pamplona. Eroski cambiará a fondo todos sus supermercados como respuesta a la crisis. El grupo de distribución ha escogido Pamplona como laboratorio de pruebas de un nuevo modelo de tienda que apuesta decididamente por los productos locales y frescos, así como por la atención personalizada al cliente, recuperando la venta asistida en algunas secciones, manteniendo los precios y aumentando la variedad y el número de productos.
Es la respuesta del grupo a una crisis que se alarga sin remedio y que le ha llevado a presentar pérdidas en los últimos ejercicios. En el primer semestre de 2012, último periodo del que existen datos, el grupo cerró con un resultado negativo de 50 millones de euros, un 36% más que en el periodo anterior, una consecuencia tanto del descenso en las ventas como del elevado endeudamiento financiero, que no obstante ya ha comenzado a reducirse. De hecho, el consejo rector del grupo aprobó el mes pasado para sus socios cooperativistas una reducción media del 5% en los salarios hasta el año 2016 y un aumento del 5% en la jornada.
"Estamos trabajando para buscar eficiencias internas", reconocían ayer desde el grupo, que confía en haber transformado su red comercial a lo largo del actual plan estratégico, explicó ayer en Pamplona Carmen Guelbenzu, directora de formatos de tienda de Eroski. Guelbenzu explicó que la decisión de escoger Pamplona -concretamente el supermercado de Serafín Olave, 19- respondía a varias razones. "Tenía que ser un supermercado de barrio, queríamos que fuese una tienda arquitectónicamente complicada y considerábamos que Navarra era una muy buena opción. Es una zona prioritaria para nosotros y tiene un cliente exigente. Si tenemos éxito aquí, podemos tenerlo en otros lugares", dijo.
El supermercado, que abre hoy al público a las 9 de la mañana, incorpora una nueva imagen, con las paredes y el techo pintados de color oscuro en un intento de "poner el foco y la luz en el producto", explicaba Guelbenzu, quien destacó "la calidad de los productos frescos" como uno de los emblemas del establecimiento. De hecho, esta área será lo primero que se encuentre el cliente que acceda al supermercado e incorporará novedades. En la frutería se prepararán zumos y macedonias a petición del clientes, así como brochetas de fruta para comer en el momento. Junto a ello, a la carnicería regresa la venta al corte de piezas nobles de carne y la panadería ofertará una variada carta de panes que se hornearán durante todo el día.
Con 1.300 metros cuadrados de superficie (casi la mitad dedicada a los productos frescos), el cambio en el supermercado ha supuesto la creación de 17 nuevos puestos de trabajo (hasta quedarse en 43) y ha requerido de una inversión de 1,4 millones de euros.