Pamplona -Mikel Landa, séptimo en la general ante la semana decisiva en los Alpes, aseguró existe la posibilidad de pensar en algo más que en un puesto en el podio, y aunque difícil, está dispuesto a recurrir a la heroica para "soñar hasta el último día".

"El otro día sufrí un golpe duro con la caída, pero había que seguir intentándolo. De Pirineos salgo con un balance positivo, contento y con moral. Aún pueden pasar muchas cosas. Ganar es difícil, pero voy a intentarlo y a soñar hasta el último día", dijo Landa en la segunda jornada de descanso del Tour de Francia.

El ciclista alavés tiene claro que prefiere un puesto en el podio a ganar una etapa, e irá a por el objetivo en los Alpes.

"Aún puede pasar de todo, hemos visto la debilidad de Alaphilippe, Thomas no está tan bien como pensábamos, a Pinot si se le ve fuerte. El Tour no está decidido. Llevo tiempo persiguiendo el podio y una etapa ya la tengo. Prefiero podio".

Landa lamentó que Pinot no le siguiera cuando el vasco atacó camino de Prat D'Albis. "De haber sido así", explicó, "hubiésemos sacado más tiempo".

Obligado, y acostumbrado a recurrir a movimiento heroicos, Landa no se conforma con estar lejos de los puestos de honor,

"Ahora estoy en una posición que no me conformo, estoy séptimo, así que estoy obligado a hacer cosas de estas para recuperar. Así me gusta correr, no hay mal que por bien no venga, detrás de una fase de mala suerte vuelvo a estar bien. Ayer me sentí cómodo, el equipo estuvo bien y estoy feliz"

También anunció Landa que para evitar quedarse fuera del podio por escasos segundos, como le sucedió en 2017, luchará en cada etapa "por cada segundo".

CANDIDATURA Simon Yates se impuso ayer en el tercer final en alto del Tour, en una jornada en la que los conjuntos Groupama y Movistar, de nuevo valientes, consiguieron, con sus respectivos líderes, rascar segundos de ventaja para la clasificación general. Ahora, Pinot es cuarto a 1:50 del maillot amarillo y Mikel Landa -que atacó a falta de 40 kilómetros de meta-, se encuentra a 4:54 de un Alaphilippe que, por primera vez, se mostró debilitado en la alta montaña.

La fuga de 36 corredores que se formó en el primer puerto de la jornada fue el revulsivo de otra gran etapa de montaña. Corredores como Quintana -el mejor situado en la general- Bardet, Simon Yates o los vascos Pello Bilbao y Omar Fraile compusieron la fuga del día.

Deceuninck-Quick Step mantuvo un ritmo vivo en el pelotón antes de la parte decisiva, en la que se encadenaron tres puertos de primera categoría. En el primero de ellos, el equipo del maillot amarillo mostró sus carencias en la escalada y el grupo de corredores cabeza de carrera alcanzaron una renta superior a los cinco minutos. Enric Mas, necesario para la defensa del liderato en su equipo, cedió en el Port de Lers resentido de una gastroenteritis.

El explosivo Mur de Peguere desató la caja de los truenos entre los favoritos de la carrera. Con Alaphilippe sin compañeros, Landa aprovechó el muro y se fue en solitario mostrando, un día más, sus intenciones en carrera. En la subida, Soler -que ya había trabajado para Nairo Quintana el corte delantero- esperó al alavés, y juntos, coronaron el penúltimo puerto de la jornada. Andrey Amador, que también se metió en el grupo de 36 ciclistas, esperó en el alto a sus dos compañeros de equipo. Los tres afrontaron el descenso y la zona llana antes de comenzar la última subida en cuya cima se ubicaba la línea de meta (Prat d’Albis, 11,8 kilómetros al 6,9%).

En la última ascensión, el británico Simon Yates dejó atrás a sus compañeros de fuga y se impuso en el alto. El de Mitchelton firmó así su segundo triunfo en la presente edición de la carrera.

Lotto-Jumbo, que parecía estar defendiendo una plaza de podio la segunda semana de carrera, marcó el ritmo de persecución desde el Mur de Peguere hasta la primera parte de la subida final.

Amador y Soler, excelsos un día más, cedieron el testigo a su líder Mikel Landa en las primeras rampas del último puerto. El corredor vasco alcanzó al grupo que perseguía a Yates y, en él, un Nairo Quintana a la deriva de las intenciones de sus compañeros de fuga, no colaboró en el intento de Movistar de volver a situar a Mikel Landa en los puestos de privilegio de la clasificación general.

La batalla que se libró entre el resto de hombres importantes al triunfo final la inició, un día más, David Goudu. El gregario de lujo del Groupama-FDJ tensó un reducido grupo y preparó el terreno para su líder. Thibaut Pinot se volvió a reivindicar como mejor escalador de la carrera y partió en dos el grupo de favoritos. Adelante, el líder Alaphilippe, Bernal y Buchmann aguantaron el primer ataque del francés. Por detrás, Kruiswijk, Valverde y Geraint Thomas conformaron un segundo grupo de favoritos.

El maillot jaune fue el primero en ceder entre los escaladores y, poco después, Buchmann hizo lo propio. Bernal fue el último rival en desistir ante el potente ritmo de Pinot, que acabo por dar caza a Mikel Landa y juntos cruzaron la línea de meta de Port d’Albis. Bernal y Buchmann, que volvieron a juntarse, cedieron en meta 18 segundos con la dupla de favoritos.

Thomas, Valverde y Kruijswijk cruzaron la meta a un minuto y nueve segundos del dúo Pinot-Landa. Más retrasado todavía y desinflándose en la parte final, el líder Alaphilippe cedió 1:16 con el francés y el vasco.

El Tour más abierto de los últimos años llega hoy a su segunda jornada de descanso antes de afrontar tres jornadas alpinas que decidirán la carrera. - Saúl Iráizoz