Le toca a La Roja la cenicienta de la Eurocopa y en alguna tertulia radiofónica –de Madrid, por supuesto– nos enteramos de que va a jugar contra la Alemania de Beckenbauer y Torpedo Müller. Cómo sería el tono que uno de los mensajes de los oyentes les preguntaba: “¿Qué queríais, que nos tocara Andorra?”. Y el moderador confesaba: “Pues no habría estado mal...”. Solo recordando que poco faltó para que le cayera Turquía (que, además de estar en el Top 10 del ránking europeo, vio ¡11 tarjetas amarillas! ante la República Checa) tendrían que estar dando volteretas de ir a tener delante a un equipo al que España ganó 1-7 en la fase de clasificación para este torneo. Pero, ya se sabe, el miedo es libre. Y los cambios de opinión, también: de asegurar (tras el 3-0 ante Croacia) que se iba a ganar el título con la boina a sudar frío pensando en Georgia. La Eurocopa de los bandazos, de la euforia al sudor frío.