- La histórica carrera en la que por primera vez un ser humano, el noruego Karsten Warholm, corrió los 400 m vallas en menos de 46 segundos (45.94) y el segundo, Ray Benjamin, también estuvo (46.17) por debajo de la plusmarca anterior, eclipsó a la jamaicana Elaine Thompson, que remató su segundo doblete olímpico con el oro en 200, y al pertiguista sueco Armand Duplantis. El de Warholm era el segundo récord mundial en atletismo durante los Juegos de Tokio 2020, después del conseguido por la venezolana Yulimar Rojas en la final de triple salto (15,67). La medalla de bronce fue para el brasileño Alison dos Santos, que con 46.72 se quedó a solo dos centésimas del récord mundial anterior (46.70).

La cara de asombro del propio Warholm, que tenía el récord anterior en 46.70 desde el 1 de julio pasado en Oslo, ilustraba la magnitud increíble de su nuevo récord. “He soñado con esto como un maníaco”, aseguró. Warholm ha ratificado su hegemonía y Benjamin le ha obligado a batir el récord del mundo si quería ganar la medalla de oro, porque el estadounidense se emparejó con el noruego a media recta final, poco antes de atacar el último obstáculo. Fue en ese punto, presionado por el norteamericano, cuando Warholm metió una marcha más para ganar la meta con un crono asombroso que rebaja en 76 centésimas su récord mundial anterior. Si la plusmarca de Kevin Young había permanecido intacta durante 29 años, la primera de Warholm ha tenido una vida efímera, 33 días.

Elaine Thompson-Herah remató con su triunfo en 200 metros con un tiempo de 21.53 segundos, récord nacional, su segundo doblete olímpico consecutivo en una carrera que dejó fuera del podio a su compatriota Shelly-Ann Fraser-Price. Thompson tomó clara ventaja a la salida de la curva por la calle siete y en la recta se fue alejando de todas sus rivales. La namibia Christine Mboma batió el récord mundial sub-20 con 21.81 para alcanzar el segundo puesto, y la estadounidense Gabrielle Thomas, con 21.87, dejó fuera del podio a Fraser-Pryce, que clavó en los últimos metros.

La estadounidense Gabby Thomas, que impresionó en las pruebas de selección olímpicas (trials) con una marca de 21.61, la segunda mejor de la historia, no había llegado en la misma forma física a los Juegos pero la que tiene le alcanzó para el bronce.

Era una incógnita el rendimiento que podían ofrecer las dos namibias hiperandrogénicas, Christine Mboma y Beatrice Masilingi, dos corredoras de 400 que tuvieron que pasarse al 200 para eludir la normativa sobre límites de testosterona en distancias comprendidas entre el 400 y la milla.

Mboma no extrañó la nueva distancia y sólo se inclinó ante la doble campeona, mientras que Masilingi llegó sexta con 22.28.

Armand Duplantis, plusmarquista mundial de pértiga, culminó su dominante ciclo olímpico con la medalla de oro en los Juegos de Tokio, que no pudo acompañar con un nuevo récord del mundo, aunque estuvo muy cerca de batirlo en el primero y en el tercer intentos sobre 6,19. Una marca de 6,02 dio la victoria al rey de la garrocha, por delante del estadounidense Christopher Nilsen, plata con 5,92, y del campeón olímpico anterior, el brasileño Thiago Braz, que tuvo que conformarse con el bronce (5,87).

Hace dos años Mondo Duplantis obtuvo la medalla de plata en el Mundial de Doha 2019 por detrás de Sam Kendricks, el único que le ha ganado, una vez, este año, pero el norteamericano no pudo competir aquí tras dar positivo en covid. Después de aquella derrota catarí, el sueco ha batido dos veces el récord del mundo hasta dejarlo en 6,18. Nacido con una pértiga en la mano (es hijo del pertiguista estadounidense Greg Duplantis, que le enseñó los secretos de la técnica desde pequeñito, Mondo ha superado los 6 metros veintidós veces, incluidas sus tres últimas competiciones. El francés Renaud Lavillenie, predecesor de Mondo como plusmarquista mundial (6,16) se cayó en el calentamiento y apareció con un vendaje en el tobillo derecho y un rostro de circunstancias que no auguraba un feliz concurso. Retrasó su debut a los 5,70, a la primera, pero no pudo con los 5,80.

la polaca Anita Wlodarczyk, campeona en Londres 2012 y Río 2016, se convirtió en Tokio en la primera atleta de la historia que conquista tres medallas de oro olímpicas en una misma prueba al término de una final de martillo que repitió exactamente el podio del Mundial de Londres 2017. Las tres primeras que tenían ocasión de alcanzar un logro semejante en Tokio (Shelly-Ann Fraser-Price en 100 metros, Valerie Adams en peso y Sandra Perkovic en disco) habían fracasado. Y todavía puede conseguirlo la checa Barbora Spotakova en jabalina.

Con un tiro de 78,48 metros, Wlodarczyk logró su tercer título olímpico consecutivo, por delante de la china Wang Zheng, que en su último esfuerzo lanzó 77,03, mientras que la polaca Malwina Kopron se llevó el bronce con 75,49. Cuatro veces campeona mundial y otras tantas europea, Wlodarczyk, primera lanzadora que superó la raya de los 80 metros, ya fue la mejor en la ronda clasificatoria (76,99).

Oro con 19 años. La adolescente Athing Mu ratificó en la final de 800 metros las dotes que venía exhibiendo durante toda la temporada y, con una marca de 1:55.21, nuevo récord nacional, se convirtió en la primera campeona estadounidense en esta prueba desde México’86. La británica Keely Hodgkinson, otra joven de 19 años, fue segunda con 1:55.88, igualmente récord nacional, y la segunda estadounidense, Raevyn Roges, consiguió la medalla de bronce con un tiempo de 1:56.81.

Salto de longitud femenino

400 vallas masculino

Salto con pértiga masculino

Lanzamiento de martillo femenino

800 metros femenino

200 metros femenino