comienza hoy la participación del Helvetia Anaitasuna en la Copa del Rey. Una competición nueva, que nada tiene que ver con la Liga, que es lo primero. El Bidasoa, en principio, es el favorito en esta eliminatoria por su situación en la Asobal, por la excelente temporada que está completando en la competición doméstica. Tiene todos los boletos para solventarla por esta razón. Ahora bien, es la Copa del Rey. Un torneo a doble partido en el que todo está abierto. La Copa es la Copa y siempre se han dado las sorpresas. El equipo navarro, además, se planta en el pabellón Artaleku después de haber hecho borrón y cuenta nueva en la Liga. Las dos últimas victorias le han proporcionado una buena inyección de moral. El partido clave para mí fue el del Teucro, en Pontevedra, en el que Anaitasuna supo manejarse muy bien después de tres derrotas consecutivas. Un buen papel que lo refrendó, hace unos días, con el triunfo en La Catedral ante el Puente Genil, nada fácil por la trayectoria de los cordobeses fuera de casa, donde ha cosechado más puntos que en su pista. Para el Helvetia, ganar hoy en Irun sería refrendar este punto de inflexión en la Liga que está viviendo. En principio, y a pesar de las diferencias entre ambos conjuntos, la Copa es una competición en la que los dos parten de cero. El Bidasoa contará hoy con el ambiente de euforia que se vive en el Artaleku, pero recordemos que se trata del partido de ida. Anaitasuna debe ir con la idea de asaltar la cancha guipuzcoana, de ser consciente de que la eliminatoria se decidirá en Pamplona dentro de una semana y de que las cosas pueden ir por el buen camino si continúa la tónica de una defensa fuerte, acompañada por la portería, que ante el Puente Genil respondió. Veremos qué resultado obtiene en Irún, pero no olvidemos que la eliminatoria está abierta, que Pamplona resolverá y que en este torneo siempre se han dado sorpresas.El autor es técnico navarro de la Federación Española de Balonmano