CONCIERTO DE PEDRO PASTOR

  • Fecha: 27/05/2023.
  • Lugar: Sala Tótem.
  • Incidencias: Buena entrada. Pedro Pastor (guitarra y voz), Álvaro Navarro (guitarra), Nico Martos (bajo), Alan Denis (batería).

Se hizo de rogar el bueno de Pedro Pastor Guerra el sábado en la sala Tótem. El concierto estaba previsto para las 21:00, pero comenzó con veinte minutos de retraso. No pareció importarle la demora a su público, que aguardó en paciente espera entregado a la conversación. Y es que parece que los seguidores navarros de este cantautor quizás no sean multitudinarios, pero van aumentando en número y, lo más importante, le guardan inquebrantable fidelidad. Todo fueron aplausos cuando Pedro salió a escena, acompañado por su banda, Los Locos Descalzos. El combo, que se autodenomina auto gestionado, lleva una trayectoria libre y ascendente, tanto en nuestro país como en Sudamérica, donde ha encontrado público y materia prima para escribir nuevas canciones. Y es que la música de Pedro tiene muchos elementos comunes con la de otros cantautores, como el compromiso político y la intención poética, pero se distingue, precisamente, por la enorme apertura estilística, que abarca desde la canción de autor hasta el hip hop o el folclore iberoamericano.

Arrancaron sabrosones y mestizos con Los diablos, en la que muestra la paradoja del que necesita viajar para sentirse vivo pero también añora la tranquilidad de su hogar. Sus músicos estuvieron acertados y bien compenetrados; el bajista se lució con un solo al inicio de Día raro, en la que el público tarareó el estribillo. También se escuchó la voz del respetable acompañando a la de Pedro en la siguiente, Mi grito, en la que el guitarrista abandonó su instrumento para tocar la flauta travesera. Casi nunca se apartaron del aire bailón, pero sonaron especialmente contundentes en algunos tramos de Sacar la rabia.

Los primeros acordes de El baile despertaron una contenida ovación; se trata de algo así como una balada romántica a la manera de un cantautor. Desde luego, la pieza más clásica de la primera parte de la actuación, que puso a varias parejas a bailar agarradas en la pista. Poco duró el sosiego, pues la paleta de colores siguió ampliándose en Soledades, más que cantada, rapeada por Pedro sobre el animado ritmo que imprimía la batería. Y todavía quedaban más sorpresas, como el nada disimulado y muy acertado flirteo con el pop de su nuevo single, El mar, dedicado a su familia materna, que proviene de las Islas Canarias (ahí está su tío, Pedro Guerra). Hasta rumba hubo en la canción que da título a su último álbum, Vueltas.

El compromiso político, parte esencial de su discurso, también estuvo presente en Los olvidados, pieza dedicada a la memoria histórica. “No vamos a ponernos más tristes que esto”, anunció. Y cumplió su promesa, porque en La puerta abierta se sumergió en el ska. El público participó de la fiesta, especialmente en Ejercito mi escritura, en la que se bailó una conga. En los bises, Mariposa de noviembre, original del padre del artista, Luis Pastor, interpretada por Pedro a capela entre el público, precedió al animado final, que llegó con Bailando y Viva la libertad.