eibar - El sueño es más real que nunca. El sueño de todos se ha hecho realidad, y toda la localidad guipuzcoana llora de emoción después de tocar el cielo en una noche histórica. Una noche para el recuerdo y para que todo el mundo del fútbol aprenda lo que significa este deporte y sus valores. Lo que se vivió ayer en Eibar es fútbol con mayúsculas, y lo que disfruta hoy su afición es la mayor fiesta que podía vivirse. No hablen de milagro, porque este equipo se lo ha merecido desde que venció en Jaén en la primera jornada, nunca se ha rendido, nunca ha sufrido un bajón anímico ni futbolístico y se ha convertido en el mejor conjunto de Segunda.

El mérito es incuestionable. Nadie podía imaginar a un conjunto armero liderando la clasificación a falta de apenas dos jornadas para el punto y final de la liga, y los de Garitano lo han conseguido. Lo han hecho porque creen en ellos, porque sufren como nadie y porque han encontrado una comunión con su afición que ya es indescriptible. Lo que se vivió ayer en Ipurua es histórico. En los libros de las hazañas futbolísticas aparecerá marcado con letras de oro un 25 de mayo de 2014 explicando uno de los clubes más humildes del panorama futbolístico dio la espalda a la lógica y se erigió como conjunto de Primera División.

Desde estas líneas se ha ensalzado siempre el fútbol de estos guerreros de Garitano, pero lo que se vivió ayer supera con creces todo lo vivido hasta la fecha. Todo fue perfecto, el mejor guión posible de una película que se llevaría todos los Oscar que quisiese. Hubo tensión, nervios, algo de fortuna y mucha, muchísima felicidad. Tanta que Ipurua tembló literalmente. El estadio armero tembló con el gol de Jota, pero sobre todo con la remontada de un Recreativo que comenzó perdiendo 2-0 en Las Palmas y dio la vuelta al marcador para llevar al Eibar a la gloria.

Tenía que empatar el Murcia y lo hizo, debían ganar los de Garitano y lo consiguieron con una demostración de grandeza, para que después los canarios se dejaran remontar ante el delirio de una afición eibartarra que esperó dentro del campo y de unos jugadores que hicieron lo propio entre sus aficionados. Esa unión es la mejor descripción de este año tan histórico. Las lágrimas bañaron el césped de Ipurua en un momento que hace grande al fútbol y que nos demuestra a todos que querer es poder.

jota, héroe armero El Eibar hizo su trabajo cuando más complicado era. Cuando los nervios acechan y te frenan las piernas. Pero Garitano ha sabido llevar a este grupo a los gloria, y ayer lo volvió a demostrar en el campo. La tensión jugaba un papel fundamental. Se notaba en cada acción, se sentía en cada momento, y así se explica que costase más que nunca salir y quitarse esos nervios. Pero estamos en un momento en el que todo sale de cara, en el que los armeros superan cada circunstancia y se levantan siempre. Saber luchar es una de las cosas más importantes en el fútbol, y este equipo es el mejor de todos en eso.

Los armeros se centraron en defender, en dejar pasar los minutos sin ocasión porque saben que tienen un hombre diferente que gana partidos. Así se entiende que la primera hora de juego quedase atrás sin ocasiones, para que a los 61 minutos Ipurua estallase de júbilo con un gol del gallego marca de la casa. Bajó un balón llovido del cielo y con toda al fuerza de cada aficionado armero lo mandó a las redes con potencia y pegado al palo.

Después hubo que sufrir muchísimo, hubo que encomendarse al santo de Irureta, pero qué importa. Navas acabó expulsado y el equipo achicando agua dentro de su área, pero es lógico cuando eres el Eibar, tienes el presupuesto más bajo de la categoría y estás a un paso de Primera. Supieron luchar y ahora son de Primera. Este equipo ha demostrado a todos que si luchas por tu sueño, hasta el más complicado puede hacerse realidad. Y por eso y por todo lo que ha demostrado este curso, simplemente, muchas gracias Eibar.

CELEBRACIÓN Apenas quedaban unos pocos minutos para que concluyera el partido entre Las Palmas y el Recreativo de Huelva y el nerviosismo era más que evidente en la zona de vestuarios del estadio de Ipurua.

Los jugadores, directivos y miembros del cuerpo técnico azulgrana esperaban impacientes a que se confirmara la victoria del conjunto visitante en el estadio insular; deseosos de que llegara ese triunfo ajeno que les catapultaba directamente a la máxima categoría del fútbol estatal.

Pero los futbolistas del Eibar no pudieron aguantar más y, aunque aún faltaba por jugarse el tiempo de descuento en el partido que se estaba disputando en Gran Canaria, fueron muchos los que saltaron al estadio de Ipurua para compartir su alegría con los aficionados (en torno a medio millar) que seguían esperando el devenir de acontecimientos tres cuartos de hora después de la finalización del derbi vasco entre el Eibar y el Alavés.

Con Errasti a la cabeza, los futbolistas eibarreses se dirigieron en primer lugar al fondo de la portería donde seguían animando los integrantes de la peña Eskozia la Brava.

Y en ese momento llegó la confirmación. El Recreativo de Huelva acababa de imponerse al Las Palmas y el Eibar ya era, con todo merecimiento, equipo de Primera.

Lo que se vivió a partir de entonces sobre el césped de Ipurua fue, simple y llanamente, un estallido enorme de alegría. Los jugadores de la Sociedad Deportiva Eibar se fundieron en sentidos abrazos. Entre ellos, con sus familiares y con los numerosos conocidos y aficionados que les aclamaban sobre el césped. Nadie parecía poder dar crédito a lo que se estaba viviendo en Ipurua.

Enormemente satisfecho, el veterano centrocampista Diego Rivas reconocía que el ascenso "es una cosa que no entraba en nuestros planes a principios de temporada, pero esto es lo que tiene el fútbol, que ha sabido recompensar a un equipo que a lo largo de toda la campaña ha demostrado que por corazón, ilusión y ganas no le supera nadie".

Raúl Navas intentaba contener la emoción, sin poder conseguirlo. Para él, el ascenso logrado con la escuadra armera es, simplemente "increíble". Según sus palabras, "vivir lo que estamos viviendo en este club, que hace un año y once meses estaba en Segunda B es indescriptible. Por eso ahora no puedo hacer otra cosa que disfrutar este momento y dar las gracias a toda la gente que ha estado con nosotros a lo largo de toda la temporada".

Albentosa coincidía con su compañero: "jugar en Primera es todo para mí; la ilusión de mi vida. Estoy realmente ilusionado y emocionado por lo que hemos conseguido".

Para Arruabarrena haber logrado el ascenso es "lo máximo". El tolosarra reconocía que subir a Primera en esta jornada no era nada sencillo: "Sabíamos que el partido ante el Alavés iba a ser muy duro y que tenían que darse otros resultados. Al final, un gol de calidad de Jota nos ha dado el triunfo y además Murcia y Las Palmas no han podido conseguir la victoria, por lo que la jornada ha sido redonda para nosotros".

Por su parte, Urko Vera tenía dificultades para encontrar las palabras con las que expresar lo que estaba sintiendo nada más confirmarse el ascenso a Primera del Eibar: "después de dos años quedándome a las puertas, a nivel personal esto es... algo que hay que vivirlo porque no sé decirlo con palabras". Otro que estaba eufórico era Añibarro: "Situaciones como esta no se viven todos los días. Lo que hemos logrado con el Eibar es un sueño hecho realidad y el fruto del duro trabajo realizado con humildad a lo largo de todo el año".

Como sus compañeros, Alain Eizmendi también estaba encantado: "estoy terriblemente contento con este logro que supone un gran paso adelante en la carrera deportiva de todos los que formamos el equipo. Es algo que no olvidaré jamás y que ahora voy a disfrutar como se merece".

Mientras unos realizaban declaraciones a los medios, otros seguían inmersos en una fiesta que no tenía visos de terminar pronto. Unos jugadores se echaban en plancha en medio de un pasillo que les habían preparado los aficionados, otros como el portero Xabi Irureta, Raúl Navas o Lillo saltaban al césped de Ipurua con el pelo pintado de azul...

Aunque la celebración oficial por el ascenso no se realizará hasta después del partido que enfrentará a la Sociedad Deportiva Eibar con el Lugo el próximo sábado, la fiesta ya estaba en marcha en un vestuario para el que se pidieron diez cajas de champán.