pamplona. Siempre alejado del foco mediático, Unai Mendia es uno de los más grandes escaladores navarros y, sin embargo, es práticamente un desconocido. Convencerle para una entrevista cuesta un buen rato y más de una llamada telefónica, pero una vez que se presta charla animadamente sobre su visión de la escalada. Ha probado casi todas las formas de caminar en vertical, aunque ahora está volcado en la escalada de autoprotección, una forma de ascender en grandes paredes cuyo principal objeto es fijar el mínimo número posible de agarres.
El invierno esta al caer y ya se han producido las primeras heladas. ¿Una buena época para escalar?
Sí, es un buen periodo, pero tengo que reconocer que con el paso de los años me estoy volviendo perezoso, me estoy haciendo viejo y ahora me gusta más la roca. Escalar en hielo es bastante sacrificado. Lo que más me llama es escalar en roca, sobre todo en montaña. Y me gusta aún más si es fijando uno mismo los propios agarres.
¿Qué es lo que le ve a esta llamada escalada de autoprotección tan desconocida?
Lo que busco es una filosofía de apertura de vías en montaña, en paredes largas de caliza y fijando el mínimo número de agarres posible. Se trata de poner una chapa y continuar escalando hasta que tienes mucho miedo y no aguantas más sin poner la siguiente. Al final en la deportiva el factor riesgo se reduce mucho, y a mí me gusta toda esa adrenalina, lo que busco es dificultad y miedo. Con este tipo de escalada al factor deportivo le añades el factor mental del miedo. Es un puntazo.
Escalando así ha cerrado el verano con una repetición de la mítica cara norte del Eiger, ¿cómo es esta línea?
Es una vía de 1.000 metros de desnivel que termina a unos 3.600 metros, cerca de la cima del Eiger (a 3.970 metros). Hay que hacer un vivac en una repisa muy buena, a mitad de vía. El nuestro fue a todo lujo porque nos habían dejado sacos y esterillas unos escaladores que habían ascendido previamente. La línea requiere unas condiciones muy específicas y hay que conocer muy bien el sitio. Ha sido bastante gratificante.
Además, este año ha encadenado junto a Mikel Zabalza "La suerte de los valientes", en la cara este del Midi d"Ossau. Una ascensión que ha tenido cierta repercusión.
Se habló bastante de esa vía, aunque a veces eso no depende sólo de la dificultad de la misma. Mikel tuvo la suerte de verla y la verdad es que era una línea muy guapa. Se formó este año e igual hay que esperar 15 años a que se vuelva a formar. De todas formas, no creo que sea lo más complicado que he hecho este año. El pasado invierno estuve en Suiza, para variar, y superé en hielo alguna línea que a mí me resulto muy complicada. Ahí el nivel en hielo es muy superior, es otro mundo. Además, en Sanfermines estuve con mi novia en Madagascar y pudimos hacer vías bastante complicadas en roca. Cuando estuve en Turquía creo que también hice líneas de bastante nivel. Mis vacaciones siempre van orientadas hacia la escalada, aunque seguro que a mi novia, además de escalar, le gustaría ver mejor los sitios.
Sin embargo, su escalada más conocida continúa siendo esa vía, también en el Eiger, que en 2007 les valió el premio de la FEDME (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada).
No soy demasiado mediático, pero la verdad es que lo de los premios me gusta más que lo de los medios de comunicación, un poco de ayuda económica nunca viene mal (risas). De todas formas, tengo muy claro que escalo para mí, no para superar a nadie o ganar algo. Con esta escalada nos dieron 3.000 euros a repartir entre mi compañero de escalada Albert Salvadó. No tenía la intención de presentar aquella ascensión a los premios de FEDME, no me parecía para tanto, fue cosa de Albert. Esta última del Eiger, en cambio, sí la vamos a presentar, junto a una de las de Madagascar. A ver si hay suerte...
¿Por qué habiendo aquí tanto nivel en escalada deportiva, hay tan pocos escaladores que se interesen por el hielo o la escalada de autoprotección?
Yo lo tengo muy claro: por lo mismo que en atletismo los deportes de fondo se están perdiendo. Hoy en día hay poco gusto por el esfuerzo, los chavales, en general, no se interesan por el sacrificio. No digo que la escalada deportiva no requiera sufrimiento, lo requiere y mucho, pero no tanto como las otras modalidades. El riesgo también es mucho mayor y creo que hay que tener gusto por el sufrimiento, nosotros somos masoquistas (risas). Por otro lado, en lo que respecta al hielo, creo que las condiciones no son tan buenas como pueden ser en Suiza. De todas formas, en líneas generales, creo que hay un nivel enorme.
¿Qué objetivos se plantea a corto plazo?
No soy muy de plantearme retos, van surgiendo. En invierno aprovecho los findes para ir a los Pirineos, a Ordesa, a Peña Montañesa o a Cataluña, y los proyectos van saliendo sobre la marcha. Habrá que ver como viene el año.