Antes había que imaginárselas, ahora se pueden ver. A través de textos especializados y de detalladas ilustraciones, el libro Palacio de los Reyes de Navarra. Exotismo y vanguardia en la corte de Carlos III relata el “esplendor” del castillo de Olite y su entorno en aquella época “como nunca antes se ha contado”. El volumen, editado por Mintzoa con apoyo del Gobierno foral, se presentará esta tarde, a las 19.30 horas, en Nuevo Casino de Pamplona. Asistirán a la cita su editor, Aritz Otazu; la impulsora y coordinadora del proyecto, Katrin Setuain Chorraut; la ilustradora, Beatriz Menéndez Aldabe (Voilà Ilustración) y los autores de los textos especializados que profundizan hasta el detalle en distintos aspectos del conjunto.

Dirigidos por Aitor Iriarte Cortázar, arquitecto especialista en el monumento, escriben: Joaquín García Purroy, historiador y paisajista; Mikel Ramos Aguirre, historiador especialista en Arqueología, Heráldica y Emblemática medievales o en armamento medieval navarro. También Mikel Zuza Viniegra, escritor e historiador especialista en arte e historia medieval de Navarra; Fernando Serrano Larráyoz, profesor titular de Historia de la Ciencia (Universidad de Alcalá), que defendió en 2001 su tesis doctoral La mesa del rey: cocina y régimen alimentario en la corte de Carlos III el Noble de Navarra (1411-1425), y María Narbona Cárceles, profesora titular en Ciencias y Técnicas Historiográficas (Universidad de Zaragoza), cuya tesis en 2004 en la Universidad de Navarra versó sobre la corte de Carlos III el Noble y Leonor de Trastámara.

Con la intención de ser fiel a los hechos históricos, el libro tiene, asimismo, un firme propósito divulgativo. De ahí que ofrezca dos niveles de lectura: uno más genérico y descriptivo en los textos y otro más detallado y profundo en las explicaciones de las ilustraciones, que Beatriz Menéndez Aldabe ha realizado con asesoramiento de los historiadores.

“Es una maravilla de equipo, he aprendido muchísimo de ellos”, apunta Menéndez, que iba creando los dibujos en paralelo a los textos. “Yo había visitado el Palacio de Olite como una turista más, y me lo había imaginado de un modo que nada tiene que ver con la realidad; ahora lo sé, y agradezco que pensaran en mí para este proyecto”, añade. En cada ilustración ha empeñado “muchas horas”, pero está satisfecha con el resultado final, que "me ha permitido salirme de su registro habitual", y con el detallismo logrado, “gracias a la guía constante” de los especialistas, que le hicieron indicaciones y le aportaron documentación de apoyo. Desde una copa, las viandas, la decoración y los ropajes propios de un banquete real, hasta los escudos, las gualtrapas, los escudos o las tabernas medievales de unas justas, la artista ha reflejado con minuciosidad cada elemento, destacando el color de las colgaduras, los azulejos, las flores... “Al principio se cortó y presentó colores neutros, seguramente por la idea que se suele tener de la Edad Media como una época oscura, pero la animamos a poner color y con el trabajo final podemos ver el conjunto como realmente era”, indica Katrin Setuain, que durante años se encargó de las visitas desde Guiarte

Justas medievales en Olite. Beatriz Menéndez Aldabe

Jardines

El libro surgió hace años en su cabeza, pero por el camino han sucedido muchas cosas. Entre ellas, la pérdida del contrato de las visitas por parte de su empresa. Sin embargo, “nunca me he ido, los valores del patrimonio siempre trascienden y me siento muy enraizada en el Palacio”. Así, gracias a “un empeño personal muy fuerte” y al fichaje y coordinación de todas/os las/os participantes, “que son la élite del conocimiento” en torno a la temática, esta historia “que merecía ser divulgada” ha visto la luz en un formato dirigido a todos los públicos. También por la acción de Aritz Otazu, “cuya entrada en el proyecto fue fundamental y muy interesante por las redes de distribución que tiene con Mintzoa”.

En concreto, todo surgió en 2019, antes de la pandemia, cuando Guiarte organizó dentro de las Jornadas Europeas de Patrimonio unas charlas en torno a los jardines palatinos de Olite. “Palacio y jardines –interiores y exteriores– eran un espacio indivisible”, subraya Setuain. En aquel momento, Aitor Iriarte y Joaquín García “coincidieron en lo importante que sería recuperar esos jardines”, para lo que, según la coordinadora, “habría que otorgar una figura de protección” a los terrenos donde se ubicaban. “Todavía hay tiempo porque no se ha construido nada”, insiste la experta, que, al igual que todas/os las/os participantes en este proyecto editorial, quería “poner el foco” en este conjunto que “estaba a la altura de las cortes europeas de la época”, cuyos salones eran “refinados”, donde se practicaban la astrología y la medicina, se celebraran torneos y había animales exóticos.

Como escribió el viajero alemán Sebastián Ilsung, viajero alemán dijo cuando visitó Olite en 1466 y recuerda Otazu: "Seguro estoy que no hay rey que tenga palacio ni castillo mas hermoso, de tantas habitaciones doradas. Vilo yo entonces bien; no se podría decir ni aun se podría siquiera imaginar cuan magnifico y suntuoso es dicho palacio".

Portada del Libro.

Portada del Libro. Cedida