho que ver con la suerte, así que me siento agradecido.

Con su primer disco, la discográfica le auguró que iba a vender trescientas mil copias. No fue así y lo echaron. Imagino que en su momento le habría dolido, pero, visto ahora, igual resultó mejor haber podido ir poco a poco y edificar una carrera sólida.

Sí, lo llevo pensando mucho tiempo. Menos mal que no ocurrió lo que ellos pensaban. El hecho de fracasar con tu primer disco, de no cumplir las expectativas que la gente que apostaba por ello, hace que te reafirmes en lo que haces, es una necesidad. Tienes dos opciones: tirarte en marcha del tren o seguir luchando por lo que crees y por la vida que quieres, por lo que te gusta. Así me di cuenta de muchas cuentas, aprendí mucho.

Empezar desde abajo es importante. Recuerdo conciertos con poquita gente en Artsaia o en Villava, incluso uno en la calle, en la plaza de San Nicolás. ¿Aprendió mucho en aquellas giras en las que viajaba con lo justo?

Sí, sin duda. Lo normal es que saques un disco y no pase nada, lo extraordinario es tener un éxito grande, ya no te digo con el primer disco, sino con cualquier disco. Si lo tienes, puedes pensar que tienes el secreto, que sabes hacer las cosas y que has triunfado por lo que sabes, pero realmente no sabes absolutamente nada. Este es un oficio en el que vas aprendiendo según lo practicas; como todos los oficios, supongo. Conforme más naturales son las cosas y más lento es el proceso, más capacidad tienes para adquirir mejores herramientas, para no creerte las cosas y para seguir interesado por la música y por el camino.

Algo que dio mucho que hablar en aquellos años fue su manifiesto Peleando a la contra, en el que se desvinculaba de las discográficas y tomaba el camino de la autogestión, que hoy es habitual, pero entonces era todo un atrevimiento. Fue entonces cuando empezó a irle bien, pero podía haberse estrellado.

Sí. Es paradójico, porque mucha gente de mi entorno pensaba que era un suicidio total: comercial, artístico, creativo, personal… Como era algo que no se hacía en ese momento, llamó la atención y hubo gente que se empezó a interesar por mí. Lo hice por intuición, por inconsciencia y porque creía mucho en lo que hacía. Ahí ya empezaba a tener gente que venía a verme, fueran cincuenta, cien o quince, pero eso me hizo creer más en lo que hacía.

En su primera época, siempre se le asociaba a nombres como Enrique Urquijo, Carlos Raya, Antonio Vega… ¿Cuándo sintió que empezaba a tener entidad propia como artista?

No sé si hay un momento concreto. Creo que lo normal cuando uno empieza es que se le asocie a los referentes que tiene, a sus compañeros de viaje, la persona que le produce el disco, los artistas con los que colabora… Después de un tiempo, uno va tomando su propio camino y va encontrando su propia voz, ya no te asocian tanto con tus referentes, pero para mí estas personas, Carlos Raya, Enrique Urquijo y demás, siguen siendo importantísimos, como faros en mi carrera. 

“Si logras un gran éxito con un primer disco, puedes pensar que tienes el secreto, pero realmente no sabes absolutamente nada”

¿Y hubo un momento concreto en el que vio que las cosas ya empezaban a ir mejor y que se consolidaba su carrera?

Creo que con la gira de Avería y redención. Ahí las cosas empezaron a ir relativamente bien y a venir mucha gente a los conciertos. Fue una gira muy potente, fue cuando entré a trabajar con Last Tour, lo que luego fue parte de Cultura Rock. Ahí pensé que la cosa estaba más asentada y sentí más seguridad de la que había tenido. También te diría lo que hablábamos antes del manifiesto de Peleando a la contra; ahí empezaba a venir la gente a los conciertos y me dio confianza. Creo que esos fueron dos momentos importantes.

Durante muchos años alternó discos acústicos con otros más eléctricos, pero en los últimos ha predominado su lado más tranquilo. ¿Cree que ha encontrado su estilo definitivo, o ve posible volver a grabar un disco más eléctrico y rabioso?

No lo descarto, pero igual tiene que ver con la edad, con la música que escucho en casa, con los artistas que me emocionan… Es cierto que me gusta más lo acústico que una música más urgente, más inmediata o juvenil. Pero no lo descarto, al final son las canciones las que te condicionan el paisaje sonoro y te dicen si el disco va a ser más acústico o más eléctrico. Yo naturalmente soy más así, estoy en casa y tiro más de la acústica que de enchufar la eléctrica. También influyen tus circunstancias, el sitio en el que vives, si tienes familia, la vida que llevas…

Acaba de publicar un disco con versiones de canciones en castellano, pero no ha ido a lo obvio, que hubiese sido Lapido, Enrique Urquijo y demás.

He intentando huir de las versiones más previsibles, de los referentes más obvios, y he intentado hacer versiones de canciones que me gustan mucho, independientemente del tipo de artista, del género… Las he llevado a mi terreno, pero sin pensarlo mucho, sin estrategia. Lo he hecho porque era lo que me apetecía hacer.

En los conciertos de esta gira, primero tocan un disco concreto, y luego un resumen de toda su carrera. Hay algunos discos que todavía no han aparecido, por ejemplo el primero, Personal. ¿Ya no se ve reflejado en ellos?

De momento no estamos haciendo todos los discos. Hemos repasado cinco hasta la fecha. Tengo una banda muy generosa, pero tampoco les puedo pedir que se aprendan doscientas cincuenta canciones de catorce discos para una gira. Vamos haciéndolas poco a poco. Creo que dentro de poco haremos La noche americana. Igual hacemos Personal; no sé si todas las canciones, pero podría hacer alguna. Personal es el primer disco y lo veo un poco juvenil para salir ahora a cantar ciertas letras con cincuenta años, por creérmelo, simplemente. Intento hacer las cosas en las que sigo creyendo, las que puedo seguir firmando a día de hoy.

Hablando de firmar: si al Quique González de 1998, en vez de prometerle ser un super ventas, le hubiesen ofrecido una carrera como la que ha tenido, ¿lo hubiese firmado?

Con los ojos cerrados. Sin duda. He hecho mucho más camino del que pensaba hacer, tengo mucha suerte, me considero un privilegiado por haber tocado con algunos de los mejores músicos de este país, sigo teniendo un público fiel y leal con el que considero que sigo manteniendo un diálogo… Eso me hace sentir mucho más que satisfecho. Lo hubiera firmado con los ojos cerrados.