Bulego se formó en 2020, pero su trayectoria está siendo muy intensa.

-Sí, la verdad e que han sido cuatro años muy intensos, llenos de aventuras. Aunque somos un grupo con una trayectoria temporalmente corta, hemos hecho un montón de cosas. Para empezar, nada más arrancar llegó la pandemia, empezamos con el pie izquierdo. Teníamos un epé de seis canciones ya preparado, lo habíamos trabajado mucho, tanto en lo musical como en lo estético, redes, vídeos… Dimos nuestro primer concierto y llegó la pandemia.

Menuda forma de empezar…

- Eso hizo que cambiásemos el chip, tomamos otra filosofía. Estábamos en casa, pero decidimos aprovechar la situación para trabajar y conectar con el público. En aquella situación, todos deseábamos ver propuestas nuevas, encontrar entretenimiento… Ahí se creó nuestra filosofía: pase lo que pase, seguimos adelante. Vamos a darlo todo, nos vamos a adaptar a lo que haya. Después de la pandemia vino una época muy bonita, dimos un montón de conciertos. Al principio con mascarillas, distancia de seguridad… Quisimos acercarnos al público. Publicamos una canción, Kantu bat, que solo se podía escuchar mediante carteles que llevaban un código QR. Fuimos por toda Euskal Herria pegando carteles. Hicimos un concierto 360 en Tabakalera…

También han tocado en lugares como Finlandia y Japón.

- Somos un grupo que canta en euskera, es algo natural para nosotros, pero queríamos salir de nuestras fronteras, ver lo que pasa con nuestras canciones más allá de nuestra zona de confort. Hemos estado en Finlandia, en Japón, en Bruselas, en París, en Lisboa… También hemos estado en Madrid, Barcelona… Está siendo muy bonito. En Euskal Herria tenemos ya un público bastante estable, pero cuando salimos fuera nos encontramos con distintas realidades, y eso es muy enriquecedor para un grupo. Tenemos que trabajar un montón. Está siendo una aventura muy interesante.

Acaban de publicar su segundo disco, 'Aldatu aurretik', un álbum conceptual sobre el cambio. ¿Se refiere a cambios interiores, o va más por el lado social?

- Este disco lo compuse hace un año y medio. Fui padre por entonces, y en la fase del embarazo y de todo ese cambio vital tan importante, tenía dentro muchos sentimientos: miedos, inseguridades, vértigos, también ilusión, confianza… Como creador, me pareció interesante dar salida a todos esos sentimientos. Al final, todas esas canciones se convirtieron en Aldatu aurretik, un disco que habla del cambio. La fuente de inspiración ha sido mi paternidad y todo lo que me ha hecho sentir, ese darte cuenta de que te haces mayor, de que todo va a cambiar y nada va a ser igual. La idea del disco es dar fuerza a cualquier persona que esté afrontando un cambio en su vida, que puede ser cualquiera, porque todos cambiamos de trabajo, de amigos, de sitio para vivir, de pareja… Queríamos inspirarnos en vivencias personales para dar fuerza a otras personas que pudieran verse reflejadas.

El primer single fue 'Zure begi horiek' y creo que tiene una historia bonita detrás.

- El otro día veníamos de Barcelona hablando de cuál era la canción que nos gustaba más de todas las nuestras, y yo me quedaría con esta. Muchas veces, cuando escribes piensas que tienes el control, pero no es así. Empecé a componer pensando en el disco, a buscar ideas, pero me atasqué, fue una época difícil. Había escuchado a muchos artistas hablar de bloqueos creativos, pero nunca lo había experimentado. Influyó el hecho de que nuestro anterior disco había funcionado muy bien, había llegado a mucho público, y eso me pesaba. Quería hacer algo que volviese a funcionar. Era el momento en el que decidimos que queríamos dedicarnos exclusivamente a la música… Y me bloqueé. Además, el bloqueo musical me afectó personalmente, porque estaba rayado, triste… Lo pasé mal, hasta que un día me puse a jugar con mi hija en el piano. Ella tendría nueve meses o así, y nos pusimos a aporrear el piano. Cruzamos una mirada y sentí algo dentro, una sensación buenísima. Los acordes que estaba tocando se convirtieron en Zure begi horiek, que fue el adelanto del disco.

Es un buen single para un disco que trata sobre el cambio, porque, precisamente, ofrece un cambio de sonido en el grupo.

- Es una canción que no esperas de un disco de Bulego. Somos conocidos como un grupo marchoso, para estar de fiesta, y Zure begi horiek es más balada, más tranquila, más acústica… En nuestro equipo nos hizo vibrar a todos, y decidimos sacarla como single porque nos ha enseñado que tenemos que dejar de lado el querer gustar, el buscar cosas que funcionen, y empezar por construir las canciones desde dentro. Las canciones que te hacen vibrar cuando las compones, son las que realmente son buenas canciones. No era lo que la gente esperaba de nosotros, pero ha conectado con un montón de público. Es un bonito comienzo para el disco.

No es la única canción que apunta en otras direcciones, musicalmente hablando.

- En el disco hemos hecho lo que hicimos con la canción: dejarnos llevar. Es un disco variado, muy ecléctico. El pop puede ser la espina dorsal, pero también hay canciones más marchosas, baladas, otros más reivindicativas, como Ardi beltzak, que cantamos con Aiora de Zea Mays… No buscábamos algo que fuese a funcionar, sino que nos hemos dejado llevar por nuestros instintos y hemos llegado a terrenos nuevos.

Otra canción que tiene una historia curiosa es Ez nintzen ni izango (Esa no sería yo).

- Esa canción la escribí con Ede, una artista madrileña. La hicimos para un programa de Gaztea Irratia, nos juntamos los dos en un caserío para crear una canción desde cero. Nunca habíamos hecho nada similar, habíamos hecho colaboraciones, pero no a la hora de escribir. Aquí la hemos creado conjuntamente. Hemos explorado terrenos distintos y los resultados también han sido diferentes a lo que se podía esperar.

La reacción del público a estos cambios parece que ha sido muy buena: llenaron el Kursaal en el primer concierto de la gira y llegan a Zentral con las entradas agotadas.

- Estamos flipando. Somos un grupo todavía joven y esperábamos seguir creciendo con este disco, pero no esperábamos un salto tan grande. Es la cuarta vez que vamos a Iruña y a Gasteiz. Nunca hemos estado tan cerca de llenar dos salas como Zentral y Jimmy Jazz. Empezamos la gira en Kursaal, fue una fecha especial porque son mil ochocientas butacas, hemos visto a un montón de grupos nacionales e internacionales allí, y llenarla… Buff… Nos daba vértigo, nos parecía un sitio muy grande, pero decidimos apostar. La recepción fue increíble, se agotó todo en dos semanas. Llegamos a pensar que había algún error, no nos podíamos creer que se estuviesen vendiendo tan rápido. Lo estamos disfrutando a muerte. Hemos hecho la presentación en Kursaal, hemos estado en Barakaldo, este fin de semana vamos a Iruña y a Gasteiz, que hemos estado muchas veces como público, y ahora estar encima del escenario y con las salas llenas… es increíble.

Decíamos antes que la paternidad ha sido el motor creativo de este disco. ¿Cómo cree que lo podrá compaginar con la vida en la carretera, los viajes al extranjero y demás?

- Es un reto enorme, pero con ilusión y con ganas, todo es posible. En los inicios de Bulego, compatibilizábamos nuestros trabajos con la música. Ahora estamos dedicados solo a la música y eso nos da margen. Está siendo una época muy bonita, estoy disfrutando mucho de la paternidad: estoy en casa, hago conciertos, salgo fuera… De momento puedo compaginarlo. Ese también es uno de los objetivos que tenemos. El oficio de la música siempre ha sido un poco de farándula, muy relacionado con el ocio y la vida nocturna, y nosotros queremos hacer de esto un oficio digno, que pueda ser compatible con una vida social de familia y amigos, una vida sana de tener un concierto y descansar al día siguiente. De momento estamos consiguiendo hacerlo, pero tendríamos que hablar dentro de diez años para ver si lo hemos conseguido (risas).