El fuego bacteriano, una enfermedad provocada por la bacteria Erwinia amylovora, ha llegado a fincas de frutales en Lodosa, Cárcar, Sartaguda o Mendavia, e incluso en Milagro. Afecta a frutales de pepita, principalmente, a perales y manzanos.
Este otoño va a elaborarse un análisis detallado de la situación de las parcelas de frutales, con el objetivo de valorar el alcance de los daños y establecer medidas para frenar su avance y proteger la viabilidad de las empresas agrarias.
Reunión
El secretario general de UAGN, Luis Miguel Serrano, y la directora técnica de la organización, Sandra Muñoz, mantuvieron el martes 2 de septiembre una reunión en el departamento de Desarrollo Rural con el director general de Agricultura y Ganadería, Ignacio Gil; el director de servicio, Rubén Palacios, y técnicos de Intia para abordar “la situación crítica que atraviesan las personas productoras de fruta de pepita, principalmente de pera, debido a la propagación del fuego bacteriano”, detalla Luis Miguel Serrano.
En arbustos de medianas
El fuego bacteriano se ha propagado por el valle del Ebro, Aragón, La Rioja, Navarra y Catalunya. “Desde hace más de 30 años, Francia sufre esta enfermedad en sus frutales, y los Pirineos actuaban como cortafuegos, pero ya ha llegado, y lo ha hecho a través de arbustos que se han colocado en las medianas de la carreteras”, explica Serrano.
Esta bacteria ataca al árbol hasta secarlo, y marchita flores, brotes y hojas. Además, el ejemplar adopta un tono negro como si estuviera quemado. “En el momento que se detecta la bacteria en una rama, por ejemplo, hay que cortarla, retirarla de la finca y quemarla para evitar que se propague por el resto de plantas como una plaga”, especifica el secretario general de UAGN.
En una nota, la organización agraria remarca que actualmente, no existen métodos efectivos para eliminar el fuego bacteriano. “El sector frutícola tendrá que aprender a convivir con la enfermedad”, especifica.
¿Cómo se propaga?
Esta bacteria puede viajar de un lugar a otra a través del mismo viento. Además, si las herramientas utilizadas en frutales enfermos no se limpian, pueden portar la bacteria a árboles sanos. Hay que ser muy cuidadosos.
9,3 millones de kilos de peras
El año pasado Navarra recolectó 9,3 millones de kilos de peras; y casi once millones de kilos de manzanas, según los datos del Observatorio Agrario del departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.
En la reunión entre UAGN y la consejería, el sindicato demandó impulsar varias medidas para mitigar esta enfermedad, como reuniones presenciales con las personas fruticultoras de las zonas afectadas para identificar las parcelas perjudicadas y analizar la estrategia a seguir; habilitar ayudas económicas específicas en los casos en los que el daño conlleve el arranque completo de la parcela; y fomentar la prevención en las parcelas dañadas, mediante las directrices del personal técnico de Intia.
“La gravedad de la situación requiere una respuesta coordinada y ágil”, concluye Serrano.