La Mano de Irulegi y el Hombre de Loizu lucen ya de forma permanente en el Museo de Navarra, donde pueden visitarse con entrada gratuita en una renovada sala de Prehistoria (planta -1).
Los dos hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos años en Navarra y también a escala europea son ya accesibles a las visitas de la ciudadanía, "en las mejores condiciones expositivas y de seguridad", tal y como se ha resaltado este martes por la mañana en la presentación pública de la exposición y de la remodelación de la sala de Prehistoria, que se ha realizado en un acto presidido por la máxima responsable del Gobierno de Navarra, María Chivite.
A la exposición de la Mano de Irulegi y del esqueleto humano conocido como Hombre de Loizu, se suma la nueva ubicación más visible del denominado Mapa de Abauntz.
Tres bienes culturales que, en palabras de la directora del Museo de Navarra, Mercedes Jover, "se proyectan ahora, desde su exposición pública, hacia un futuro con un pensamiento crítico".
Chivite ha puesto de manifiesto la relevancia de estas tres piezas y ha animado a la ciudadanía a conocerlas y aprender de ellas “porque entender el pasado nos ayuda a comprender nuestro presente y nos proyecta al futuro”.
Tras señalar la coincidencia de que la Mano de Irulegi y el Hombre de Loizu fueran encontrados el mismo año, en 2021, ha destacado la extensa investigación a la que han sido sometidos los hallazgos, por un equipo de más de 60 personas investigadoras, para conocer más su significado. A partir de ahora, los hallazgos se exhiben al público de forma contextualizada y con las medidas de seguridad necesarias para garantizar su preservación.
Visitas guiadas y ciclo de conferencias
La nueva instalación de la sala de Prehistoria, ubicada en la planta -1 del Museo de Navarra y a la que se accede tanto por escalera como por un ascensor, está abierta al público, con entrada gratuita a partir de este martes 17 de diciembre, en el horario habitual de apertura del Museo: de 9.30 a 14.00 y de 17.00 a 19.00 horas de martes a sábado, y de 11.00 a 14.00 horas los domingos y festivos. Durante el período navideño, también cierra los lunes y el 25 de diciembre y 1 de enero.
Se podrán realizar fotografías sin flash y será necesario respetar las medidas de control de aforo que se establezcan.
El Museo ofrecerá al público durante este horario un servicio presencial de mediación en castellano y euskera para facilitar la comprensión de las piezas en exposición. A comienzos de 2025, se programará un ciclo de conferencias en torno a las piezas ahora exhibidas cuyo contenido será oportunamente anunciado.
“La singularidad de la Mano de Irulegi la convierte en una pieza de museo extraordinaria”
Los comisarios científicos han explicado la complejidad de sintetizar la gran cantidad de información que estas piezas entrañan para transmitir al público general y permitir su comprensión. Esta mediación se ha conseguido gracias a los textos fijos de sala y los dispositivos audiovisuales, estos últimos diseñados por la empresa navarra Arena Comunicación. En este sentido, es necesario mencionar que más de 60 especialistas han participado a lo largo de los últimos años en los diversos trabajos de investigación que han permitido la conservación y la difusión en el Museo de Navarra de estas dos piezas singulares.
Por su parte, el personal técnico de los Servicios de Museos y de Patrimonio Histórico han destacado la dificultad de desarrollar un proyecto de instalación de estas piezas en un espacio de exposición ya consolidado como es la sala de Prehistoria y de reducidas dimensiones, además de señalar que las vitrinas que acogen las nuevas piezas cuentan con sistemas de seguridad y de control de las condiciones ambientales que garantizan su conservación.
La Mano de Irulegi
El hallazgo de Irulegi atrae desde este martes día 17 todas las miradas de los y las visitantes en un lugar preferente dentro de la renovada sala de Prehistoria del Museo de Navarra.
Esta lámina de bronce recortada, martillada y batida en forma de dorso de mano derecha, con representación de las uñas, más o menos de tamaño natural, puede admirarse ahora en detalle.
La Mano fue encontrada en 2021, durante las excavaciones arqueológicas dirigidas por Mattin Aiestaran de la Sotilla, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, en el poblado vascón de Irulegi (Laquidáin-Lakidain, Aranguren), un enclave que estuvo habitado desde el s. XV hasta el s. I a.C. La pieza de bronce debió de estar clavada probablemente en el marco de la puerta de una de las viviendas. Su cronología corresponde al primer cuarto del siglo I a.C., en el contexto cultural de la Segunda Edad del Hierro.
Tal y como describen los expertos, la Mano presenta un orificio en la parte de la muñeca realizado por un clavo de fijación, y en ella se inscribió un texto. Después de trazarse toscamente tres líneas de pautado que no se respetaron, la inscripción se realizó en dos fases, la primera mediante incisión y la segunda mediante punteado, "procedimiento sin paralelos en la epigrafía paleohispánica". Existen pequeñas diferencias entre ambas versiones.
El sistema gráfico utilizado es una variedad autóctona del signario ibérico que se denomina signario vascónico, caracterizada por la presencia de un signo T común a algunas cecas del territorio.
Como ha destacado este martes Joaquín Gorrochategui, miembro de la Academia de la Lengua Vasca y profesor emérito del Instituto de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad del País Vasco, "el texto, sin paralelos conocidos, es de difícil interpretación. La posible relación de eŕaukon con el verbo vasco eradun ‘dar’ y la interpretación de sorioneke como forma de dedicación a una divinidad, quizá ‘buena fortuna’ por comparación con el vasco zorion, invitan a considerarlo un texto de protección o una ofrenda".
Esta es a día de hoy la teoría con más fuerza. Aunque, como apunta Gorrochategui, "nada es perfectamente claro y evidente, no son más que propuestas que tendrán que se refrendadas en un futuro solamente con la aparición de nuevos testimonios. Así que esperamos que haya nuevos hallazgos que vayan dando luz a esta inscripción".
Presentada al público en 2022, hasta ahora ha sido sometida a diversos procesos de conservación, así como a análisis y estudios científicos para procurar su mejor conocimiento y preservación. Ahora forma parte de la colección del Museo de Navarra, donde se expondrá de forma permanente, en un primer momento como pieza singular en la sala de Prehistoria, para integrarse a partir de la finalización de las obras de eficiencia energética del Museo en el discurso de introducción a la Romanización (primera planta).
El equipo responsable de los textos y otros materiales informativos que explican la pieza ha estado compuesto por los siguientes investigadores: Javier Velaza Frías, catedrático de Filología Latina de la Universidad de Barcelona; Joaquín Gorrochategui Churruca, miembro correspondiente de la Academia de la Lengua Vasca y profesor emérito del Instituto de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad del País Vasco; Mattin Aiestaran de la Sotilla, director del proyecto de excavación e investigación del poblado de Irulegi y miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi; y Jesús Sesma Sesma, Jefe de la Sección de Registro, Bienes Muebles y Arqueología de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana.
En palabras del experto en epigrafía Javier Velaza, el proceso que culmina ahora con la exposición de la Mano de Irulegi en el Museo de Navarra es "un éxito colectivo de la cultura y la sociedad navarra". "Es importantísimo transmitir a la sociedad en un lenguaje claro y comprensible lo que sabemos y lo que no, y por eso se ha trabajado de forma colaborativa, con rigor y transparencia para ofrecer la mejor presentación posible de esta pieza a la ciudadanía".
El 'Hombre de Loizu'
El Hombre de Loizu, datado hacia el 9400 a.C., es uno de los esqueletos más importantes de Europa para el estudio de los inicios del periodo Mesolítico. Tras su extracción en 2021 en la cueva de Errotalde I (Loizu, valle de Erro), es uno de los especímenes humanos más completos del mundo para el estudio de las últimas poblaciones de cazadores-recolectores.
Corresponde a un varón robusto, de unos 160 cm de estatura y 50 kg de peso, fallecido a los 21-25 años de edad por muerte violenta, como demuestra el impacto de un objeto contundente identificado en su cráneo. Su cuerpo fue introducido y depositado en el suelo de una estrecha y remota galería del interior de la cueva, a unos 200 m de la entrada, con la cabeza apoyada en una acumulación de hojas. La parte superior del cuerpo fue rociada con un colorante rojo preparado en la misma cueva con hematites traído del exterior.

En palabras de Jesús García Gazólaz, arqueólogo del Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana., "un aspecto que hace al Hombre de Loizu absolutamente actual es que él también se enfrentó a un medio natural en proceso de cambio, en plena transición climática, entre el pleistoceno y el holoceno. Él vio cómo el paisaje cambiaba, cómo el bosque cambiaba, cómo las manadas de animales gregarios de los que se alimentaban desaparecían y emigraban al norte, y sin embargo, a pesar de su escasa capacidad tecnológica, su grupo supo desarrollar estrategias adecuadas para adaptarse y sobrevivir, si no no estaríamos nosotros hoy aquí. Veremos si nosotros somos también capaces de hacerlo tan bien como lo hicieron ellos", ha dicho el arqueólogo en la presentación de la exposición este martes por la mañana el Museo de Navarra.
Desde el momento del hallazgo del esqueleto del Hombre de Loizu, su estudio ha supuesto un reto sin precedentes en la historia de la investigación de la Prehistoria de Navarra, por lo complicado del acceso y la complejidad y variedad de estudios que se le han realizado, en un operativo en el que han participado más de 40 especialistas internacionales.
“El Hombre de Loizu también se enfrentó a un medio natural en proceso de cambio”
En la cueva donde fue depositado, se han reconocido 31 manifestaciones gráficas de pintura en color rojo, distribuidas a lo largo de 60 metros de pared. Están ubicadas en la zona de meandros en la que fue depositado el cadáver, un área laberíntica de la cavidad. Probablemente son contemporáneas al hecho funerario y relacionadas con él.
Está en preparación una extensa monografía sobre este singular hallazgo, que se publicará por parte de la Dirección General de Cultura en el primer trimestre de 2025.
La elaboración de los contenidos en torno a este esqueleto ha sido responsabilidad del equipo formado por los siguientes investigadores: el catedrático Pablo Arias Cabal, profesor del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Cantabria; Maitane Tirapu de Goñi, arqueóloga y antropóloga; y Jesús García Gazólaz, Técnico Superior Arqueólogo del Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana.
El Mapa de Abauntz, en una nueva vitrina
Este canto de piedra calcarenita, datado en el 9815 a.C., representaría un mapa ejecutado de forma sintética y esquemática, recurriendo a la estandarización, con objeto de aportar la máxima información. En la interpretación de sus grabados se han reconocido los accidentes geográficos presentes en el entorno de la cavidad (arroyo Zaldazáin, río Ultzama, monte San Gregorio, humedal de Muño, etc.). Fue un medio de comunicación visual que mediante un código comunitario y de forma casi conceptual, al margen de las escalas reales, definiría el espacio natural de la cueva de Abauntz (Arraitz-Orkin, Ultzama).
Si bien esta pieza ya formaba parte de la exposición permanente de la sala de Prehistoria del Museo, una nueva vitrina permite contemplarla de una manera individualizada y apreciar el detalle de sus grabados. Se ha mantenido el dispositivo de mediación ya existente que reproduce el canto a gran escala, resaltando y explicando los elementos reconocibles del paisaje.
Otros bloques grabados y cantos pintados procedentes de la cueva de Abauntz se han recolocado en la vitrina correspondiente al período Paleolítico de la misma sala.
En la exhibición tanto de esta pieza como de la Mano de Irulegi y el Hombre de Loizu tiene importancia el diseño del interior y la iluminación para ofrecer una visión óptima.
El mobiliario ha sido diseñado y producido por las empresas especializadas Intervento y SIT.
Garantizado el libre uso de la Mano de Irulegi
La Mano de Irulegi tiene ya garantizada su libre uso, una vez finalizado el proceso que había iniciado el Gobierno de Navarra, en 2022, para oponerse al registro del diseño industrial y de la marca Mano de Irulegi / Irulegiko Eskua ante la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM). En concreto, de las seis solicitudes de registro presentadas, una reclamaba el registro de diseño industrial para “ornamentación”. Las otras cinco solicitudes incorporaban la expresión “La Mano de Irulegi / Irulegiko Eskua”, en solitario o acompañada de otros elementos gráficos o denominativos. Se han denegado todos los registros y no se han aceptado los recursos presentados por los solicitantes.
Además, en este tiempo, no ha habido nuevos intentos de registro de marcas con la denominación Irulegi/Irulegui, siendo el único que figura actualmente en vigor el propio de la Comunidad Foral de Navarra, con fines educativos.
El Gobierno de Navarra ha mostrado su satisfacción por el desarrollo y finalización de este proceso “que buscaba evitar el derecho de uso en exclusividad de la representación o de la denominación por empresas y particulares, priorizando la defensa del libre uso de la representación y denominación de la Mano de Irulegi – Irulegiko Eskua por su importancia como hallazgo arqueológico, etnográfico, patrimonial y cultural”.