Los banquillos de Tercera División siguen moviéndose de cara a la próxima temporada. Después de anunciarse varias renovaciones de los proyectos deportivos en las últimas semanas, ahora es Mikel González el que ha decidido dar un paso al lado.

El técnico, inmerso en la pelea por eludir el descenso a Autonómica, reconoce que “no va a arrojar la toalla” y va a “pelear hasta el final” por conseguir la permanencia. “Venimos jugando finales en esta segunda fase. La de ahora es la final, un todo o nada. Ganando seguimos vivos, pero empatando o perdiendo estamos condenados”, señala, añadiendo que lo principal es centrase en el partido ante el Subiza y que su marcha queda en segundo plano.

El técnico ha comunicado tanto al club como a la plantilla la decisión de cambiar de aires para “que el propio club busque con tiempo al nuevo entrenador”. Mikel González reconoce que “caí de pie en un equipo que es una cuadrilla de amigos. Nos encontramos con el premio de ascender a Tercera y ahora considero que se cierra un ciclo porque tengo la teoría de que es complicado aguantar más de dos años en un mismo equipo. Estoy muy agradecido al club y a los jugadores por estos dos años pero sobre todo lo estoy por los últimos cinco meses que en lo personal han sido durísimos y han estado ahí conmigo”.

La experiencia en los banquillos de Mikel González comenzó en Mutilva, dirigiendo al Mulier entre julio de 2017 y junio de 2019. De ahí dio el salto al fútbol masculino de la mano del Bidezarra, en Autonómica, con el que consiguió ascender a Tercera División. Ahora, el preparador busca un nuevo reto que afrontar.