- La selección española de balonmano, con el billete ya asegurado para los cuartos de final del Campeonato del Mundo de Egipto, tratará de sumar hoy (18.00 horas, Teledeporte) un triunfo sobre Hungría, que permitiría a los Hispanos finalizar líderes. Por la misma recompensa luchará el conjunto magiar, que no sólo puede presumir de contar por victorias todos sus partidos en el torneo, sino que además ha dejado una magnífica impresión en cada uno de sus enfrentamientos. Ese primer puesto en pugna evitará a ambos conjuntos medirse a Francia, que ayer se clasificó líder del grupo III, tras vencer a Portugal.

El factor físico será muy importante para el partido de hoy y no menos fundamental serán las sensaciones. De esta forma, ni España ni Hungría pueden permitirse una mala actuación que les genere dudas antes de afrontar la fase decisiva del torneo.

Es por ello que la selección española intentará dar ante los magiares un nuevo paso adelante en su juego, tras la plácida victoria (23-38) que cosechó el sábado ante la débil Uruguay, en un choque que Jordi Ribera ya aprovechó para dar descanso a piezas fundamentales.

Jugadores como el central Raúl Entrerríos o el portero Gonzalo Pérez de Vargas regresarán con toda seguridad a la convocatoria para enfrentarse con Hungría. Una circunstancia que dejaría de nuevo fuera, en principio, a los navarros Iosu Goñi y Sergey Hernández.

Y es que los Hispanos no quieren ver truncada la línea ascendente que han seguido en este Mundial y que ha permitido al conjunto español ir recordando poco a poco al equipo que el pasado año se proclamó por segunda vez consecutiva campeón de Europa.

Mejoría, tanto en ataque como en defensa, que los de Jordi Ribera deberán ratificar ante Hungría, si quieren doblegar a una selección magiar que hasta ahora ha mostrado muy pocas fisuras en su juego.

El conjunto húngaro destila un cierto sabor español, no sólo por la presencia del nacionalizado Pedro Rodríguez, un extremo que llegó, incluso, a debutar con los Hispanos, sino, sobre todo, por la labor en el banquillo de Chema Rodríguez.

El exinternacional español, pese a su condición de segundo entrenador, tiene un papel fundamental en el equipo magiar, como demuestra su protagonismo en los tiempos muertos, en los que lleva la voz cantante. Hungría parece haber tomado como referencia al balonmano español, apostando por la presencia no sólo ya en la selección, sino en sus dos principales equipos, el Veszprem y el Pick Szeged, de entrenadores españoles.

Juan Carlos Pastor, técnico del Szeged, y David Davis, preparador del Veszprem, han ido dotando de cada vez más elementos de la escuela española al juego magiar, dando continuidad a la labor que iniciaron Antonio Carlos Ortega y Xavier Sabaté, que durante un tiempo compaginó la dirección del Veszprem y la selección húngara. Detalles que se ven reflejados perfectamente en la cada vez mayor importancia que ha adquirido en los esquemas de la selección magiar el juego con los pivotes, donde Hungría cuenta con uno de los mejores del mundo, el formidable Bence Banhidi.

Un rigor táctico al que Hungría suma un elemento del que carece el conjunto español, una notable capacidad de lanzamiento exterior gracias a la presencia de cañoneros de la talla de Richard Bodo, Zoltan Szita o el jovencísimo Dominik Mathe, que partido a partido deja detalles del formidable futuro que le aguarda. Todo ello, además, se complementa a la perfección con una sólida defensa.