bilbao - Una vez más, los Alpes dictarán sentencia. A falta de seis días para llegar a París, el Tour afronta su última semana de competición con todo por decidir. El paso por los Pirineos dejó un gran ciclismo y mejores sensaciones, pero también una exigua distancia entre los favoritos. Y es que, sin contar al líder Julian Alaphilippe (Quick-Step) -que defiende su maillot amarillo de forma heroica, pero se ha quedado sin escuderos-, tan solo son 39 los segundos que separan a los grandes candidatos. Esa es la distancia que le saca Geraint Thomas (Ineos), segundo, a Emanuel Buchmann (Bora), sexto. Y, en medio, Steven Kruijswijk (Jumbo), Thibaut Pinot (FDJ) y Egan Bernal (Ineos) aprietan todavía más una de las generales más comprimidas que se recuerdan. Así, sin cronos en el horizonte, será la montaña el único y gran juez que señale al ganador. Llegan los Alpes y sus tres duras etapas dispuestas para el jueves, viernes y sábado. Y, con respeto a un Ineos muy bien colocado en la general, todas las miradas se posan sobre Pinot. El francés es quinto, a quince segundos de Thomas, pero de momento se ha erigido como el hombre más fuerte en la alta montaña. Sin embargo, en una ronda gala tan encorsetada, ninguno de los favoritos parece haber dicho su última palabra.

Ni siquiera Mikel Landa, alejado de las posiciones de honor, ha puesto punto final a su discurso. El alavés sufrió la semana pasada una caída que le hizo perder unos preciados minutos, los suficientes para alejarse definitivamente del amarillo; pero, cuando llega la montaña, sus piernas se inquietan y sus intenciones se destapan. Porque Landa juega con las cartas boca arriba y, por eso, el día que la ronda gala descansa en Nimes, se atreve a soñar a lo grande: “El Tour no está decidido y si me dan a elegir entre una etapa o el podio, escojo el podio. Llevo años intentando estar ahí. La primera vez que me subí a un podio de una grande lo hice sin trabajarlo, sin aspirar a ello. Desde entonces llevo aspirando a ese podio y me gustaría lograrlo. Quiero soñar hasta el último día”. Y con esa ilusión, a Landa se le aceleraron las pulsaciones al entrar en los Pirineos. Dejó sin aliento a Jakob Fulsang (Astana) y atacó de lejos para intentar conseguir una recompensa que, de nuevo, se le escapó por un aliento. “Los Pirineos dejan un balance positivo, de ilusión y optimismo ante lo que viene. Todavía tienen que pasar muchas cosas en los Alpes, muchos tienen que remontar y eso es bueno para mí y para el espectáculo. Pero estoy en una posición en la que no me puedo conformar. Tengo que hacer cosas como la del domingo para recuperar todo el tiempo, porque soy séptimo pero estoy muy lejos del sexto”, explicó Landa.

Gracias a su gran actuación en los Pirineos, volvió a ser el líder del Movistar. Quedó patente cuando Landa tiró de piernas y dejó atrás a un Nairo Quintana que no pudo ofrecerle ni un relevo, ni se atrevió con una mirada. Así, el colombiano reconoce la nueva jerarquía: “Hicimos una gran estrategia de equipo para Mikel. Hablamos que había que apoyarle. Todos los compañeros lo hicimos. Mikel respondió bien, pero yo comencé la subida final con poco aire y no pude apoyarle, pero él venía bastante fuerte y pudo subir muy bien”. Igual de claro lo dejó Alejandro Valverde que, octavo en la general, reconoció estar sorprendido por su propio rendimiento: “El líder ahora mismo es solamente Mikel y los demás vamos a estar ayudándole. Si Nairo no hizo más cuando Mikel lo pasó en Prat d’Albis, espero que sea porque no pudiera”. De hecho, el campeón del mundo va más allá y cree que la victoria en el Tour todavía no es un imposible para el Movistar: “Podemos llegar a cualquier altura, los Alpes son días durísimos y Mikel es un luchador, termina muy bien las vueltas de tres semanas y siento que va a acabar muy fuerte. Todos los del equipo lo estamos haciendo realmente bien y tenemos que mantener nuestra forma de correr si queremos ganar el Tour. Porque es difícil, pero lo intentaremos”.

palabra de director Al igual que Valverde, Eusebio Unzué, director del Movistar, no descarta a Landa “para cualquier objetivo”, ya que considera que, “en un Tour tan igualado”, el alavés “puede tener su parcela de gloria”: “Los Pirineos han sido el elemento depurador, pero la diferencia la marcará la dureza de los tres últimos días. Nadie sabe quién es el favorito y a Landa le puede tocar gloria. Hay sitio para él, porque Mikel no teme a nadie, tiene confianza. Podemos ver lo que nunca hemos visto en el Tour”.