Andrea López y Jackeline Velázquez han vuelto a hacer historia en el arbitraje navarro. Ellas dos son las encargadas de ir rompiendo barreras en favor de la igualdad y ahora han conseguido un hito que no se había producido antes en 34 años de arbitraje navarro.

Las dos continúan siendo la bandera del arbitraje femenino en Navarra. Ya en junio de 2018, ambas formaron parte del primer equipo arbitral formado íntegramente por chicas y, junto con Brigitte Santana y Amaia Rodríguez, fueron las encargadas de dirigir la final de la Copa IMQ entre el Berriozar y el Mulier, una cita que en principio no iban a olvidar nunca, pero ahora las dos primeras han dado un paso más en sus respectivas carreras.

Lo que para muchos colegiados sería arbitrar un partido de Tercera División más entre los 306 que se van a disputar esta temporada -muchos menos de los 380 que tiene una campaña normal, a los que habría que añadir los pertinentes encuentros que correspondería una fase de ascenso a Segunda División B-, para estas dos colegiadas ha sido romper una nueva barrera y, por primera vez, ser dos chicas las linieres en un mismo partido en Tercera División.

El Pamplona - River Ega del pasado viernes 19 fue el encuentro en el que hicieron historia. Por primera vez en la categoría, desde que en la campaña 2004/2005 se reorganizara y apareciera el grupo navarro, dos colegiadas ejercieron de linieres en un partido. Una anécdota que va a servir de ejemplo para todas aquellas que empiezan en un mundo que ya de por sí es complicado.

Andrea y Jackeline han roto barreras en favor de la igualdad y se han convertido en un espejo en el que las futuras generaciones pueden mirarse, puesto que en la actualidad, en palabras de Andrea López "solo estamos 5 o 6 en activo, a pesar de que me han dicho que iba a haber un grupo de unas 11 que querían probar en el mundillo".

Preguntada por la nueva barrera superada, López Méndez -como así se le conocería al hablar de un árbitro- reconoce que "algo de idea teníamos porque somos nosotras las que estamos, no ha llegado ninguna a Tercera antes, pero sí que alguna compañera se quedó en categorías inferiores", mientras que, personalmente, "viví este como un partido más porque llevamos toda la temporada pitando en Tercera. No le dimos mucha importancia".

Asistente en la máxima categoría regional desde la pasada temporada, Andrea, colegiada principal en Autonómica, lleva cinco temporadas en el mundo del arbitraje. Las restricciones de aforo últimamente están impidiendo que sus padres, espectadores habituales en sus partidos como colegiada principal, asistan a verla, pero "siempre que pueden, intentan venir, salvo a los de Tercera".

Un público que ha regresado con la temporada empezada y que, como afirma Andrea López, da vida a los partidos. "La verdad es que en los primeros partidos en los que arbitramos sin público, sentíamos que nos faltaba algo y ahora ya con la vuelta del público hemos vuelto a la normalidad. Se necesita a la gente en los campos, porque son quienes animan de verdad un partido", se sincera, aunque admite que los aficionados son los que "te hacen estar más metida en el partido".

El trabajo con el arbitraje navarro que en su día comenzó Luis González y ahora continúa Felipe Martínez va "poco a poco", señala una Andrea López que ve que "se van sumando más chicas y estamos más arropadas. Vamos poco a poco aunque no sea fácil. Este año me dijeron que iban a entrar 11 personas y eso es un número considerable. Ahora estamos 5 o 6 en activo, somos pocas".

Ese nuevo grupo ya comenzó después del confinamiento. "Hace un par de semanas que empezaron las chicas nuevas y les hemos acompañado en sus primeros partidos. El Comité de Árbitros nos mandan con ellas y yo pienso que es para que se sientan más arropadas, que ven que hay alguien que ha pasado por ello mismo, que no se ha ido y que sigue en el arbitraje", reconoce una Andrea López que admire haberlo pasado mal en algunos partidos, pero "no como para dejarlo. Siempre va a haber un partido malo, y hay que aprender de ellos para seguir adelante".

En la sociedad de hoy en día poco a poco se van rompiendo barreras en cuanto al género en el mundo del deporte y este tipo de hechos van creando un precedente. Todavía queda camino por recorrer y Andrea López concluye deseando que en un tiempo no muy lejano se tire abajo una nueva puerta más y en vez de ser dos colegiadas las que ejerzan de linieres en un partido de Tercera, sea un equipo arbitral integrado únicamente por árbitras quienes dirijan un encuentro en la máxima categoría regional. Porque tanto Jackeline como Andrea han levantado la bandera en favor de la igualdad.