Sergio Herrera (5 de junio de 1993) es un referente para todo osasunista. Tras convertirse en el segundo portero con más partidos en la historia de Osasuna encara la posibilidad de batir el récord con la misma naturalidad que le caracteriza.
¿Qué significa para usted haber logrado ya ser el segundo portero con más partidos en la historia de Osasuna?
–Contento por todo lo que significa estos años aquí, como tener la suerte de, aparte de poder disfrutar de Osasuna y Pamplona, el haberlo podido hacer jugando. La posición de portero lo que tiene es que solo puede jugar uno, y el poder estar viviendo esta etapa de tantos años aquí en Osasuna e ir jugando, disfrutando de cada partido y además también ir haciendo cosas importantes a nivel individual y colectivo, que es lo más importante, es algo que me satisface mucho y me alegra mucho.
¿Cuándo llegó a Pamplona desde Huesca se imaginaba vivir tantos momentos en Osasuna?
– Cuando me sale la opción de venir aquí no lo dudé porque al final era un paso muy importante en mi carrera,. Venía de haber estado en Amorebieta, luego haber dado un pasito en Huesca. Ahí disfruté de la Segunda división y pasar a Osasuna era dar otro pasito. Llegaba a un club que iba a hacer un proyecto muy ambicioso. Venía de bajar de Primera división pero también de salvar una situación muy mala a nivel económico. Ese breve paso por Primera hizo que el club volviera otra vez a posicionarse bien económicamente y montó un proyecto ambicioso. Eso me quitó todas las dudas. Aparte de también de poder unirme una gran ciudad, a una gran afición, sentía que quería estar aquí. Es cierto que ocho años en un club son muchos. Cuando eres joven tienes esa ambición de poder seguir dando pasitos pero una vez que ya empiezas a caminar, a madurar, pasas por diferentes situaciones, como la lesión de rodilla, o estar una temporada de no jugar, volver otra vez a recuperar el puesto...y en todas esas situaciones te sientes cómodo en un sitio es algo que es muy difícil de encontrar. A día de hoy estoy súper contento de estar aquí, me siento muy feliz y sobre todo con muchísima confianza, que al final creo que eso también es importante en un futbolista. El que el club, también la gente, la afición, confía en ti creo que también te dan muchas fuerzas para poder seguir en el día a día y sobre todo, trabajando para intentar ayudar a equipo en lograr sus éxitos.
¿Un recuerdo fuera del césped que lo tenga grabado en la memoria?
–Uf, tengo muchos, es difícil. Me acuerdo mucho del partido Albacete-Granada que vivimos todos juntos en El Sadar. Estuvimos en el Sadar viendo el partido y me acuerdo de que estábamos ahí todos muy pendientes de ese partido y se podía dar el ascenso. Lo recuerdo porque para mí ahí es donde yo creo que empezó un poco esa reconstrucción de Osasuna a nivel de equipo. Inició una época que lanzó ese mismo equipo que ascendió manteniendo el grupo que ha ido construyendo hasta lo que somos ahora: un equipo atractivo al que muchos jugadores quieren venir a jugar aquí. En esa época Osasuna era un recién ascendido y era un poco una incógnita. Para mí ese día fue como el comienzo de todo eso. Me quedaría con esa quedada, fue un día bonito.
Usted ya es una referencia para la afición, pero también para la cantera. ¿Siente que es ejemplo para esos chavales que van tocando la portería del primer equipo?
–Sí, pero creo que no solamente yo, Aitor también es un ejemplo para ellos, que también lleva ya muchísimo tiempo en Primera. Ambos tenemos que ser ejemplo para ellos. Mi imagen se puede resaltar más ahora porque me he convertido en el segundo portero con más partidos o porque estoy siendo a día de hoy el portero que juega, pero creo que no solo soy yo la referencia. Creo que Aitor también da mucho, ayuda mucho, no solamente a mí, sino a los chavales que suben. Tenemos que ser esa ayuda al chaval que sube, porque somos un espejo en el que se tienen que fijar, como nosotros en su día nos fijábamos de aquellos porteros que estaban en los primeros equipos cuando nosotros subíamos a entrenar con ellos.
¿Se ha marcado el objetivo de intentar romper el récord de Santamaría?
–No, la verdad es que no es una cosa que me quite el sueño. Al final está ahí, es algo que a nivel individual es bonito. Dentro de mis márgenes con esta renovación está esa posibilidad y lógicamente me gustaría conseguirlo, pero soy una persona que siempre voy a buscar lo colectivo. Para mí lo importante es que cumplamos cada año el objetivo como equipo y para eso tengo que dar mi mejor versión, tengo que seguir ayudando cada partido. Al final si seguimos en esa línea podré llegar, pero el rumbo del fútbol cambia de un día para otro, no hay que bajar la guardia y decirlo es muy fácil, pero lograrlo va a ser muy difícil.
Habla muy bien siempre de Roberto Santamaría...
–Es verdad que en el día a día yo trabajo con Richard (Sanzol), que al final ha sido también siempre una imagen para mí súper importante porque yo llegué aquí y era un portero que no estaba hecho y Richard la verdad que con su trabajo, su constancia, su tranquilidad me ha hecho ser el portero que soy. Y luego Roberto me ha ayudado mucho también por la naturalidad que tiene. Es el portero con más partidos de la historia de Osasuna y no lo parece. Eso para mí tiene un mérito increíble. Esta por los pasillos, hablar, muchas veces no de fútbol, y que siempre esté para ayudarte. Ha sido una persona que, pese a no estar en mi día a día, ha influido, muchísimo. Ha sido el mejor portero de la historia de Osasuna y el verlo con esa naturalidad por Tajonar me llama muchísimo la atención y la verdad que también eso, quieras que no te ayuda también a ti a decir; soy portero del primer equipo de Osasuna y veo al que tiene más partidos de la historia del club y uno de los mejores porteros de la historia con esa naturalidad que te transmite, influye en el día a día y en tu forma de actuar.
Pasemos a un terreno más persona. ¿Cuáles son sus hobbies?
–A mí en el día a día me gusta mucho estar en casa, la verdad. Me gusta ver la tele, películas, series, cine... me encanta. Luego también estar conectado mediante los videojuegos a mis amigos. No es jugar, es que muchas veces conectamos ahí como excusa para hablar entre nosotros. Luego ya cuando nos juntamos gente del equipo, amigos... Las cartas me gustan mucho. Echar un buen mus de vez en cuando...
Ya es un navarro más casi...¿qué es lo que más le gusta de aquí?
–La naturalidad de los navarros. En su día a día, el ser gente sana, cercana, que siempre tienen una muestra de cariño cuando las cosas van mal y una muestra de orgullo cuando las cosas van bien. Es una ciudad muy fácil, muy cómoda.
El dato
Vibrando con Miranda
Agradecido a Lisci. Sergio cuenta cómo vivió la lucha por el ascenso del Mirandés, el equipo de su localidad. “Organicé una comida con todos mis amigos también para darles la noticia de la boda y vimos ahí todo ese partido juntos y fue una pena, porque hubiera sido increíble ir a Anduva a jugar contra el club que me hizo querer ser futbolista”. Herrera cuenta lo que les dijo a Lisci y a Iker Benito. “Les he dado las gracias, porque lo que hicieron el año pasado, aunque no acabara con la guinda del pastel, fue algo increíble y que la ciudad disfrutó muchísimo y puso a Miranda en el mapa. Ahora el Mirandés es un equipo reconocido en el mundo del fútbol profesional”, termina.
Es una persona muy cercana. Eso en el mundo del fútbol no es habitual hoy en día.
–Es que eso no tiene que cambiar por ser futbolista. Somos futbolistas al igual que hay fontaneros, arquitectos o abogados. Somos una profesión más. porque sea más mediática no tiene que cambiar tu forma de ser y de vivir. Está claro que muchas cosas cambian al ser conocido. Hay días que tienes malos que tienes que guardar un poco más en tu intimidad, pero yo intento ser una persona que no me cuesta porque soy así, no intento ser alguien que no soy, entonces creo que eso a la gente también le gusta y a mí me alegra que guste porque es mi manera de ser y estoy contento de ser así.
¿Le molesta que le juzguen por su expresividad en el campo?
–A veces pues me ha etiquetado un poco de loco, pero bueno, el otro día hicieron un reportaje que me gustó mucho. Hablaban de la figura del portero y dijeron una frase que decía Dalí que creo que me representa: “La diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco. Una cosa es mi manera de expresarme, mi manera de cómo se me puede ver y otra como soy. Medito mucho todo lo que hago. Por eso creo que ahora soy mejor portero que cuando llegué.
Da la impresión de que a veces hasta lo fuerza para buscar una reacción de sus compañeros, ¿es así?
–Sí. Muchas veces, por ejemplo, cuando veo que igual nos están ganando intensidad en segundas jugadas, en acciones que no son técnicas, sino de garra, de ganas, de vivir el partido. Igual ahí sí que a veces intento meter un grito o que me cambie la cara para que ellos lo intenten ver. A veces puede que sirva y otras veces no, pero es siempre una manera de ayudar y encima ellos ya me conocen y no se lo toman mal.
Sigue en pie la invitación de boda a Braulio...
–Uf, eso se me ha complicado (se ríe): El otro día mi novia me dijo que tenía yo muchos invitados y ella muy pocos y que tengo que hacer una vuelta a la lista y que tengo que ser más selectivo, así que tengo que repasarlo (se vuelve a reír).