Cuando mira la ciudad, Carlos Cánovas suele hacerlo “por la parte trasera, por las afueras”. Y algo parecido ha hecho al revisitar la arquitectura de Rafael Moneo. “He mirado esos escenarios desde el lado a veces menos glamuroso”, cuenta el fotógrafo navarro sobre el proyecto que, bajo el título Motivo y Pretexto. En torno a Rafael Moneo, exhibe hasta el próximo 20 de julio en la Galería Moisés Pérez de Albéniz de Madrid.
Una exposición que se enmarca en el programa de la presente edición del festival PHotoEspaña y que acerca al público la “búsqueda de una poética inacabada” que tiene su origen en el año 2012. Entonces, con motivo del 75 cumpleaños de Rafael Moneo, la Fundación María Forcada de Tudela encargó a Cánovas un proyecto fotográfico como obsequio para el arquitecto tudelano.
“Se me pidió recorrer sus trabajos arquitectónicos en España para después llevar al papel solamente una de las fotografías que yo pudiera realizar en cada emplazamiento”, explica Cánovas.
En conjunto fueron una veintena de imágenes que, con el título Entre luces, se expusieron aquel año en la citada Fundación. “Me daba pena que, teniendo una cantidad de material tan importante, el proyecto se quedase ahí; merecía la pena seguir, y me propuse continuar. Me hice un auto-encargo. El motivo se convirtió en pretexto”, apunta el fotógrafo navarro, que en estos años ha ido visitando edificios y obras de Moneo que le quedaban por fotografiar, ha vuelto a otros tantos, y de esa persistencia son fruto las imágenes de esta exposición.
Una búsqueda que nunca termina
Un total de 280 de 23 edificios de Rafael Moneo que se acercan al público en una disposición expositiva “especial”, que alude a la importancia del proceso.
“Porque el fotógrafo no es un tipo que va a un sitio, hace una foto y ya está, ya la tiene y se va. Parte de una idea previa, luego tiene un desarrollo técnico, un complejo proceso de selección y edición, y eso se ha querido contar en la exposición. Cada hilera de fotos –con entre 10 y 12 imágenes en pequeño formato– es de un proyecto arquitectónico de Rafael Moneo, y de ahí hemos seleccionado y significado una imagen en mayor tamaño que ejemplifica ese proceso de selección”, explica el autor sobre estas fotografías que están “adheridas a la pared sin marco ni protección de ningún tipo, porque queríamos mostrar la manera en que los fotógrafos trabajamos, ese momento en que tendemos todas las imágenes en el suelo o en la mesa”.
“Me interesa cómo la vida va cambiando estos escenarios, los he mirado desde el lado menos glamuroso”
Cánovas aclara que no ha hecho un trabajo de arquitectura. “Yo no soy fotógrafo de arquitectura. He utilizado la arquitectura para intentar llegar a una suerte de poética personal en esos escenarios”, dice. “Lo que hago es deambular, vagar, esto es fruto de una digresión, de una dispersión por esos escenarios para encontrar en ellos ese punto de poética personal”.
Hay confluencias entre la labor del fotógrafo y la del arquitecto. “Mi fotografía tiene una base geométrica importante. Además, mi manera de mirar la ciudad suele ser por la parte trasera, por las afueras, y algo parecido hago en esos escenarios arquitectónicos, los miro desde el lado a veces menos glamuroso. También encuentro un punto de confluencia en el tratamiento de la naturaleza, en el papel que juegan las plantas ahí, porque esas arquitecturas fueron nuevas una vez, pero ahora ya no lo son, ahora ahí ya hay vida, y esa vida se manifiesta de muchas maneras”, cuenta Cánovas, sin olvidar la importancia de “la luz, la manera en que incide en cada escenario; por eso es importante volver, por la mañana, por la tarde, en invierno, en verano... Es una búsqueda que nunca termina. Un trabajo siempre inacabado”, dice.
Lugares
De entre los edificios que ha retratado, siente especial predilección por el Kursaal, que le “encanta” y visita a menudo, y por “otro edificio mucho más pequeño que también está en San Sebastián, la Iglesia de Iesu, un escenario precioso”, dice el fotógrafo, que ha “disfrutado mucho en el Museo del TeatroRomano de Cartagena, una obra quizá menos conocida que el Museo de Arte Romano de Mérida donde también me lo pasé muy bien... Cada lugar tiene su punto de disfrute”, afirma.
Le faltan por fotografiar obras de Moneo como el aeropuerto de Sevilla, el Ayuntamiento de Murcia, y por supuesto la obra tan importante que tiene fuera de España: el Museo de Estocolmo, la catedral de Los Ángeles... “Eso todavía no se ha puesto a tiro. Claro que quisiera ir, pero como esto es un auto-encargo y una auto-financiación, no es tan fácil”, reconoce Cánovas.
El fotógrafo navarro tuvo la oportunidad de recorrer la exposición en la Galería Moisés Pérez de Albéniz en compañía de Rafael Moneo. “Le gustó, le sorprendió quizá un poco porque no es una fotografía tan arquitectónica, y cogió muy bien el concepto, él es un hombre muy agudo, está muy acostumbrado a mirar y a sacar conclusiones de su mirada, y enseguida se dio cuenta de que en realidad lo que yo estoy haciendo es fotografiar esa vida de los edificios. No es el momento brillante de la inauguración, no es esa fotografía de arquitectura igual a producto, sino que son escenarios en los que pasan cosas, en los que las paredes a veces reflejan el paso del tiempo o en las que se cuelgan objetos... la vida va cambiando esa apariencia fría de la fotografía de arquitectura igual a producto”, concluye Cánovas.
LA EXPOSICION
- Título: Motivo y Pretexto. En torno a Rafael Moneo.
- Autor: Carlos Cánovas.
- Lugar: Galería Moisés Pérez de Albéniz (calle Doctor Fourquet, 20, Madrid).
- Fechas y horario: Hasta el 20 de julio, de martes a viernes de 10.30 a 19.00 horas, y los sábados de 11.00 a 14.30 horas.
- Obra: Se muestran fotografías de Carlos Cánovas de 23 obras arquitectónicas proyectadas por Rafael Moneo, entre ellas varias ubicadas en Navarra: Archivo Real y General de Navarra, Plaza de Toros de Pamplona, Colegio Público Elvira-España (Tudela), Museo de la Universidad de Navarra, Real Casa de Misericordia de Tudela y Bodegas Chivite (Arínzano).