Las Sexpeares llevan más de diez años funcionando, pero creo que los inicios no fueron nada habituales: tienen raíces vasco argentinas, vivían en ciudades diferentes…
Empezamos cuando éramos unas niñas, con 18 años. Lo de las raíces argentinas es, básicamente, porque yo nací en Argentina. Las raíces vascas vienen porque María, la batería, es de Barakaldo. Yo vivía en Madrid, nos juntamos por un foro de internet, quedamos… María se venía todas las semanas a Madrid, donde vivíamos la bajista de entonces y yo. No sé cuánto dinero se dejó María en Alsa, la pobre… (risas).
Tienen formación musical de trío, pero actualmente el grupo lo forman dos personas, que son las que están desde el principio, ¿no?
Sí, ahora estamos María y yo. Nos ayudan colegas, cuando un bajista no puede, viene otro. Antes intentábamos ser un trío, decidirlo todo entre las tres, pero al final vimos que María y yo estábamos siempre, la tercera persona cambiaba, y decidimos que el grupo seríamos las dos, y la tercera persona, la del bajo, se limitaría exclusivamente a tocar.
Ahora ya viven las dos en la misma ciudad, por lo que el funcionamiento es mucho más ágil.
Sí, yo subí al País Vasco, me cogieron para un curso aquí y luego me quedé a trabajar. Soy ya casi de Barakaldo. Ahora la logística del grupo es más sencilla.
Por acabar con los inicios: el nombre del grupo, Las Sexpeares, ¿sería la transcripción punki del Shakespeare?
Tenemos dos versiones de lo del nombre. ¿Cuál quieres, la verdadera o la no verdadera?
La leyenda, siempre.
(Risas). Vale. Pues es una versión entre Britney Spears mal escrito y los Sex Pistols. Como éramos un poco pop, pero dentro del punk, decimos que el nombre viene de ahí.
“Somos muy exigentes y siempre descartamos un montón de canciones. Al final, nos gustan mucho cinco o seis y preferimos sacar solo esas”
Ahora que habla de su estilo, es cierto que es muy abierto: en sus canciones hay punk, pop, rock, indie…
Sí, la verdad es que nunca hemos tenido un estilo que nos defina. Hacemos de todo porque escuchamos de todo. Si nos metes en un festi de rock, quizás seremos las más pop. Si nos metes en un festi de punk, también. Si nos metes en un festi de pop, seremos las más punks. Nunca encajamos (risas).
¿Pero cuáles son las influencias que comparten? Las que les animaron a montar la banda.
Quizás por esa época, que todavía éramos muy niñas, yo escuchaba mucho punk argentino. María escuchaba más brit pop y la bajista, más indie. Era muy variado. De todo ello fue saliendo nuestro sonido.
Las letras no son especialmente reivindicativas, aunque sí muestran su manera de ver el mundo.
Sí. Creo que nuestro último disco es el más reivindicativo, pero normalmente estamos influenciadas por la manera de escribir de algunos artistas argentinos, que dan muchos rodeos y no dicen las cosas directamente; así, la persona que escucha se come un poco la cabeza. No es que sea poesía, pero sí que nos gusta darle vueltas a las cosas. Últimamente estamos escribiendo cosas más directas, queremos posicionarnos políticamente y mostrar en qué lado estamos. Somos de izquierdas, queríamos que quedase claro. Pero bueno, no dejamos de ser nosotras, se nos sigue reconociendo.
Ese posicionamiento más explícito, ¿ha sido fruto de una reflexión previa o, simplemente, ha salido así?
Ha sido a por todas las cosas que han ido saliendo, por la gente de derechas que ha empezado a envalentonarse para decir ciertas cosas… Lo hemos pensado, pero también ha salido de forma natural. Las dos cosas.
Han publicado un álbum y cuatro epés. ¿A qué se debe la querencia por este pequeño formato?
Somos muy exigentes y siempre descartamos un montón de canciones. Al final, tenemos cinco o seis que nos gustan mucho, y preferimos sacar solo esas, aunque no lleguemos al formato disco.
¿Y cómo se les ha ocurrido publicar el último, Sexpeares, solo en formato de casete?
Estábamos un poco recelosas con eso, porque queríamos hacer algo que fuese especial. En los conciertos, la gente nos dice que para qué va a comprar una cinta si no tiene dónde reproducirla. Cómprala, que es muy bonita por dentro, no pasa nada. Queríamos hacerlo. Aquí, en el underground del País Vasco, la gente suele llevar cinta. El formato cinta nos flipa, así que nos lanzamos.
El diseño ha sido obra suya.
Sí, lo diseñé yo. Si alguien me quiere contratar… (risas). El primer epé también lo diseñé yo. No me dedico profesionalmente a ello, pero me gusta hacer mis cosillas.
“Yo escuchaba mucho punk argentino; María más brit pop y la bajista, más indie. De todo ello fue saliendo nuestro sonido”
En la cara b de la casete han publicado versiones de grupos muy variados.
Son grupos variados como nuestros propios gustos. Hay de Nosoträsh, un grupo indie de los noventa. De Luna Ki, que es une chique muy maje. Está también Putochinomaricón y Bad Gyal. Hay de todo.
¿Y cómo llegan a un grupos como Nosoträsh? Porque por edad no vivieron su momento y tampoco fueron muy conocidas.
Ya… María tiene un hermano de cuarenta años al que le gusta mucho el indie más underground. Le enseñó esa canción a María y le flipó. Yo tampoco conocía al grupo, pero cuando me la pusieron me hice super fan.
Están haciendo una gira muy extensa…
Estamos tocando muchísimo, sí, creo que nunca habíamos tocado tanto. Nos ha ido muy bien, lo que pasa es que justo ha coincidido con que estoy estudiando, terminando un curso, y los fines de semana los conciertos… No es una queja, voy muy feliz, pero me está costando la vida un poco. Nos quedan dos meses a tope, pero para final de año pararemos. Eso creo, porque al final, donde nos llaman, vamos. La gente nos está tratando muy bien, nos cuidan mucho en todas partes, nos pagan lo que nos tienen que pagar… Nos respetan como músicos. Tenemos suerte. Cuando paremos de tocar, seguiremos componiendo. No podemos parar, tenemos que seguir rodando.
El sábado tocan en Ribaforada y el grupo está muy vinculado con Navarra: trabajan con El Dromedario, han grabado con Iker Piedrafita…
Sí. Es que Navarra… Siempre que vamos nos tratan de lujo. No sé si habrá curro allí, pero me dan ganas de irme a vivir (risas). Porque me gusta mucho Barakaldo, que si no… La gente es super maja, la verdad. Muy a gusto.