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Josean Beloqui ColomoAutor de la novela ‘Capitanes del Reino’

“El capitán Vélaz de Medrano fue el ‘Braveheart’ navarro, estuvo en Noáin y en Amaiur”

Ha escrito una novela sobre Jaime Vélaz de Medrano, protagonista y testigo de una Navarra en profunda crisis entre finales del siglo XV y principios del XVI

“El capitán Vélaz de Medrano fue el ‘Braveheart’ navarro, estuvo en Noáin y en Amaiur”Iban Aguinaga

Josean Beloqui (Pamplona, 1979) publica Capitanes del Reino, su primera novela, editada por Seleer, muy satisfecho con la acogida que tuvo su presentación en sociedad. El libro aborda la historia del capitán Jaime Vélaz de Medrano en la Navarra de finales del siglo XV e inicios del XVI, y tendrá una segunda parte el próximo año. Un trabajo narrativo que le ha supuesto "una catarsis” personal.

En usted se remarcan dos pasiones: escribir y la historia de Navarra.

–Sí, en 2018 escribí un ensayo explicando el siglo XIX, momento clave de la historia de Navarra. Ahora quería abordar otro punto clave sobre el que no había visto un relato novelado. Pensé en atraer al público a una parte histórica que genere aún más interés. Siempre he concebido la historia como instrumento de aprendizaje para construir nuestro futuro. No como un elemento disruptivo o de enfrentamiento, porque se puede aprender mucho de la historia. La división y la bronca interna acabaron con una Navarra independiente, que perdió su sitio en Europa. Eso se explica en el libro, y eso también vino a pasar en el siglo XIX. Precisamente ahora, que estamos en otro cambio de época, que está habiendo cambios de todo tipo y va a haber más, tenemos lecciones en el pasado como para saber que igual esto de andar tirándonos los trastos entre nosotros no es una buena idea.

¿Quién era Jaime Vélaz de Medrano, y por qué su protagonismo?

–Es el Braveheart navarro. Como personaje es apasionante. Hay una biografía de él que hizo Monteano. Sobre todo me atrajo porque estuvo en todos los puntos claves en esa parte de la historia, en Noáin, en Amaiur... Es un testigo y un protagonista de lo que sucede.

Vélaz de Medrano vive en una Navarra en crisis. ¿Cuál era la cosmovisión que podía tener este hombre?

–Hablamos de personajes cinco siglos anteriores a nosotros. No podemos caer en el error de hacer presentismo. Sus intereses o sus anhelos son muy diferentes. Se sabe que Vélaz de Medrano era muy enérgico. El mundo estaba cambiando. Se pasó de la Edad Media a la Edad Moderna. Había una revolución tecnológica, salió la imprenta, que expandió como la pólvora las ideas revolucionarias. Había una inestabilidad en Castilla, Aragón, Francia, el Vaticano estaba absolutamente corrupto... Los reyes ganaron poder y los nobles lo perdieron. Esa transición generó muchísima conflictividad en Navarra y en toda la cristiandad que era como se llamaba Europa.

“En Navarra tenemos lecciones en el pasado como para saber que igual esto de tirarnos los trastos entre nosotros no es buena idea”

Entonces la muerte estaba más presente a todos lo niveles.

–La religión era también uno de los elementos claves, y el poder que tenía la iglesia era inmenso y corrupto. No hay que olvidar la peste, que venía cada 13 años de media. Entre la peste y la guerra, la vida valía lo que valía.

Incide en el Vaticano.

–Sí, porque era el árbitro. Y Navarra tenía acceso directo, igual que el resto de reyes. Reunía los mismos elementos que podía tener un gran reino como era Francia. Los tíos iban allá cuando había nuevo papa, y tenían relación directa con el rey de Inglaterra y viceversa, como habían mantenido en los últimos cuatrocientos años.

¿Cómo saca tiempo para documentarse, escribir y corregir?

–El proceso creativo es apasionante, pero también duro y largo, No se puede vivir de la literatura, no puedo recuperar la inversión en tiempo. Pero al final lo que nos gusta pues nos gusta. Es nuestro hobby, nuestra profesión no remunerada (se ríe). ¿De dónde saco tiempo? Este es un libro nocturno. Yo soy incapaz de meterme en la cama antes de la una de la madrugada. Ahí tengo mi espacio para escribir.

¿Qué nivel de conocimiento percibe sobre la historia de Navarra?

–Percibo un interés enorme en saber qué ha pasado aquí. No somos conscientes muchas veces de la riqueza y de la importancia de la historia de Navarra en el ámbito europeo. De que Navarra estuvo codeándose con reinos que hoy son estados. Aquí hubo una relación de igual a igual con Inglaterra, con Francia o con España, que ese es uno de los debates que dejo porque España se estaba formando en esa época.

“Esta no es una historia de buenos y malos, porque eran unos personajes que se vieron enfrentados a situaciones muy dramáticas”

¿Qué tiene que tener la novela histórica y qué cree que aporta la suya?

–Me gustaría que aportase ese objetivo de la historia como aprendizaje. No es una historia de buenos y malos, porque no los había, eran personajes muy grises, que se vieron enfrentados a situaciones muy dramáticas o difíciles, y respondieron de una manera y luego de otra... Te preguntas qué le habría llevado a hacer lo contrario. Igual se equivocaron o querían cambiar.

La vida misma...

–Yo lo que quiero es que la novela aporte aprendizaje, entender que no nos podemos estar tirando los trastos por lo que ocurrió hace quinientos años, tenemos que utilizarlo como aprendizaje, y ponerlo en valor, palabra que está tan de moda, o en su justa medida. La historia es el origen de nuestra identidad colectiva. En el siglo XVI se empezó a generar un sentimiento de colectividad en Navarra, y ese es otro de los motivos de cómo evolucionaron los personajes. Hay paralelismos con lo que puedes hoy leer en el periódico.

Parece lógico pensar que un reino tan pequeño solo tenía posibilidades de subsistir independiente con mucha unidad en ese contexto.

–No es verdad que a Navarra no le quedaban más narices que desaparecer. Había mil opciones. pero la historia al final es como una especie de cascada. Navarra era pequeña, sí, pero no estaba sola porque el Bearn era también independiente y formaba parte de los mismos reyes. Y Andorra, también independiente, era de los mismos. En la novela pongo mapas porque vienen muy bien para explicar la historia y entenderla. Una de las cosas que siempre se había dicho es que los reyes de Navarra de aquella época tenían más interés por Francia, y no es verdad. Lo que trataron de buscar es su espacio alrededor. Pero... eso ya en el siguiente libro.