José Luis Mayor duerme poco. “Debe ser la edad”, dice. Y de esas noches de insomnio nace su arte.

“Doy vueltas, me levanto, y en esos momentos de silencio me viene la inspiración y me pongo a observar y hacer bocetos”, cuenta. En este último año, el motivo de sus obras se lo ha dado el roble que plantó hace 35 años en el pequeño jardín de su casa de Zizur Mayor y que ve desde la ventana de su cuarto.

“Me ponía a mirar sus hojas en movimiento por el viento a ver si me dormía, porque es algo hipnótico, y me gustó esa imagen. Luego empiezas a darle vueltas, una vez el roble casi se quemó, y piensas: ¿y si de repente nos quedamos sin nada?”.

Una inquietud global

¿Y si llega un día en que la naturaleza es solo un recuerdo?

De esa inquietud nacen las obras que expone ahora el artista en el espacio Apaindu de la calle Curia.

Bajo el título Oroitzapenak-Recuerdos, José Luis Mayor muestra una docena de creaciones en técnica mixta, entre la pintura y el collage, en las que la naturaleza –los árboles y, en concreto, sus hojas– se erige como protagonista de un tiempo complicado y con climas extremos. “Hace poco la DANA, ahora pones el telediario y Los Ángeles arde, y el Amazonas, del que casi no se habla, se extingue... Y todo el plástico que hay en el mar... Nos estamos cargando todo. Y que todavía haya gente que niegue el cambio climático...”, dice el artista con asombro y preocupación.

“Llevo 35 años en Zizur y los campos han cambiado, donde había árboles ya no hay, en el bosquecillo que había a la entrada entre Zizur Mayor y Zizur Menor quedan cuatro pinos... Con los vecinos me peleaba porque siempre se echaba pan a los pájaros, pero ahora no hay pájaros, dejas pan y ahí sigue pasada una semana. Y en otras zonas al contrario, un montón de animales que antes no se veían ahora se acercan adonde hay vida, como jabalíes que bajan a los pueblos buscando comida, porque en la naturaleza les falta”, apunta José Luis Mayor, quien mira a ese roble de su jardín con el deseo de que siga creciendo, “y que ocupe cada vez más”.

Árboles que resisten

Le gustan los árboles “que aguantan, que está ahí y resisten, como un pino que está caído cerca de la Misericordia, y siempre saca hojas. ¿Cómo? Lo ves ahí tumbado... es una preciosidad de árbol”, dice el artista, que hace años tuvo fijación por los tamarindos que veía en Donosti “y que parecen esculturas más que árboles porque están todos con cemento”.

Este último año se ha dado “muchas vueltas” por la Taconera de Pamplona, donde hacía tiempo que no iba, y de esos paseos y otros por lugares como Irati y la Ultzama en los que toma fotografías a partir de las que luego crear, surgen las obras que ahora muestra al público. Es una pequeña selección de todo lo que ha alumbrado en este pasado 2024. “No he querido recargar el espacio, me gusta que la obra respire”, dice mirando la exposición.

“En el silencio de las noches de insomnio me viene la inspiración, y de ahí surgen estas obras”

José Luis Mayor - Artista plástico

En algunas de sus pinturas-collage el colorido vivo remite a los bosques en otoño, y en otras a esos mismos parajes quemados.

La vida y la muerte. La salud y la enfermedad. La fragilidad del planeta que habitamos y de nuestra propia vida, que en cuestión de segundos puede verse arrasada. “Siempre me han impresionado esos incendios o esas riadas en las que la gente lo pierde todo, se queda sin ninguna foto, sin recuerdos”, dice aludiendo al título de su exposición.

Continuo cambio

Óleo, acrílico, spray y materiales como telas y papeles quemados con soplete sirven al artista para componer estas creaciones con un punto onírico y que remiten a la potencia y la energía de la naturaleza tanto como a su fragilidad.

Los esqueletos de las hojas, su reflejo en las cristaleras desde las que a veces se contemplan, y esos tonos cambiantes según la luz y la estación del año nos hablan de la vida en continuo movimiento... hasta que la vida dure.

“Nos estamos cargando todo, y que haya gente que siga negando el cambio climático...”

José Luis Mayor - Artista plástico

La evolución la encarna en especial uno de los cuadros de Oroitzapenak-Recuerdos a cuyos colores vivos –rojo, naranja, amarillo– se van los ojos una y otra vez.

“Tiene una peculiaridad, y es que es un cuadro que llevo pintando casi treinta años. Lo he tenido siempre ahí y en cada exposición he ido metiendo cosas, y nunca lo había expuesto, hasta ahora”, dice José Luis Mayor ante esta obra que no se atreve a decir que da por terminada.

Crear, una necesidad de expresión

El arte de José Luis Mayor está vinculado a su momento vital, a preocupaciones e inquietudes que le rondan o le asaltan, y no pretende transmitir ningún mensaje. “Que cada uno vea lo que quiera”, dice, siendo consciente de que cada vez menos gente visita las exposiciones. “Es así. Va gente el día de la inauguración, y para de contar. Pues el que quiera que vea, y el que no... Como a mí no me gusta el fútbol cuando a casi todo el mundo le gusta, esto es lo mismo. Igual estoy yo equivocado”, dice.

Él crea por “necesidad de expresión”. “En la última muestra que hice en Donosti, por los 40 años, llevé un cuadro por cada exposición que había hecho, y dije: se acabó. Pero luego sigues creando... Es una necesidad vital”, asegura este artista y exgalerista que ve ya muy lejos los años buenos en que se vendían obras de ciertos artistas.

“Ahora no se vende nada. Cualquiera que quiere un cuadro en casa lo copia de no sé dónde, se lo imprime y ya está. Cada vez se valora menos la creación”. Él conserva mucha obra, suya y de otros artistas, y no ve destino para ese legado. “Una idea que tengo es ceder las obras a Zizur, pero es que no tienen ni sitio en la casa de cultura. Pasa lo mismo con los libros, las enciclopedias... ya no hay ni estanterías para guardarlos”, dice Mayor, preguntándose si tiene sentido seguir creando.

Quizá en una noche de insomnio halle una respuesta, en forma de creación.

EN CORTO

  • Título. Oroitzapenak-Recuerdos.
  • Lugar. Lugar. Apaindu (calle Curia, número 7).
  • Fechas y horario. La exposición, inaugurada el pasado 10 de enero, permanecerá visitable hasta el 28 de febrero, de lunes a viernes en horario de 10.00 a 14.00 y de 18.30 a 20.30 horas.

EL AUTOR

  • José Luis Mayor, artista y exgalerista. Nacido en Donostia en el año 1954 aunque afincado en Navarra, José Luis Mayor dirigió durante casi 30 años la extinta galería Pintzel de Pamplona, que echó el cierre en el año 2008. La obra de este artista, vinculada al momento vital y a sus preocupaciones e inquietudes, es intensa y está cargada de energía y emoción. Para José Luis Mayor, crear es “una necesidad expresiva”.