En un párrafo

l Parlamento Europeo ha aprobado de manera aplastante (597 votos a favor, 36 en contra y 55 abstenciones) un informe sobre la política deportiva de la Unión Europea, pero casi solo se ha destacado de ese informe que está en contra de la competición elitista de la Superliga de fútbol, olvidando, o minimizando, un punto que nos parece muchísimo más relevante: el informe insta a que el respeto a los derechos humanos se tenga en cuenta para decidir las sedes de las grandes competiciones, es decir, que a los aficionados al deporte nos ahorren infamias como unos Juegos en China, un Mundial de fútbol en Qatar o carreras de Fórmula 1 en Bahrein, Qatar, Arabia Saudita o Abu Dabhi. Pero es lógico que en este punto del informe no se haga excesivo hincapié: no hay la menor intención de cumplirlo. El compromiso democrático en el deporte es ese tipo de firme principio que solo se esgrime para venderlo mejor.