En noviembre de 2021, Iñaki Alforja e Iban Toledo estrenaron Bolante baten historioa (Historia de un volante), largometraje documental que explora la cicatriz que ha atravesado durante más de cuatro décadas a la familia del pamplonés José Miguel Etxeberria Álvarez, Naparra, miembro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas desaparecido desde 1980, cuando el Batallón Vasco Español reivindicó su secuestro y asesinato. Pero no indicó dónde había enterrado el cadáver. Así el daño era doble para la familia y el entorno, que, por un lado, perdían a un ser querido, y, por otro, no podían enterrarle dignamente, cerrar la herida y empezar a sanar. Tres años después, la situación sigue siendo la misma. Nada se sabe del cuerpo. A pesar de todo, Eneko Etxeberria, su hermano sigue buscando. Se ha pasado dos tercios largos de su vida esperando. Nada menos que 16.060 días, o lo que es lo mismo, 16060 egun, título del cortometraje que Alforja y Toledo han creado a partir de la nueva excavación llevada a cabo en abril de este año en Mont-de-Marsan (Nueva Aquitania). 

El corto se estrenó ayer en el festival Zinebi de Bilbao y este viernes,, 15 de noviembre, se proyectará en Golem Baiona a las 17.30 horas dentro de la última jornada de la Muestra de Cine El Mundo y los Derechos Humanos, que clausurará, a las 19.30, Indarkeriaren Oi(h)artzunak), de Amaia Merino y Ander Iriarte. “Estamos muy contentos de estrenar en Zinebi, porque, no solo califica para los Goya, sino que es un festival de larga trayectoria y muchísima calidad”, indica Iñaki Alforja. Además, el director pamplonés recuerda que fue en el foro profesional –Networking– de la cita bilbaína donde arrancó el proyecto de Bolante baten historioa, así que se muestran encantados por regresar con un trabajo que vuelve sobre esa historia.

La exhumación llevada a cabo en Nueva Aquitania, sin resultados. Sagone Films

Una historia universal

16060 egun continúa donde lo dejó el largometraje. “Quienes lo hayan visto, percibirán esa continuidad, pero quienes no también entenderán el corto; nos parece que este nuevo intento de exhumación tenía entidad propia”, indica el realizador. “A través de esos cinco días de abril que estuvimos en Mont-de-Marsan, concentramos las emociones de los 44 años de búsqueda, de espera, de ansiedad, de parece que sí, pero al final no...”, agrega.

Esos sentimientos se pueden comprender en este caso y en cualquiera, porque esta es “una historia universal” ya “desde Antígona, que buscaba el cuerpo de su hermano para enterrarlo, hasta las/os desaparecidas/os de México, Argentina o Chile”. “Existe la necesidad de tener el cuerpo, de darle sepultura y de intentar entender qué pasó, más allá incluso de la denuncia de la propia violación de los derechos humanos”, incide Alforja. Y sigue: “Cuando estuvimos en Ginebra con el grupo de trabajo sobre las desapariciones forzadas, su coordinador nos dijo que hay dos cosas claras en torno a este tema: mientras no aparezca el cadáver, el delito sigue cometiéndose, y la única víctima no solo es la persona que falta, sino también su familia”.

Desde la “cercanía”, el equipo del corto ha “acompañado” durante todo este tiempo a Eneko Etxeberria, que ha vivido 16.060 días (y sumando) de espera, atravesando todo tipo de emociones, desde la esperanza a la desilusión. Por eso, además de querer difundir este episodio “y que sea parte de nuestra memoria”, Alforja y Toledo también confían en que, quizá, viendo estas películas alguien recuerde algo o surja una nueva pista