- Con sólo 20 años, Anne Barandalla ya ha pasado por la odisea de tres lesiones graves de rodilla. Por tres intervenciones quirúrgicas. Y por tres largos procesos de recuperación que le han servido para crecer, para madurar y, sobre todo, "para aprender". Ahora, la extremo del Gurpea Beti Onak acaba de regresar a las pistas y su objetivo principal es volver a sentirse jugadora y disfrutar de nuevo de su gran pasión: el balonmano.

El calvario de esta joven jugadora comenzó cuando apenas tenía 16 años y disputaba con Navarra el Campeonato de España en Blanes. Allí su rodilla derecha quebró por primera vez. La temida rotura de ligamento cruzado hacía aparición en su vida y la obligaba a pasar por el quirófano. Era principios de 2017 y acababa de estrenarse además en la categoría de Plata con su anterior equipo, el Lagunak.

Tras un arduo proceso de recuperación, Anne Barandalla retornó a las pistas. En un encuentro contra el Malkaitz de Burlada se resintió de nuevo de su rodilla derecha, pero no fue hasta más adelante, tras otra participación en un Campeonato de España, cuando una resonancia confirmó el peor de sus temores. Otra vez el cruzado y otra vez a operarse. Era febrero de 2018.

La jugadora navarra no desistió. Curtida ya en la experiencia, inició una nueva fase de rehabilitación. Lesionada incluso, el Gurpea Beti Onak decidió apostar por ella y la incorporó a su equipo de Plata. A finales de marzo de 2019, tras dos años recuperándose de graves lesiones, se enfundaba la camiseta verde y saltaba de nuevo a la cancha. Todo fue bien hasta que, en octubre de ese mismo año, en un encuentro en Santander frente al Camargo, la historia se repetía. "Escuché un crack y me empecé a agobiar", recuerda. En un principio pensó que era otra vez su rodilla derecha la afectada. Con sorpresa, y una vez en el vestuario, comprobó que ahora se trataba de la izquierda. "La vuelta a Pamplona fue muy dura. Se lo oculté a mis padres en un principio, porque no quería darles ese susto. Cuando hablé con ellos, simplemente les dije que habíamos ganado", rememora. Sin embargo, Anne Barandalla sabía perfectamente qué le pasaba. La sensación era la misma que en ocasiones anteriores. Y no falló. Las pruebas diagnosticaron rotura del ligamento cruzado de su rodilla izquierda. Y, de nuevo, a pasar por el quirófano.

El tercer proceso de recuperación para la extremo del Gurpea Beti Onak ha coincidido, además, con una pandemia. Aun así, ha sacado fuerzas para reponerse. Para levantarse de nuevo. Y para retomar el deporte que ama. A principios de diciembre, debutaba contra el Shär Colores Zaragoza, con victoria de su equipo y con gol incluido. Un partido difícil de olvidar para Anne: "Disfruté como nunca. No estaba nada nerviosa y sentí cosas que llevaba mucho tiempo sin sentir. Jugué 20 minutos y encima pude marcar gol, que fue como la guinda".

Tras este primer contacto, no fue hasta hace unas dos semanas cuando volvió a estar convocada, frente al Zarautz. Y el remate fue poder disfrutar el pasado fin de semana de su primer derbi ante en Lagunak, su exequipo.

A pesar de toda la odisea vivida durante cuatro años, con caídas y recaídas, en ningún momento ha pensado tirar la toalla. "Hay gente que me ha dicho que estoy loca por querer jugar después de tres lesiones así, pero yo siempre he querido regresar a las pistas y a un buen nivel. Nunca me planteé dejar el balonmano. Al revés. Quizás haya tenido pequeños bajones, pero cada vez que me ocurría de nuevo, pensaba: 'Volveré y, además, mejor que la última vez", asegura.

Si bien el camino ha sido duro, Anne Barandalla ha sabido extraer lecturas positivas de todo este proceso: "Te conoces a ti misma, sabes hasta dónde puedes llegar. Hay días malos en los que tú tienes que tirar para adelante y eso te va haciendo más fuerte. Además, ahora valoro pequeños detalles, como el ir a entrenar, cuando antes podía darme hasta pereza".

La extremo del Gurpea Beti Onak, una vez repuesta, se marca como reto personal "sentirme de nuevo jugadora", olvidarse de las lesiones y "cerrar esta etapa". Y, a nivel de equipo, "jugar por fin una fase de ascenso" a la máxima categoría del balonmano. "Vamos por el buen camino, a ver si logramos esa recompensa".

El Lagunak juega fuera y el Loyola, aplazado. El polideportivo Hermanos Induráin de Villava-Atarrabia vive mañana un duelo en la cumbre (18.00 h). El equipo de Miguel Etxeberria, segundo clasificado, recibe al líder, el Grafometal La Rioja. Seis puntos separan a ambos conjuntos, por lo que el Beti Onak buscará una victoria que le permita acortar distancias con las riojanas. Por su parte, el Lagunak -situado en la zona tranquila de la tabla- se desplaza hoy a Zaragoza para enfrentarse al Schär Colores (18.00 h). Finalmente, el encuentro que el BM Loyola debía jugar este fin de semana ante el Errotabarri ha quedado aplazado.